El dramático testimonio de 37 menores jóvenes y mujeres birmanas traficadas y vendidas a familias chinas donde son violadas y objeto de maltratos, reveló el horror que padecen las víctimas, quienes además deben tener bebés si quieren volver a casa, y abandonarlos.
“La familia me llevó a una habitación. En esa habitación me ataron de nuevo”, es parte del relato de una menor de Kachin que fue traficada por su cuñada a una familia china cuando tenía solo 16 años, según la organización en defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW)
Después de ser violada una y otra vez, el padre del violador creyó que la pareja podría construir una familia “feliz”.
“Cerraron la puerta, durante uno o dos meses. Cuando llegaba la hora de comer, me daban comida. Yo lloraba (…) Cada vez que el hombre chino me traía comidas, me violaba. Tras dos meses, me sacaron de la habitación. El padre del hombre chino me dijo: ‘Este es tu marido. Ahora son una pareja casada. Sean buenos el uno con el otro y construyan una familia feliz'».
Son historias desgarradoras de jóvenes que escaparon de sus compradores chinos, lograron volver a casa y accedieron a hablar con la organización en defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) que esta semana publicó un informe titulado «Danos un hijo y te dejaremos ir», Doce de ellas eran menores de 18 años cuando fueron secuestradas. La mayor tenía 46.
Una joven traficada en 2013 contó que con el hombre al que la vendieron “tenía que tener relaciones sexuales todas las noches. Si me negaba, me amenazaba con cuchillos”. Además hacía todas las tareas domésticas, lavar su ropa, cocinar y bañar a sus padres.
Las jóvenes birmanas son las únicas disponibles para ganar el sustento en la familia, mientras los hombres se van a la lucha armada de las minorías étnicas. Algunas son engañadas por traficantes que les ofrecen trabajo y terminan vendidas a familias chinas en problemas por la falta de “novias”, como consecuencia de la antigua “política de hijo único” en el país.
Una niña birmana de 14 años contó que aceptó trabajar en una fábrica de calzado en su país para financiar sus estudios y después de una semana se desmayó. Cuando despertó apareció en un vagón.
«No sé durante cuántos días estuve desmayada o cuánto tiempo llevaba en el tren. Solo vi carteles con letras chinas. No podía entenderlos (…) Empecé a llorar».
Ella cree que fue drogada porque después descubrió que fue vendida por USD 12.700 a una familia china para convertirse en «esposa» de un joven de 15 años y tener hijos con él.
En los cinco años que vivió en China dio a luz a una niña y un niño, pero la policía llegó a la vivienda donde se encontraba y la arrestó por estar en el país de forma ilegal. Pasó varias semanas bajo custodia de las autoridades y después fue deportada. Nunca más volvió a ver a sus hijos.
Las sobrevivientes contaron que las familias chinas estaban más interesadas en tener bebés que una “novia”. Algunas veces cuando daban a luz podían escapar de sus captores, lo que significaba un trauma para las madres que perdían sus hijos.
“El hombre chino me dijo que tenía que tener un bebé. Le dije que no quería tener un bebé. Él me empujó hacia atrás y me ordenó que tuviera un bebé”, señaló una madre traficada a los 20 años. “Me dijo que después de que el niño tuviera un año me podía ir”.
Otra joven contó que regresó a China después de escapar porque no podía soportar estar lejos de su hijo, sin embargo la realidad fue muy dura. “Los miembros de la familia no me dejaban cuidar del bebé, solo pude parirlo y amamantarlo”.
“Realmente me siento deprimida por haber perdido a mi hija, y me siento muy triste”, replicó una mamá birmana en enero de 2018. “No tenemos dinero, así que no sabemos cómo buscarla”.
Heather Barr relatora del informe de HRW, dijo a la BBC, que los traficantes y los compradores chinos a sus víctimas “las llamaban ‘novias’, pero esto fue esclavitud sexual con el objetivo, en la mayoría de ocasiones, de conseguir un bebé».
El recuerdo imborrable
“No había daños físicos en mi cuerpo. Pero un hombre que no acepté tuvo relaciones sexuales conmigo y eso siempre permanece conmigo y es muy duro y siempre tiene un efecto en mi vida”, es la otra historia de una niña traficada en 2011 y retenida durante cuatro meses.
El siguiente es el relato es de una mujer traficada a los 36 años junto con su hijo de 2 años.
“En ese momento era por la mañana, las 7 a.m. Me separaron de mi bebé y me mostraron a los hombres. El primer agente se había ido y vino un segundo agente que me mostró a los hombres y me preguntó cuál me gustaba. Cuando dije que no me gustaba ninguno, me abofeteó. Esto continuó así durante unos días y seguí negándome. Entonces el agente me violó. Fue una violación violenta. Cuando no me quité la ropa, él me pegó”.
Vuelta a casa
El marido de una de las mujeres traficadas creyó que su esposa había conseguido un trabajo en China.
Al volver “me preguntó: ‘¿Cuánto dinero tienes?’. Yo le dije: ‘No me preguntes eso, pregúntame qué me pasó en China’. Me preguntó, y le conté todo. Se puso a llorar”
Cifras en aumento
Las autoridades birmanas dijeron a HRW que tienen registrados 226 casos de mujeres víctimas de trata a China en 2017 y señala que entre 100 o 200 reciben asistencia cada año a su vuelta al país.
Sin embargo, un estudio de la Universidad John Hopkins de Estados Unidos, citado por la BBC, junto a la Asociación de Mujeres Kachín de Tailandia, estimó el año pasado que unas 7.500 mujeres y niñas de los estados birmanos de Kachín y Shan habían sido víctimas de matrimonios forzosos en China de 2013 a 2017, y 5.000 de ellas forzadas a tener hijos en contra de su voluntad.
Una situación similar ocurre en el tráfico de mujeres de Corea del Norte a China.
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