Un repentino aumento de los avistamientos de drones no identificados en el noreste de Estados Unidos inquieta tanto a los residentes como a los legisladores. Sin embargo, desde hace años se vienen produciendo incidentes similares, sin que el gobierno haya tomado medidas aparentes.
Los informes de avistamientos de drones en California, Maryland, Massachusetts, Nueva York, Nueva Jersey, Ohio, Pensilvania, Utah y Virginia durante el mes pasado han puesto los nervios de punta, aumentando la ansiedad sobre la posibilidad de que se utilicen drones para vigilar o atacar infraestructuras estadounidenses.
Los avistamientos se producen tras varios incidentes de gran repercusión en los últimos meses, como los ocurridos en instalaciones militares estadounidenses de todo el país, así como en el Reino Unido y Alemania.
La Casa Blanca ha restado importancia a los incidentes y ha negado cualquier evidencia de una amenaza sostenida para la seguridad pública.
«No hemos identificado nada anómalo ni ningún riesgo para la seguridad nacional o la seguridad pública sobre el espacio aéreo civil de Nueva Jersey u otros estados del noreste», declaró a la prensa el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, el 16 de diciembre.
Sin embargo, Kirby sí reconoció que los drones habían penetrado en espacio aéreo restringido, incluido el de la base aérea de Langley, en Virginia, la base aérea de Wright-Patterson, en Ohio, y el centro de investigación militar de Picatinny Arsenal, en Nueva Jersey.
Aunque estos avistamientos están recibiendo mucha atención mediática, en la última media década se han producido varios incidentes con drones de gran repercusión de los que el gobierno federal aún no ha rendido cuentas formalmente.
Hace cinco años, por ejemplo, empezaron a aparecer grupos de drones de gran tamaño frente a las costas de California. Acecharon y vigilaron varios buques de la Armada y la Guardia Costera, entre ellos el destructor de misiles guiados USS Zumwalt.
El incidente hizo saltar las alarmas en todo el ejército y dio lugar a una investigación conjunta por parte de elementos de la Marina, la Guardia Costera y el FBI. Los miembros del Estado Mayor Conjunto y el comandante de la Flota del Pacífico recibieron información actualizada sobre la situación.
Ninguna administración ni el Departamento de Defensa han declarado públicamente qué pretendían conseguir los drones ni quién los operaba.
Dos informes de investigación publicados por The War Zone en 2021 y 2022, sin embargo, revelaron que los registros de uno de los buques de la Marina involucrados habían identificado la fuente de los aviones no tripulados como el MV Bass Strait, un granelero con bandera de Hong Kong.
En 2020, un nuevo enjambre de drones de gran tamaño comenzó a aparecer en los cielos de las zonas rurales de Colorado y Nebraska, donde se almacenan algunos de los misiles nucleares Minuteman III de la nación.
Las autoridades locales acabaron diciendo que no se estaba infringiendo ninguna ley y que los pilotos de drones no estaban obligados a presentar planes de vuelo a menos que se encontraran en un espacio aéreo controlado, como cerca de un aeropuerto.
Del mismo modo, el FBI, la Administración Federal de Aviación y las autoridades locales nunca identificaron públicamente quién operaba los drones y sugirieron que la mayoría de los avistamientos eran atribuibles a drones de aficionados y a personas que confundían planetas y estrellas con aviones.
Del mismo modo, Kirby dijo a los periodistas que muchos de los 5000 informes de avistamientos de drones durante la semana pasada eran atribuibles a aficionados, drones comerciales y personas que confundían estrellas con aviones.
Incidentes similares han continuado, aparentemente sin disminuir, hasta el presente.
Sólo este año, los drones se han acercado y han entrado en el espacio aéreo restringido sobre instalaciones militares estadounidenses en todo el país y en el extranjero.
El mes pasado se rastrearon drones en torno a tres bases militares distintas del Reino Unido, incluida la Royal Air Force Lakenheath, que sirve como única ala de combate de las Fuerzas Aéreas de EE. UU. en Europa del avión de quinta generación F-35.
Poco después, agentes federales detuvieron a un ciudadano chino por sobrevolar con un dron no registrado la base de las Fuerzas Espaciales de Vandenberg, en California, y tomar fotografías de las plataformas de cohetes de SpaceX el día en que la empresa contratista lanzó una carga útil sensible de reconocimiento nacional.
Kirby trató de calmar los temores de una posible amenaza de drones no identificados, diciendo que había más de un millón de drones registrados legalmente en los Estados Unidos, con miles de aficionados y oficinas de aplicación de la ley que utilizan la tecnología.
Aún así, la falta de una respuesta federal al creciente número de incidentes relacionados con drones en los últimos años ha dejado tanto a los legisladores como al público en un estado de incertidumbre sobre lo que hay que hacer.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, declaró previmanete esta semana que el gobierno federal simplemente no tiene suficiente autoridad legal para intervenir drones que no estén dentro del espacio aéreo restringido y, en su lugar, dijo que las fuerzas de seguridad locales deberían tomar la iniciativa «bajo supervisión federal».
En un posteo en la plataforma de redes sociales X, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, instó al Congreso a «aprobar una ley que nos dé el poder de enfrentarnos directamente a los drones».
El 16 de diciembre, Hochul también anunció que el gobierno federal enviará al estado «un sistema de detección de drones de última generación» después de que una incursión de drones obligara a cerrar un aeropuerto local.
«Agradezco el apoyo, pero necesitamos más», dijo en X.
Además del potencial de espionaje, las incursiones de drones de los últimos años se han producido repetidamente a corta distancia de aeropuertos comerciales e incluso a corta distancia del avión del presidente. Los funcionarios federales no han identificado a los operadores de drones en la mayoría de esos casos, pero mantienen que no existe una amenaza inmediata o con respaldo extranjero.
El presidente electo Donald Trump sugirió esta semana que la administración Biden tenía información sobre el origen de los drones pero no la revelaba al público, prefiriendo mantenerla «en suspenso».
Kirby rechazó la idea.
«No hay absolutamente ningún esfuerzo por ser otra cosa que lo más francos que podemos ser», dijo Kirby.
«Si tuviéramos información, de inteligencia o de otro tipo, que nos dijera que hay una amenaza a la seguridad nacional planteada por esta actividad de aviones no tripulados, lo diría».
Kirby dijo que la administración ha aumentado el personal de los departamentos de Defensa y Seguridad Nacional para ayudar a identificar y responder a los avistamientos de aviones no tripulados en el noreste de Estados Unidos.
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