El presidente filipino Rodrigo Duterte descartó la posibilidad de formar una alianza militar con China, a poco más de una semana que anunciara la finalización del Acuerdo de Fuerzas Visitantes de dos décadas con Estados Unidos (VFA), dijo su vocero el 21 de febrero.
Duterte decidió cancelar el pacto de rotación de tropas con Estados Unidos, el 11 de febrero, para permitir a Filipinas ser más independiente en sus relaciones con otros países, comentó su portavoz Salvador Panelo.
Cuando se le preguntó si el presidente consideraría la posibilidad de buscar un tratado de defensa con Beijing, Panelo respondió que Duterte no está interesado en forjar pactos militares con otras naciones.
«No», exclamó el portavoz, según informó ABS-CBN News. Anteriormente manifestó que Duterte no «consideraría» ninguna iniciativa del gobierno de EE.UU. para salvar el VFA.
«Tampoco aceptará ninguna invitación oficial para visitar Estados Unidos», afirmó Panelo la semana pasada.
El VFA es importante para la alianza general entre EE.UU. y Filipinas y establece reglas para que los soldados estadounidenses operen en Filipinas, un antiguo territorio estadounidense. Es la base de lo que Washington ha llamado una relación «blindada» a pesar de las quejas de Duterte sobre la hipocresía, los malos tratos y el deterioro de las armas de Estados Unidos.
Duterte dice que Estados Unidos utiliza los pactos para llevar a cabo actividades clandestinas como el espionaje y el almacenamiento de armas nucleares, que según él, corren riesgo de convertir a Filipinas en un blanco de agresión china.
La decisión de rescindir el acuerdo fue provocada por la revocación de un visado estadounidense en poder de Ronald Dela Rosa, un exjefe de policía que dirigió la sangrienta guerra de Duterte contra las drogas. Panelo afirmó que la cancelación del visado de Dela Rosa fue «la última gota que colmó el vaso».
Panelo también señaló que la decisión de Duterte fue una consecuencia de las acciones legislativas y ejecutivas de EE.UU. que «estaba al borde del ataque a nuestra soberanía y a faltarle el respeto a nuestro sistema judicial».
Duterte siguió adelante con el cese a pesar de una audiencia del Senado sobre el VFA a principios de este mes durante la cual sus generales superiores y los ministros de defensa y de asuntos exteriores hablaron a su favor.
El Secretario de Defensa de EE.UU. Mark Esper calificó la decisión de «desafortunada» y aseguró que sería un movimiento en la dirección equivocada en un momento en el que Washington y sus aliados intentan presionar a China para que se atuviera a las «reglas internacionales de orden» en Asia.
La noticia de su conclusión ha suscitado la preocupación de que podría dañar los futuros intereses de Washington, de mantener una presencia de tropas en Asia-Pacífico, en medio de las preocupaciones de seguridad sobre China y Corea del Norte.
Reuters contribuyó a este informe.
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