Un editor ejecutivo de The Associated Press (AP) defendió la decisión de la agencia de noticias de despedir a su asociada de noticias recientemente contratada, Emily Wilder, diciendo que su actividad en las redes sociales puso la credibilidad del medio «en juego».
«Es realmente importante que nosotros mantengamos nuestra credibilidad en estas historias, la seguridad de los periodistas está en juego y la credibilidad de AP está en juego», dijo el domingo el editor ejecutivo de AP, Brian Carovillano, en el programa Reliable Sources de CNN.
El despido de Wilder se produjo el 19 de mayo, cuando la violencia entre Hamás — designado como grupo terrorista desde 1997— e Israel, desde el mes pasado se estaba intensificando.
Wilder, de 22 años, fue despedida por AP en una «decisión unánime» porque «tenía una serie de posteos en las redes sociales que mostraban un claro sesgo hacia un lado y contrario al otro, en una de las historias que está entre las más divisivas y difíciles que cubrimos en cualquier parte del mundo», dijo Carovillano.
Ella había cumplido tan solo dos semanas en su trabajo y fue despedida menos de 48 horas después de que el grupo Stanford College Republicans (SCR) llamara la atención por algunos de sus posteos en las redes sociales. Antes de unirse a la agencia AP como asociada de noticias el 3 de mayo, Wilder era un miembro activo de grupos pro palestinos en la Universidad de Stanford.
«El sesgo antiisraelí de The Associated Press no debería sorprendernos, ya que literalmente están dotando de personal a sus oficinas con duros activistas antiisraelíes», escribió el equipo de SCR en un posteo de Facebook, criticando la decisión del medio de contratar a Wilder.
«Nuestra credibilidad está constantemente bajo ataque», dijo Carovillano a CNN. «Nuestras directrices sobre las redes sociales existen para proteger esa credibilidad, porque proteger nuestra credibilidad es lo mismo que proteger a los periodistas».
En una declaración posteada el sábado, Wilder dijo que el SCR «lanzó una campaña de desprestigio en mi contra, tratando de ‘exponer’ mi historia ya pública de activismo por los derechos humanos de los palestinos en la Universidad de Stanford».
Según Wilder, ella había sido transparente con los editores de AP sobre su pasado como activista «y ellos me aseguraron que yo no enfrentaría un castigo (…) Me dijeron que mis editores solo pretendían apoyarme mientras yo recibía una avalancha de comentarios y mensajes sexistas, antisemitas, racistas y violentos».
«Menos de 48 horas después, la AP me despidió», dijo Wilder, señalando que cuando ella preguntó a sus gerentes qué mensajes de Twitter violaban la política de redes sociales de AP, ellos «se negaron a decírmelo».
“Al final, en vez de tomar cualquier paso en falso que di como una oportunidad de aprendizaje -que es la idea del programa del asociado de noticias- parece que lo tomaron como una oportunidad para convertirme en un chivo expiatorio”, agregó.
Carovillano dijo a CNN que el despido de Wilder fue una «decisión difícil».
«No fue una decisión fácil, y no fue una decisión personal, nosotros le deseamos a ella lo mejor», añadió.
Más de 150 empleados de AP enviaron el lunes una carta abierta a AP, criticando su gestión por el despido de Wilder.
«Nosotros lo desaprobamos firmemente», escribieron. «Nosotros exigimos que la empresa aclare más el motivo del despido de Wilder. Esto sigue sin estar claro, tanto para la propia Wilder como para el personal en general — cómo violó la política de las redes sociales mientras era empleada de AP».
«Esto no nos da ninguna confianza de que cualquiera de nosotros no pueda ser el próximo, sacrificado sin explicación. Esto ha dejado a nuestros colegas —en particular a los periodistas emergentes— preguntándose la forma en cómo tratamos a los nuestros, qué cultura adoptamos y qué valores defendemos realmente como empresa», dice la carta.
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