El consejo editorial del Wall Street Journal escribió el jueves que el expresidente Donald Trump «está descontento con nosotros por reconocer la realidad», en respuesta a las críticas de Trump, quien acusó a los editores de respaldar las agendas globalistas y dijo que estaban perdiendo relevancia.
A raíz de un artículo de crítica del Wall Street Journal en el que responsabilizaban a Trump de las derrotas republicanas en las elecciones al Senado de Georgia y pedían al Partido Republicano que abandonara al expresidente, Trump regañó a los editores.
«La página editorial del Wall Street Journal continúa, a sabiendas, luchando por las políticas globalistas como los malos acuerdos comerciales, las fronteras abiertas y las guerras interminables que favorecen a otros países y venden a nuestros grandiosos trabajadores estadounidenses, y luchan por los RINOS que tanto han dañado al Partido Republicano», dijo Trump en un comunicado, refiriéndose al acrónimo de «Republicans in Name Only» (republicanos solo de nombre), un peyorativo utilizado para los funcionarios electos republicanos que se cree que gobiernan y legislan como los demócratas. «Ahí es donde están y ahí es donde siempre estarán. Afortunadamente, a nadie le importa ya mucho el editorial de The Wall Street Journal».
Los editores devolvieron el golpe en un artículo del 4 de marzo titulado «Donald Trump’s Georgia Rewrite», en el que argumentaban que el ataque de Trump contra el periódico se basaba en la frustración tras una pérdida electoral y que Trump «está descontento con nosotros por reconocer la realidad».
«Lo que realmente parece molestar al residente más famoso de Mar-a-Lago no es su caricatura de nuestras diferencias políticas», escribió el consejo editorial. «Es que reconocemos la realidad de que el señor Trump es la principal razón por la que los republicanos perdieron dos elecciones al Senado de Georgia en enero y, por lo tanto, la mayoría del Senado. El señor Trump se niega a asumir la responsabilidad de esas derrotas, en contra de toda evidencia».
El argumento de la junta editorial es que perdieron las elecciones al Senado de Georgia porque Trump impulsó su reclamo de fraude electoral en lugar de centrarse en el tema de que las victorias republicanas en Georgia eran necesarias para contrarrestar el dominio demócrata en Washington.
«El señor Trump esencialmente dijo a sus partidarios de Georgia que sus votos no importaban, y muchos se quedaron en casa», escribió la junta editorial en el artículo del 1 de marzo. «El Partido Republicano perdió el Senado».
Los editores escribieron que Trump «ahora está tratando de reescribir esta historia como si fuera culpa de alguien más: demócratas que hicieron trampa, republicanos que no quieren ‘luchar’, una Corte Suprema cobarde que incluye a tres de sus designados, cualquiera menos él mismo. Esto no es cierto».
Reconociendo que la base de apoyo de Trump lo destina a seguir jugando un papel importante en el Partido Republicano de cara al futuro, los editores dijeron que esperan que «las bases del partido comiencen a mirar más allá de la era Trump hacia una nueva generación de potenciales abanderados. Mientras los republicanos se centren en los reclamos del pasado de Trump, no serán una mayoría gobernante».
La discusión entre Trump y el periódico se produce tras la celebración de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Orlando, Florida, un evento conservador emblemático en el que numerosos oradores apoyaron la política de Trump y defendieron que ha llegado para quedarse.
En su primera aparición pública desde que dejó el cargo, Trump dijo en el evento que el movimiento conservador que lideró «está lejos de acabarse», pero no mencionó si intentará presentarse de nuevo a la presidencia en 2024.
«El futuro del Partido Republicano es como un partido que defiende los intereses y valores sociales, económicos y culturales de las familias trabajadoras estadounidenses, de todas las razas, colores y credos», dijo el domingo. «Los republicanos creen que las necesidades de los ciudadanos comunes deben ser lo primero».
Las actuales tensiones dentro del Partido Republicano han sido enmarcadas por algunos como si fueran entre una facción leal a Trump y su marca de política populista y la vieja guardia de republicanos de siempre que están inmersos en la burocracia de Washington, que Trump ha ridiculizado como un «pantano.»
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