NACIONES UNIDAS— La embajadora ante la Organización de las Naciones Unidas anunció el jueves casi 203 millones de dólares en asistencia humanitaria adicional a Sudán, pero advirtió que el dinero no es una “panacea” e instó a otros países a cumplir sus promesas financieras para abordar lo que llamó “la peor crisis humanitaria del mundo”.
En una conferencia de donantes celebrada en París en abril, los líderes mundiales prometieron más de USD 2100 millones en ayuda humanitaria para Sudán, pero la enviada de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield dijo que solo alrededor de una cuarta parte de los fondos prometidos se entregaron tres meses después.
El país del noreste de África se sumió en el caos en abril de 2023, cuando las tensiones latentes entre el ejército del país y un notorio grupo paramilitar, las Fuerzas de Apoyo Rápido, estallaron en combates abiertos en la capital, Jartum.
El devastador conflicto se ha extendido, especialmente al oeste de Darfur, y causado la muerte de más de 14,000 personas y herido a otras 33,000, según Naciones Unidas. También ha creado la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 11 millones de personas obligadas a huir de sus hogares.
La Sra. Thomas-Greenfield dijo que la contribución del jueves aumenta el total de asistencia humanitaria de Estados Unidos a Sudán a 1600 millones de dólares desde septiembre de 2023, lo que convierte a Estados Unidos en el mayor donante individual de Sudán.
«Nosotros esperamos que esta nueva ronda de ayuda sirva como un llamado a la acción para que otros la sigan», dijo la enviada.
El embajador dijo que los 203 millones de dólares adicionales se destinarán a suministros de alimentos, refugios, escuelas y servicios de salud, así como a la asistencia en efectivo a los refugiados para ayudarles a pagar sus alquileres. Los fondos también ayudarán a los países vecinos, donde han huido más de 2 millones de refugiados sudaneses, añadió.
La misión de Estados Unidos ante la ONU, dijo la Sra. Thomas-Greenfield, informó a los diplomáticos de la ONU sobre la crisis de hambre en Sudán, donde una cifra récord de 25 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria aguda y 755,000 personas enfrentan hambruna en los próximos meses, según un informe reciente de la red global de la ONU, que monitorea la amenaza de hambruna.
Los expertos en derechos humanos que trabajan para las Naciones Unidas dijeron que ambas partes han utilizado la comida y el hambre como arma de guerra.
La Sra. Thomas-Greenfield recordó su visita a un hospital en Chad dirigido por la organización médica Médicos Sin Fronteras. “Los niños estaban tan débiles que no tenían energía ni siquiera para llorar”.
La organización mundial de ayuda humanitaria, Mercy Corps, estimó recientemente que nueve de cada 10 niños sufren desnutrición potencialmente mortal en Darfur central, donde el Programa Mundial de Alimentos ha entregado ayuda en los últimos meses, después de enfrentar desafíos al negociar el acceso con grupos armados.
La Sra. Thomas-Greenfield dijo que EE. UU. continuará los esfuerzos diplomáticos para responsabilizar a los perpetradores de la violencia y alcanzar un acuerdo de paz entre las partes en conflicto.
La semana pasada, representantes de ambas partes llegaron a Ginebra para mantener conversaciones separadas con el enviado personal del secretario general de la ONU, Ramtane Lamamra, sobre la protección de los civiles mediante posibles altos el fuego locales.
El portavoz, Stéphane Dujarric, dijo el jueves por la noche que el Sr. Lamamra y su equipo han seguido colaborando por separado con cada una de las delegaciones a lo largo de esta semana en materia de asistencia humanitaria y protección de civiles. Se espera que las conversaciones concluyan el viernes.
Ellos marcaron el segundo intento de reducir la tensión después de que fracasaran las conversaciones en la ciudad portuaria de Jeddah, en Arabia Saudita, a finales del año pasado.
Por Jade Lozada
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