El Gobierno de EE. UU. aumentará sus tarifas de aranceles sobre las placas solares y el polisilicio chinos hasta el 50 por ciento y sobre ciertos productos de tungsteno hasta el 25 por ciento, con efecto a partir del 1 de enero de 2025.
«Los aumentos arancelarios anunciados hoy reducirán aún más las políticas y prácticas perjudiciales de la República Popular China», declaró la Representante de Comercio de EE.UU. (USTR), Katherine Tai, en un anuncio el 11 de diciembre.
Las autoridades estadounidenses critican a China por sus prácticas comerciales depredadoras y señalan que Beijing dirige las industrias chinas para expulsar del mercado a sus competidores en sectores estratégicos.
Tai afirmó que estos materiales están relacionados con la tecnología de energías renovables, una de las piedras angulares de la agenda de la administración Biden y que los aumentos arancelarios pretenden reforzar sus cadenas de suministro.
Los aranceles se enmarcan en la Sección 301, un estatuto que permite a Estados Unidos tomar medidas comerciales cuando países extranjeros violan los acuerdos comerciales de Estados Unidos.
La Sección 301 vio se volvió a usar bajo la administración Trump, que aplicó una serie de aranceles y sanciones en un intento de responsabilizar al régimen chino por incumplir los acuerdos comerciales. La administración Biden continuó y amplió esas medidas, manteniendo y aumentando los aranceles tras su renovación. Los aranceles a la tecnología limpia anunciados el 11 de diciembre fueron aplicados por la administración Biden y serán renovados cada cuatro años.
La oficina del representante comercial recomendó estos aranceles después que una investigación descubriera que el régimen chino aplicaba «medidas desleales específicas» que incluían el robo cibernético y el espionaje industrial y aplicaba leyes en China que obligaban a las empresas extranjeras a compartir la propiedad y la propiedad intelectual y a conceder licencias de tecnología a empresas chinas a precios que no correspondían a los del mercado.
Las investigaciones también revelaron la dependencia de China en la cadena de suministro en algunos sectores estratégicos, como los minerales críticos y los materiales médicos. Durante la pandemia de COVID-19, varios aranceles debieron posponerse para permitir la importación oportuna de materiales de atención médica, como piezas utilizadas en cirugía de radiación, dispositivos de escaneo ultrasónico, monitores profesionales de presión arterial, dispositivos de resonancia magnética, instrumentos anestésicos y equipos utilizados en rayos X.
Las investigaciones comenzaron en 2017 durante la primera administración Trump y continúan. En el informe 2024, la USTR concluyó que las prácticas desleales de China continúan y, en algunos casos, empeoran. El informe recomienda al Congreso evaluar diferentes enfoques para cambiar las cadenas de suministro fuera de China, donde las entidades estadounidenses están expuestas a las leyes de transferencia de tecnología de Beijing.
Tai aumentó los aranceles sobre otras importaciones chinas, como vehículos eléctricos, jeringas y agujas, globos médicos, semiconductores, células solares, mascarillas y productos de acero y aluminio.
El informe señala, sin embargo, que el gobierno tiene constancia de que las empresas eluden intencionadamente estos aranceles, pero se desconoce el alcance de esta evasión. Desde que se impusieron los aranceles de la Sección 301 en 2018, las importaciones anuales aumentaron un 18 por cientohasta alcanzar los 3.11 mil millones de dólares en 2023 y existe la preocupación de que Aduanas y Protección Fronteriza carezca de recursos para evaluar todos los derechos.
El informe también señala el ciber espionaje patrocinado por el estado chino como un riesgo clave para la propiedad intelectual de las empresas estadounidenses y recomienda que las agencias de inteligencia eduquen al sector privado para aumentar las ciberdefensas.
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