Estados Unidos condenó este martes el arresto en Rusia de Robert Shonov, un ciudadano ruso contratista de su consulado general en Vladivostok que está acusado de conspirar para un Gobierno extranjero.
«Las alegaciones contra el señor Shonov son infundadas», afirmó en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Marr Miller, quien afirmó que el gobierno de Joe Biden condena «enérgicamente» la detención.
La acusación en su contra «pone de manifiesto el uso flagrante por parte de Rusia de leyes cada vez más represivas contra sis propios ciudadanos», añadió Miller.
El portavoz recalcó que las Embajadas de Estados Unidos contratan a personal y servicios locales para trabajar en sus misiones diplomáticas en Rusia y en todos los países del mundo.
Shonov trabajó durante más de 25 años en el Consulado General de Estados Unidos en Vladivostok, de donde fue despedido después de que el Gobierno ruso obligara en abril de 2021 a la Embajada estadounidense a echar a todo su personal local.
Tras ello, Shonov fue empleado por una compañía que es proveedora de servicios para la legación diplomática estadounidense «en estricto cumplimiento de las leyes y regulaciones rusas», afirmó Miller.
La tarea que desempeñaba en el momento de su arresto era elaborar resúmenes de artículos de la prensa rusa.
Shonov, de 62 años, fue detenido por las fuerzas de seguridad rusas en Vladivostok y posteriormente lo trasladaron a la tristemente famosa prisión preventiva de Lefórtovo en Moscú, donde podría ser condenado a ocho años de cárcel.
La embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynne Tracy, visitó a principios de mes en prisión a Paul Whelan, un antiguo infante de marino condenado a 16 años de prisión por espionaje.
A la diplomática se le denegó sin embargo la petición para visitar en la cárcel al periodista de «The Wall Street Journal» Evan Gershkovich, arrestado también por espionaje.
Moscú y Washington consumaron el pasado 8 de diciembre uno de los canjes más sonados y desiguales de los últimos años al intercambiar a la baloncestista Brittney Griner, condenada por posesión de cannabis, por el traficante de armas conocido como el «Mercader de la muerte», Víktor But, que cumplía 25 años de pena en una cárcel estadounidense.
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