La economía de Estados Unidos creció a un ritmo anual del 2,1 % entre julio y septiembre, esto es, dos décimas más que lo calculado anteriormente y una décima por encima del incremento registrado en el trimestre anterior, según informó hoy el Gobierno.
Desde el final de la Gran Recesión, en julio de 2009, la actividad económica estadounidense ha crecido sin pausas y el Fondo Monetario Internacional, que calcula el incremento de este año en un 2,4 %, ha situado las perspectivas para 2020 en un 2,1 %.
Los datos divulgados por el Departamento de Comercio indican que el producto interior bruto (PIB) creció a un ritmo del 3,1 % entre enero y marzo y del 2 % en el segundo trimestre del año.
En el cálculo preliminar, el Gobierno había notado un aumento del PIB del 1,9 % y la corrección de cifras refleja revisiones en inventarios y en la inversión en estructuras, indicó el informe.
«Con el segundo cálculo para el tercer trimestre, las revisiones al alza de las inversiones en inventarios, la inversión no residencial fija y el gasto personal de los consumidores se compensó parcialmente con la revisión a la baja de los gastos de gobiernos estatales y locales», indicó en su informe la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés).
El gasto de los consumidores, que representa casi dos tercios de la actividad económica del país, creció entre julio y septiembre un 2,9 %.
El informe mostró también que las exportaciones en el tercer trimestre crecieron a un ritmo anual del 0,9 % y las importaciones lo hicieron a un 0,8 %.
Los indicadores continúan enviando, sin embargo, señales dispares sobre la salud de la economía, estadounidense, especialmente por la solidez exhibida por el mercado laboral, con un índice de desempleo que se mantiene por debajo del 4 %.
Otro informe del Gobierno indicó ese miércoles que los pedidos de bienes duraderos a las fábricas subieron un 0,6 % en octubre, pero el incremento se debió principalmente a los encargos de aviones y buques de guerra.
Si se excluye el sector militar, los pedidos de bienes duraderos subieron apenas un 0,1 %, lo cual evidencia la debilidad del sector industrial, que limita el crecimiento del PIB.
Por su lado, la guerra comercial desatada con China por la política proteccionista del presidente de EE.UU., Donald Trump, ha aumentado la preocupación entre los empresarios, con multimillonarios aranceles impuestos a las importaciones de productos chinos que han sido contestados con medidas similares por las autoridades de Beijing.
Aunque a comienzos de octubre ambos países llegaron a un acuerdo parcial para rebajar las tensiones en sus disputas comerciales, que se prolongan ya más de 15 meses, aún se mantienen aranceles multimillonarios a las importaciones de ambos países.
Trump, quien durante su campaña electoral en 2016 prometió un crecimiento del PIB en torno al 3 ó el 4 % en cada año de su gobierno, ha culpado repetidamente a la Reserva Federal (Fed) por el ritmo más pausado de incremento, y ha reclamado una bajada de las tasas de interés.
Pero la mayoría de los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed, que dirige la política monetaria del país, considera que los tres recortes de los intereses de referencia aprobados este año son suficientes, y que las incertidumbres económicas globales se han «relajado algo» en las últimas semanas.
Después de tres recortes consecutivos, los tipos de interés de referencia en EE.UU. se encuentran actualmente entre el 1,5 % y el 1,75 %.
La próxima reunión del banco central está prevista para el 10 y 11 de diciembre, en la que se prevé que se mantenga sin cambios el precio del dinero.
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