La Administración Biden pretende defender en Asia el orden internacional basado en normas colaborando estrechamente con los aliados y socios regionales en lugar de dar prioridad a la comunicación con China, declaró un funcionario del gobierno.
Estados Unidos trabajará con sus socios para configurar el entorno operativo del Indo-Pacífico, según el coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para Asuntos Indo-Pacíficos, Kurt Campbell.
«Ahora reconocemos que los pasos más importantes que podemos dar tienen que ver con el sistema operativo y con la forma en que trabajamos con aliados y socios», declaró Campbell durante un debate celebrado el 30 de marzo con el think tank Center for a New American Security.
«La idea aquí no es de ninguna manera desafiar a China, o rodear a China, sino proteger nuestros intereses y asegurarnos de que a través del esfuerzo común somos capaces de estabilizar y fortalecer los elementos de este sistema que creemos que han beneficiado a todos».
Las salvaguardias entre EE. UU. y China no funcionan
Campbell dijo que una teoría predominante durante mucho tiempo en política exterior respecto a China sostenía que Estados Unidos debía comunicarse directamente con el régimen de Beijing para crear un cambio a través de Asia.
Según Campbell, se ha demostrado que esa teoría es errónea y que, en su lugar, Estados Unidos debe tratar de influir en la toma de decisiones del régimen moldeando el entorno que lo rodea.
«[La nueva teoría] cree que el marco más eficaz era trabajar con aliados y socios para crear un contexto más amplio para luego implicar a China más directamente», dijo Campbell.
«Eso es lo que ha intentado hacer el presidente Biden. Trabajar en ello con nuestros compromisos bilaterales existentes pero también con nuevos socios…».
Campbell añadió que los esfuerzos de Estados Unidos por convencer directamente a China de que adopte políticas y prácticas más amistosas o liberales habían fracasado. Por ello, dijo, Estados Unidos tratará ahora de trabajar en torno al régimen en lugar de «sobreestimar» su propia capacidad para convencer a China de que abandone sus formas autoritarias.
«Lo que hemos intentado subrayar es que, en muchos aspectos, aceptamos a China tal y como existe», dijo Campbell.
«También reconocemos que, en muchos aspectos, nuestros esfuerzos por construir unos cimientos o un suelo bajo la relación y salvaguardias , todavía no han tenido éxito».
Con ese fin, Campbell dijo que el régimen comunista de Beijing había rechazado en gran medida los esfuerzos de Estados Unidos por mantener abiertas las líneas de comunicación, y había optado en cambio por exacerbar las tensiones negándose a comunicarse en momentos de crisis.
«Los chinos se han mostrado reacios a entablar conversaciones sobre el fomento de la confianza, las comunicaciones en situaciones de crisis o las líneas directas», declaró Campbell.
«La intención de Estados Unidos es mantener abiertas esas líneas de comunicación. Creemos que es lo más responsable. No lo hacemos como un favor. Lo hacemos porque redunda en nuestro interés estratégico».
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