Estados Unidos puede ganar una guerra contra China sobre Taiwán, según los analistas, pero debe tomar medidas para ampliar sus esfuerzos en los diferentes ámbitos de la economía, la guerra y la diplomacia contra el régimen chino.
Al describir un ejercicio de juego de guerra realizado en octubre de 2020, que incluía un conflicto simulado con el régimen chino sobre Taiwán, el entonces vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, el general John Hyten, dijo en julio: «Sin exagerar la cuestión, fracasó estrepitosamente». Por ello, Hyten pidió al Pentágono que revisara su estrategia de capacidad de combate de guerra para obtener una ventaja en la batalla de aquí a 2030.
Grant Newsham, coronel retirado del Cuerpo de Infantería de Marina de EE.UU. que fue el primer oficial de enlace de la Marina con la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón, declaró a The Epoch Times que «cuanto más se oye hablar de perder la lucha con China por Taiwán, se crea una sensación de derrotismo, una sensación de que no hay nada que podamos hacer». Dijo que «Estados Unidos debe ampliar el campo de batalla» para tener éxito contra el régimen chino.
James Fanell, exdirector de inteligencia y operaciones de información de la Flota del Pacífico de Estados Unidos, coincidió con él. Dijo que «Estados Unidos tendría dificultades para operar dentro de la primera cadena de islas, por lo que es necesario ampliar el espacio de batalla no solo en el ámbito militar, sino también en el económico y diplomático».
Debilitar con las sanciones
Newsham y Fanell dijeron que las líneas de comercio y de intercambio pueden verse afectadas, si no detenidas. Y esto tendría un impacto significativo en la capacidad del régimen chino para ejercer sobre Taiwán. «Porque China depende de los activos en el extranjero», dijo Newsham. «Es muy vulnerable».
Algunas de las principales importaciones de China son los circuitos integrados, el petróleo crudo y los gases del petróleo, y la soja. China es el segundo mayor destino comercial del mundo, con unas importaciones totales de aproximadamente 1.61 billones de dólares.
«El ejército chino, a pesar de su rápido crecimiento y poder, no es capaz de defender los intereses de China en el extranjero, ni sus líneas de comunicación en el exterior», dijo Newsham. El país es «simplemente demasiado dependiente» de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN, por sus siglas en inglés) y de la Unión Europea, sus principales socios de importación.
Fanell dijo: «Al limitar el acceso a los activos en el extranjero, incluyendo la tecnología, la energía e incluso los alimentos, pondría al Partido Comunista Chino (PCCh) en gran riesgo».
Newsham dijo que, aunque rara vez se menciona, también vale la pena señalar que «el renminbi [RMB], no es una forma de moneda convertible». Es simplemente la moneda oficial de la República Popular China, pero «China apenas se puede comprar algo en el extranjero con ella, ni nadie quiere realmente la moneda», dijo.
Según Newsham, Estados Unidos podría imponer sanciones financieras a China para aprovecharse de estas «enormes vulnerabilidades», deteniendo el flujo de mercancías y manteniendo el uso de la «moneda del pueblo» dentro del país.
Fanell estuvo de acuerdo y dijo que «las sanciones económicas paralizantes llamarían la atención de China muy rápidamente». Además, dijo que la Marina de Estados Unidos podría «interceptar para detener o desviar los barcos» de la entrega de muchos de sus recursos importados.
Es entonces cuando el régimen chino se volvería «muy vulnerable, no solo militarmente, sino también financiera y económicamente». Al ampliar el campo de batalla de esta manera, Newsham dijo que «China recibiría una mano muy mala para jugar y se colocaría en una posición muy débil».
Es cierto que si una lucha con el régimen chino se limitara al estrecho de Taiwán, Newsham dijo que «Estados Unidos lo tendría difícil, [pero] al ampliar el campo de batalla, las probabilidades cambiarían inmensamente a favor de Estados Unidos».
Romper el aislamiento de Taiwán
Décadas de «aislamiento» de los ejercicios conjuntos a gran escala con sus aliados militares también deben llegar a su fin, según Newsham. «El ejército de Taiwán no se ha desarrollado como debería en los últimos 40 años debido a la falta de exposición a otros ejércitos», explicó.
«Considere los problemas que los taiwaneses podrían afrontar en operaciones a gran escala con otros ejércitos, al no haber entrenado ni realizado nunca ejercicios juntos».
Newsham dijo que sospecha que este tipo de entrenamiento con Taiwán se ha descuidado durante tanto tiempo por miedo a molestar al régimen chino. «Eso envía un mensaje a Taiwán: los queremos y los apoyamos, pero tenemos miedo de que nos vean en público con ustedes», dijo. «Ya es hora de que los aliados de Taiwán rompan el aislamiento y participen en entrenamientos y ejercicios multilaterales con Taiwán».
Si no se rompe el aislamiento, dijo que están en grave peligro las posibilidades de permitir que Taiwán se desarrolle de manera que pueda defenderse por sí mismo.
Es más, Fanell dijo que el PCCh ha escuchado de los líderes militares americanos que Estados Unidos no «atacará al continente». Según él, muchos temen que un ataque a la China continental se convierta inmediatamente en una guerra nuclear. Pero Fanell no está de acuerdo.
«Estados Unidos no ha hecho más que dar al régimen chino el beneficio involuntario de saber que nunca tendrán que defenderse realmente», dijo. Estados Unidos debe estar dispuesto a hacer lo que sea necesario para «cambiar el cálculo del régimen chino y hacer que reconsidere atacar a Taiwán», añadió.
Condena colectiva
Otros países deben utilizar medios diplomáticos para influir en la posición mundial del régimen chino, dijo Fanell. Una posibilidad es utilizar el Diálogo Cuadrilateral de Seguridad (Quad), una asociación informal entre Australia, India, Japón y Estados Unidos.
Fanell sugirió que el Departamento de Estado de Estados Unidos debería animar a los ministros de Asuntos Exteriores de la Cuadrilateral a emitir una declaración conjunta, junto con cualquier otra nación del Indo-Pacífico, que condene al régimen chino por lo que ha hecho contra Hong Kong y está haciendo contra Taiwán. «La cuestión es que, si se quiere hacer frente al régimen chino, habrá que utilizar todas las palancas del poder nacional».
En cuanto a la diplomacia, Fanell dijo que «el mundo tiene que ser mucho más agresivo» a la hora de enfrentarse al régimen chino por lo que está haciendo «contra la libertad y las libertades, y contra las normas y estándares internacionales». Dijo que el régimen chino es «la nación rara» y «la excepción a la regla», y añadió que «no se trata de América contra China, sino de China contra el mundo».
Según Fanell, esto debe exponerse de manera que «disminuya aún más la posición y la postura» del régimen chino a escala mundial. Y parte del problema puede atribuirse a Estados Unidos, añadió.
«Las grandes corporaciones y las empresas de inversión tienen que dejar de verter miles de millones de dólares en China, [porque] una parte de cada dólar que se gasta allí se destina a la construcción del EPL, [Ejército Popular de Liberación] que, a su vez, lo utiliza para preparar la guerra contra Estados Unidos».
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