El 6 de febrero, el Fiscal General de los Estados Unidos, William Barr, instó a Estados Unidos a encontrar rápidamente una alternativa al principal proveedor chino de 5G, Huawei, diciendo que la futura prosperidad de la nación depende de ello.
El país y sus aliados tienen un plazo de cinco años —el tiempo en el que se determinará el dominio mundial de 5G— para lanzar un competidor viable a Huawei y contrarrestar el liderazgo de China en la tecnología inalámbrica de próxima generación, dijo Barr en una conferencia en Washington el 4 de febrero sobre los esfuerzos del Departamento de Justicia para combatir las amenazas chinas.
«El tiempo es muy corto, y nosotros y nuestros aliados debemos actuar rápidamente», dijo el fiscal general.
China domina actualmente el mercado global de infraestructura 5G, capturando el 40 por ciento a través de las empresas Huawei y ZTE. 5G es la próxima generación de redes móviles que ofrecerá conectividad a Internet a velocidades de 10 a 100 veces más rápidas que 4G. La conexión rápida está destinada a revolucionar muchas industrias, incluyendo el transporte, la salud y la manufactura.
«Los chinos están usando todas las palancas de poder para expandir su participación en el mercado de 5G en todo el mundo», dijo Barr.
Sus comentarios tienen lugar mientras Estados Unidos trabaja para convencer a sus aliados de que prohíban a Huawei —el mayor proveedor de equipos de telecomunicaciones del mundo— el despliegue de sus 5G, basándose en que la empresa plantea riesgos para la seguridad nacional. Los funcionarios estadounidenses han advertido repetidamente que los productos del gigante tecnológico chino podrían ser utilizados por el régimen chino para espiar e interrumpir las redes de comunicación. Estas preocupaciones se basan en los vínculos de la empresa con el ejército chino, así como en el hecho de que las leyes chinas obligan a las empresas a cooperar con los organismos de inteligencia cuando se les pide.
La semana pasada, el Reino Unido permitió a Huawei suministrar partes no esenciales de sus redes 5G, lo que provocó críticas de los funcionarios y legisladores estadounidenses. La Unión Europea (UE) también se abstuvo de excluir a la compañía, recomendando que los estados miembros pudieran prohibir a los operadores de telecomunicaciones que consideraran un riesgo de seguridad de las partes críticas de sus redes 5G.
Desde el punto de vista de la seguridad, permitir que el régimen chino domine las tecnologías 5G significaría que podría «cortar el suministro a los países» en caso de que Beijing desee tomar represalias contra empresas o gobiernos extranjeros, dijo Barr, y agregó que esta «influencia económica sin precedentes» es mucho más poderosa que las sanciones económicas.
Estados Unidos también debería preocuparse por la gran ventaja económica que China obtendrá si controla la tecnología 5G, dijo Barr. Estima que las nuevas tecnologías impulsadas por 5G podrían generar nuevas oportunidades económicas de 23 billones de dólares para el año 2025.
«Si China establece un dominio exclusivo sobre 5G, podrá dominar las oportunidades que surjan de una asombrosa gama de tecnologías emergentes que dependerán de la plataforma 5G y estarán entrelazadas con ella», añadió.
Por lo tanto, hoy en día Estados Unidos y sus aliados deben ser capaces de ofrecer una alternativa a Huawei.
«Lo que necesitamos hoy es un producto que pueda ganar contratos ahora mismo, una infraestructura probada con la que los operadores de redes se comprometan a largo plazo hoy. En otras palabras, necesitamos un producto que pueda frenar y dar vuelta el impulso de Huawei en la actualidad», dijo Barr.
Dijo que Estados Unidos y sus aliados deberían «considerar activamente» la posibilidad de respaldar a los dos principales competidores de Huawei en el extranjero: Nokia y Ericsson. Esto podría hacerse mediante la propiedad estadounidense en una participación de control en estas empresas, ya sea directamente o a través de un consorcio de empresas estadounidenses.
«Poner nuestro gran mercado y nuestro músculo financiero detrás de una o ambas de estas empresas lo convertiría en un competidor más formidable y eliminaría las preocupaciones sobre su capacidad de permanencia», dijo Barr.
El fiscal general también instó a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), que actualmente está subastando el espectro de banda alta para 5G, a que decida rápidamente si también pone a disposición el espectro de banda media, que tiene velocidades más lentas pero mayor área de cobertura. Dijo que este enfoque de hacer funcionar ambos espectros en conjunto podría «reducir el tiempo de despliegue de 5G en los Estados Unidos de una década a 18 meses, y ahorrar aproximadamente 80 millones de dólares».
«Nuestro futuro económico está en juego», dijo. «Debemos tener en cuenta que, dada la estrecha ventana a la que nos enfrentamos, el riesgo de perder la lucha de la 5G con China debe superar ampliamente todas las demás consideraciones».
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