La seguridad de Taiwán forma parte de la seguridad más amplia de la región Indo-Pacífica y, por tanto, Washington debería dejar claro que protegería la isla autogobernada si China hace un movimiento para invadirla, según el experto en seguridad Joseph Bosco.
El régimen chino considera que Taiwán es parte de su territorio y que puede tomarlo por la fuerza si es necesario. Washington, en virtud de una política conocida como ambigüedad estratégica, es deliberadamente vago sobre si acudiría en defensa de la isla en caso de un ataque chino. Pero Estados Unidos está obligado a proporcionar a Taiwán los medios para defenderse en virtud de la Ley de Relaciones con Taiwán.
Bosco se refirió a la descripción que hizo el famoso general estadounidense Douglas MacArthur de la isla como un portaaviones insumergible, diciendo que la posición de Taiwán es fundamental para la seguridad de Estados Unidos y de todos los demás países de la región.
Taiwán se encuentra en la posición de vanguardia de la «primera cadena de islas» que puede acorralar a la Armada china si ésta pretende salir a aguas más profundas del Pacífico, dijo.
La primera cadena de islas es la cadena de islas más cercana al continente chino, que se extiende desde la isla japonesa meridional de Kyushu, pasando por Taiwán y Filipinas, hasta Indonesia. Durante décadas, los estrategas militares del Partido Comunista Chino (PCCh) han considerado la primera cadena de islas como una barrera antes de que el régimen pueda proyectar su poder aéreo y naval a la gran región del Indo-Pacífico.
«Si China tomara el control de Taiwán, tendría una apertura a todo el sudeste asiático y al gran Pacífico, que incluye Hawai y la costa oeste de Estados Unidos», declaró recientemente Bosco, exfuncionario de la Oficina del Secretario de Defensa para China, al programa «China Insider» de Epoch TV.
Si esto ocurriera, «nuestra posición de seguridad se vería disminuida, o se reduciría el potencial de influencia sobre las naciones agresivas», añadió.
«El comercio que fluye a través del Mar de China Meridional, que afecta en gran medida a Estados Unidos y a otros países de la región y de fuera de ella, se vería afectado negativamente».
La pérdida de Taiwán a manos del régimen, dijo, «sería una calamidad para los intereses occidentales, en general, incluyendo también a Japón, Corea del Sur, India».
Además, si Taiwán cae, países como Corea del Sur, Japón, Filipinas, Vietnam y otros estados del sudeste asiático «tendrían que plegarse esencialmente a China en materia de seguridad», dijo Bosco.
El fracaso de Estados Unidos y Occidente a la hora de disuadir al presidente ruso Vladimir Putin de invadir Ucrania, es un «motivo de preocupación para Taiwán», según Bosco. En el período previo a la invasión, Washington no expresó ningún compromiso firme de apoyar militarmente a Ucrania en caso de un ataque de Rusia, y por lo tanto no fue capaz de disuadir a Putin de hacer un movimiento contra su vecino.
Si se muestra la misma ambigüedad hacia Taiwán, dijo Bosco, «sería muy contraproducente en términos de animar a China a perseguir sus ambiciones acumulando sus fuerzas no solo contra Taiwán, sino contra Estados Unidos para evitar que acuda en ayuda de Taiwán».
De cara al futuro, «si Occidente permite que Rusia se apodere incluso de un centímetro más de territorio ucraniano más allá de lo que ya tienen en el este de Ucrania y Crimea, entonces eso será pregonado como una victoria para Putin y Rusia. Y Xi Jinping sacará las conclusiones necesarias de eso», dijo el exfuncionario de Defensa.
Bosco cree que China actuará contra Taiwán en menos de cinco años. Pero la decisión final de invadir, señaló, depende de que Washington declare efectivamente que defenderá a Taiwán.
«La credibilidad de Estados Unidos está increíblemente en juego si no mantenemos nuestros compromisos con Taiwán, tanto moralmente como en virtud de la Ley de Relaciones con Taiwán y los demás documentos que rigen nuestras relaciones», según Bosco.
Una caída de Taiwán en manos del régimen sería, dijo, «una enorme pérdida, y una victoria para el sistema comunista, que podría entonces argumentar que Estados Unidos está en declive y que nuestra influencia en la región está disminuyendo, y que China está en ascenso y será la potencia dominante en la región y más allá durante las próximas décadas».
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