Estados Unidos planea desplegar sistemas de misiles de largo alcance en Alemania para confirmar su compromiso con la OTAN y la defensa de Europa, según una declaración conjunta publicada por los gobiernos estadounidense y alemán.
«Estados Unidos iniciará despliegues episódicos de las capacidades de fuego de largo alcance de su Fuerza de Tareas Multidominio en Alemania en 2026», dice la declaración del 10 de julio.
El despliegue previsto de misiles, explica la declaración, tiene por objeto allanar el camino para el «estacionamiento duradero de estas capacidades en el futuro».
«Estas unidades de fuegos convencionales de largo alcance incluirán SM-6, Tomahawk y armas hipersónicas en desarrollo, que tienen un alcance significativamente mayor que los fuegos terrestres actuales en Europa», dice el comunicado.
Estados Unidos no ha desplegado abiertamente este tipo de sistemas de misiles en Europa desde el apogeo de la Guerra Fría, que terminó con el colapso de la Unión Soviética en 1991.
En declaraciones a Reuters, un portavoz del canciller alemán, Olaf Scholz, calificó la decisión de «paso necesario para disuadir a Rusia».
Washington y Berlín emitieron la declaración conjunta en el segundo día de una cumbre de la OTAN de tres días organizada por Washington que concluyó el 11 de julio.
En una declaración conjunta, los líderes de la OTAN dijeron que la invasión rusa de Ucrania —ahora en su tercer año— había «destrozado la paz y la estabilidad en el área euroatlántica y socavado gravemente la seguridad global».
Dijeron en la declaración que Rusia «sigue siendo la amenaza más significativa y directa para la seguridad de los Aliados».
«Grave error»
Las autoridades rusas no tardaron en reaccionar al plan de despliegue de misiles.
Sergey Ryabkov, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, describió la medida como una «táctica intimidatoria» de la OTAN y Estados Unidos.
Citado por la agencia de noticias rusa TASS, dijo que Moscú elaboraría una «respuesta militar» a los despliegues previstos por Estados Unidos «con la cabeza fría».
Anatoly Antonov, enviado de Moscú a Washington, calificó la decisión de «grave error».
«Tales pasos altamente desestabilizadores amenazan directamente la seguridad internacional y la estabilidad estratégica», dijo el diplomático en un posteo en las redes sociales.
La medida, dijo, corre el riesgo de desencadenar «una escalada incontrolable en medio del peligroso agravamiento de las tensiones a lo largo de la vía Rusia-OTAN».
Antonov también acusó a Estados Unidos de ignorar las «peligrosas consecuencias de romper el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF)».
Firmado en 1987 por Washington y Moscú, el Tratado INF prohíbe de hecho el despliegue de sistemas de misiles terrestres con un alcance superior a 500 kilómetros.
En 2019, Estados Unidos se retiró unilateralmente del tratado, alegando que Rusia había violado sus términos al desarrollar misiles de crucero de alcance intermedio.
Funcionarios rusos han negado repetidamente la acusación.
El mes pasado, el presidente ruso Vladimir Putin amenazó con reanudar la producción de misiles rusos de alcance intermedio que habían sido prohibidos en virtud del Tratado INF.
Según Moscú, Estados Unidos ya está produciendo misiles de alcance medio y los ha desplegado en Europa y el sudeste asiático.
«Tenemos que empezar a fabricar estos sistemas de ataque y luego, en función de la situación real, tomar decisiones sobre dónde… colocarlos», declaró Putin en declaraciones televisadas el 28 de junio.
Mientras tanto, el plan de despliegue estadounidense-alemán también ha suscitado críticas de los partidos de la oposición alemana, tanto de la izquierda como de la derecha.
El partido Alternativa para Alemania (AfD), que se opone al apoyo incondicional de Occidente a Ucrania, advirtió que la medida corría el riesgo de convertir a Alemania en «un objetivo».
«El canciller Scholz no está actuando en interés de Alemania», dijo el 11 de julio el líder de AfD, Tino Chrupalla.
«Está permitiendo que la relación de Alemania con Rusia se vea permanentemente dañada», dijo el jefe del partido.
«Estamos volviendo a caer en el modelo del conflicto Este-Oeste».
Por su parte, el partido Die Linke, de tendencia izquierdista en Alemania, calificó el plan de «altamente problemático», advirtiendo de la probabilidad de una nueva carrera armamentística entre Rusia y la OTAN.
A pesar de las críticas, Francia, Alemania, Italia y Polonia firmaron el 11 de julio una carta de intenciones para desarrollar misiles de crucero lanzados desde tierra con un alcance de más de 310 millas.
En declaraciones al margen de la cumbre de la OTAN, el ministro de Defensa francés, Sebastien Lecornu, afirmó que los nuevos misiles de crucero pretenden disuadir la agresión rusa.
Rusia invadió Ucrania a principios de 2022 con el objetivo declarado de proteger a los rusoparlantes de la región de Donbás e impedir una mayor expansión de la OTAN hacia el este.
Kiev y sus aliados han condenado la invasión de Rusia como una apropiación de tierras no provocada.
Con información de Reuters.
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