Estados Unidos está investigando los informes de víctimas civiles en Kabul después de que un ataque de un dron estadounidense hiciera estallar el domingo un vehículo que transportaba «múltiples terroristas suicidas» del grupo ISIS-K, dijo un funcionario.
El ataque de un dron antiterrorista liderado por Estados Unidos puede haber causado «víctimas adicionales», además de los dos terroristas de ISIS que se tenía como objetivo, dijo el capitán Bill Urban, un portavoz del Comando Central de Estados Unidos, en una declaración a última hora del domingo.
«Somos conscientes de los informes de víctimas civiles después de nuestro ataque a un vehículo en Kabul», dijo Urban.
Los informes están siendo examinados por Estados Unidos, añadió, indicando que si bien el ataque con drones interrumpió una amenaza inminente del ISIS-K al aeropuerto internacional de Kabul, «estaríamos profundamente entristecidos por cualquier posible pérdida de vidas inocentes».
«Sabemos que hubo explosiones subsiguientes sustanciales y potentes como resultado de la destrucción del vehículo, lo que indica que una gran cantidad de material explosivo en el interior puede haber causado víctimas adicionales», dijo Urban. «No está claro lo que puede haber ocurrido y estamos investigando más a fondo».
El Pentágono dijo anteriormente que dos miembros «de alto perfil» del grupo terrorista ISIS-K fallecieron en el ataque con drones del viernes y otro resultó herido.
«Ellos perdieron a un planificador y a un mediador y tienen un herido. El hecho de que dos de estos individuos ya no estén caminando sobre la faz de la Tierra, es algo bueno», dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby, durante una rueda de prensa.
«Es algo bueno para el pueblo de Afganistán. Es algo bueno para nuestras tropas y nuestras fuerzas en ese aeródromo y creo que voy a dejarlo así», continuó Kirby.
El ataque con drones del viernes se produjo poco después del atentado en el aeropuerto de Kabul en el que murieron 13 militares estadounidenses y más de 100 afganos. El ISIS-K, filial del ISIS, reivindicó el atentado del 26 de agosto, presumiendo de que un terrorista suicida «consiguió penetrar en todas las fortificaciones de seguridad» puestas en marcha por las fuerzas estadounidenses y talibanes.
Fundado en 2015, el ISIS Jorasán, o ISIS-K, es un enemigo declarado de los talibanes y de Estados Unidos. Había permanecido en silencio cuando el grupo terrorista Talibán tomó Kabul el 15 de agosto, lo que hizo temer que hubiera estado planeando un ataque a gran escala.
El grupo terrorista ISIS se considera orgulloso de centrarse en el yihad global y no de nivel local, y manifiesta que el gobierno de los talibanes no es lo suficientemente islámico.
Zabihullah Mujahid, portavoz de los talibanes, dijo que se estaba llevando a cabo una «investigación talibán» sobre los atentados.
Mientras tanto, Amrullah Saleh, quien dice ser el presidente en funciones de Afganistán, de acuerdo a la constitución, afirmó que son los talibanes quienes están tras las explosiones.
«Todas las pruebas que tenemos a mano muestran que las células [terroristas del ISIS-K] tienen sus raíces en los talibanes y la red Haqqani, especialmente las que operan en Kabul», posteó Saleh en Twitter un día después de la mortal explosión.
«Sabíamos desde hace dos o tres días que los talibanes querían acabar con el desastre del aeropuerto con una serie de atentados», dijo a Euronews el 26 de agosto. «Ellos hicieron correr la voz de que el ISIS quería llevar a cabo atentados. Los talibanes están detrás del atentado de hoy [jueves]», afirmó.
Estados Unidos tampoco ha descartado la participación de los talibanes en el atentado. Kirby dijo el 27 de agosto que los funcionarios estadounidenses no estaban seguros de la participación de los talibanes.
Con información de Melanie Sun.
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