Estados Unidos y Japón están creando una nueva estructura de mando militar destinada a disuadir la agresión comunista china en el Indo-Pacífico.
La nueva estructura convertirá los aproximadamente 50,000 efectivos de las Fuerzas Estadounidenses en Japón en una unidad de cuartel general de fuerza conjunta bajo la autoridad del comandante del Mando Indo-Pacífico de Estados Unidos.
La noticia de la nueva fuerza conjunta se anunció el 28 de julio, tras una reunión ministerial de altos cargos diplomáticos y de defensa de Estados Unidos y Japón celebrada en Tokio durante el fin de semana.
El Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, declaró que la reestructuración ayudará a los dos aliados a modernizar sus fuerzas y a aumentar la interoperabilidad entre ejércitos.
«Este será el cambio más significativo en las Fuerzas de EE.UU. en Japón desde su creación, y una de las mejoras más fuertes en nuestros lazos militares con Japón en 70 años», dijo Austin durante una conferencia de prensa el 28 de julio.
«Acogemos con satisfacción la decisión histórica de modernizar el mando y control de nuestra alianza para afrontar mejor los retos de hoy y de mañana».
El Sr. Austin dijo que el nuevo cuartel general de la fuerza conjunta se pondría en marcha en fases bajo el mando de un oficial de tres estrellas y sería un homólogo del propio Mando de Operaciones Conjuntas de Japón.
Según una hoja informativa distribuida por el Pentágono, el nuevo cuartel general también será fundamental para aumentar el adiestramiento, los ejercicios y las operaciones bilaterales. Asimismo, ambas naciones aumentarán su presencia en el Arco de Ryukyu, archipiélago japonés que se extiende hasta 70 millas de Taiwán en su punto más suroccidental.
El ministro japonés de Asuntos Exteriores, Kamikawa Yoko, declaró que el acuerdo era necesario para hacer retroceder la creciente agresividad de las potencias autoritarias de la región, entre ellas China, Corea del Norte y Rusia.
«En cuanto al entorno de seguridad regional, hemos acordado que la postura exterior de China y sus acciones militares encaminadas a recrear el orden internacional para satisfacer sus propios intereses nos preocupan seriamente a nosotros, a la región y a la comunidad internacional», declaró Kamikawa a través de un intérprete.
En una declaración conjunta de las autoridades estadounidenses y japonesas se afirmaba asimismo que el nuevo mando y los refuerzos se basaban en parte en «la evaluación de un entorno de seguridad regional cada vez más deteriorado».
Según el comunicado, las principales preocupaciones en materia de seguridad son la expansión nuclear masiva de la China comunista, los intentos de Corea del Norte de construir un arsenal nuclear para sí misma y los acuerdos ilegales de Rusia con Corea del Norte, de la que Moscú depende para llevar a cabo su guerra en Ucrania. Para ello, los líderes anunciaron que Japón y Estados Unidos trabajarían para aumentar la coproducción de capacidades clave de misiles, incluido el sistema Patriot, y reforzarían la cooperación en ciberseguridad, inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
«Estamos reforzando nuestra capacidad combinada para disuadir y responder a comportamientos coercitivos en el Indo-Pacífico y más allá», declaró Austin.
«Estamos reforzando el orden internacional basado en normas que nos mantiene a todos a salvo. Y los acuerdos que hemos avanzado hoy garantizarán que la alianza entre Estados Unidos y Japón siga siendo una piedra angular de la seguridad y la estabilidad en el Indo-Pacífico».
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