Estados Unidos alcanzó el lunes el objetivo del presidente Joe Biden de administrar al menos una dosis de la vacuna COVID-19 al 70 por ciento de los adultos estadounidenses —con un mes de retraso— según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Biden se había propuesto inicialmente alcanzar ese objetivo antes del 4 de julio.
Los CDC anunciaron a última hora del lunes que 180,762,301 personas, es decir, el 70 por ciento de los adultos estadounidenses, recibieron al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), mientras que 164,919,666 personas, es decir, el 49.7 por ciento de la población, estaban totalmente vacunadas.
Según la agencia, hasta el lunes por la mañana se habían administrado un total de 346,924,345 dosis de vacunas contra COVID-19 en todo el país.
Las tres vacunas contra el COVID-19, actualmente autorizadas en Estados Unidos para un uso de emergencia, son producidas por Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson. Las tres vacunas aún no reciben la aprobación completa de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Pfizer y BioNTech presentaron su solicitud el 7 de mayo, Moderna inició en junio una presentación que está en curso, mientras que Johnson & Johnson dijo en abril que tiene previsto hacerlo a fines de este año.
La FDA suele tardar varios meses en conceder la aprobación completa de una vacuna. Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA, que regula las vacunas, declaró la semana pasada a The Washington Post que la agencia suele exigir un seguimiento de al menos seis meses de las personas que recibieron la vacuna en el ensayo clínico.
La vacunación se alcanzó en medio de un aumento de los casos de la variante Delta COVID-19, altamente contagiosa y poco después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) actualizaran sus orientaciones sobre el uso de mascarillas, en las cuales se indica que las personas totalmente vacunadas también deberían usarlas en interiores, en zonas de alto riesgo.
Las investigaciones indican que «en raras ocasiones, algunas personas vacunadas infectadas con la variante Delta después de la vacunación pueden ser contagiosas y propagar el virus a otros», dijo a los periodistas la Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC, el 27 de julio.
Los individuos totalmente vacunados que contraen la variante Delta pueden tener la misma carga viral que las personas no vacunadas, indicó Walensky, señalando que la variante puede ser transmitida por personas vacunadas.
La variante Delta representa actualmente más del 80 por ciento de los nuevos casos en Estados Unidos.
Tras la actualización de las orientaciones de los CDC, algunas jurisdicciones pasaron a reimponer la obligación de llevar mascarilla, independientemente del estado de vacunación. El lunes, Luisiana se convirtió en el primer estado en hacerlo para todos los entornos interiores excepto cuando se está en casa, e incluidos los colegios y las escuelas, argumentando la propagación de la variante contagiosa.
De hecho, en un condado de Massachusetts, los brotes de COVID-19 del mes pasado asociados a grandes reuniones públicas se produjeron principalmente entre personas totalmente vacunadas.
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sugirió el 27 de julio que los que siguen sin vacunarse están «sembrando una enorme confusión».
«Tenemos una pandemia por culpa de los no vacunados y ellos están sembrando una enorme confusión», dijo Biden durante su visita a McLean, Virginia. «Solo hay una cosa que sabemos con seguridad, si esos otros 100 millones de personas se vacunaran, estaríamos en un mundo muy diferente. Así que vacúnense. Si no lo han hecho, no son ni de lejos tan inteligentes como pensé».
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