Ante la creciente competencia de China y otros rivales geopolíticos, Estados Unidos debe aplicar políticas que beneficien a las industrias y los consumidores estadounidenses y que no impulsen la salida del país de más empresas vitales para la salud económica, según el representante Byron Donalds (R-Fla.).
Desde este punto de vista, una de las tareas más urgentes es revisar el código tributario estadounidense y lo que significarán los cambios pendientes.
«Lo primero que tenemos que hacer es echar un vistazo a nuestro código fiscal. La mayoría de la gente no entiende que el recorte de impuestos y la Ley EMPLEOS —los recortes de impuestos de Trump, si se quiere— van a empezar a expirar lentamente en los próximos años. Lo único que va a hacer es incentivar a las empresas para que se vayan al extranjero aún más, y no se queden en estados Unidos», dijo el representante Donalds al programa «China Insider» de EpochTV en la Conferencia de Acción Política Conservadora en Orlando, Florida, el 25 de febrero.
La prioridad no es solo detener la subcontratación y la deslocalización, sino trabajar para devolver la fabricación a Estados Unidos y ser eficientes energéticamente, añadió el congresista. No es posible hacer funcionar una economía solo con energía verde, dijo.
En opinión de Donalds, una serie de malas decisiones tomadas en los últimos 30 años han facilitado que las empresas fabriquen en China y otros países extranjeros. No se trata de renunciar a las relaciones con los proveedores extranjeros, en sí, sino de la necesidad de elegir a estos socios con cuidado.
«No estoy diciendo que todo tenga que volver a Estados Unidos, sino que hay cosas clave que tienen que volver», dijo, citando la producción de productos farmacéuticos y minerales de tierras raras como industrias críticas que deben ser relocalizadas en el país.
Mientras que gran parte de la cobertura mediática de Beijing y el PCCh se centra en sus ambiciones militares y geoestratégicas, el congresista señaló que es importante recordar que el PCCh también avanza en sus amplios objetivos a través de una agenda económica y comercial muy agresiva.
«Quieren ser la potencia dominante en el mundo, no solo militarmente, sino económicamente. Las actuales políticas económicas y fiscales de Estados Unidos solo ayudan [al PCCh], no los frenan», dijo Donalds.
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