Estados Unidos propuso este martes revisar la Carta Democrática Interamericana de la Organización de Estados Americanos (OEA) y crear un mecanismo para monitorear la democracia en la región.
Durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, Estados Unidos resaltó algunas ideas para evitar las crisis democráticas en la región, a puertas de la próxima Asamblea General del organismo programada para junio.
“El hilo conductor de todos los elementos de la política estadounidense tanto interna como internacional es la necesidad de hacer que la democracia funcione para todos”, inició diciendo el embajador de Estados Unidos ante la OEA, Frank O. Mora, durante su intervención en la sesión este martes. “Sabemos que los hechos recientes han hecho que la OEA esté al centro del escenario mundial en el último año. En este momento donde hay cada vez más autoritarismo, las normas democráticas e instituciones, están bajo amenaza, cada vez más fuerte”, agregó.
Mora señaló que la sesión extraordinaria era una oportunidad para que haya cada vez más concentración en la implementación y respeto de los principios de la Carta Democrática Interamericana, adoptada el 11 de septiembre de 2001 en Perú.
El embajador estadounidense, urgió “que la OEA aborde la erosión democrática y los problemas de degradación democrática”. Para ello, Mora propuso presentar un mecanismo de observación para evitar crisis “democráticas”.
En segundo lugar, pidió evaluar la creación de un “sistema de revisión por pares” que sería un “compendio de mejores prácticas para promover los procesos efectuados, experiencias logradas y lecciones aprendidas” de la gobernanza democrática.
En tercer lugar, Mora propuso designar un “relator especial, un alto comisionado o un ombudsman” del secretario general del organismo, que sea independiente e imparcial.
El representante de Estados Unidos explicó que el rol del relator especial sería llevar el registro sistemático e informado de los procesos políticos de cada uno de los países, y abrir el diálogo con actores sociales, políticos y económicos.
Ante la propuesta de Estados Unidos de revisar la carta democrática, cada delegación ajustó su revisión de la Carta a los puntos de vista de cada gobierno.
La embajadora de México ante el organismo, Luz Elena Baños, enfatizó en varias ocasiones el concepto del “principio de no intervención”, siguiendo la línea federal marcada por el presidente mexicano. Baños señaló que para México “no existe un modelo único de democracia” sino que esta se debe entender como procesos “endógenos” de los pueblos.
El embajador de Bolivia, Héctor Enrique Arce, fue en el mismo sentido que Baños, y sugirió que el defecto de la carta no es el texto, sino en la forma en «algunos actores políticos y algunos estados miembros entienden y catalogan la democracia».
Argentina, por su parte, dijo que no solo se debe considerar el voto o la representación participativa cuando se habla de democracia, sino que también se debe cuestionar si existen problemas estructurales en la región.
La sesión extraordinaria coincidió con la apertura de la cumbre sudamericana liderada por Lula este martes en el Palacio de Itamaraty, Brasilia. Lula se encontró con el firme rechazo de algunos líderes de la región a sus planes de reavivar la Unasur, y recibió críticas por su férreo apoyo al líder de la dictadura venezolana, Nicolás Maduro, tras asegurar que el “autoritarismo y antidemocracia” en Venezuela es “una narrativa construida”.
Con información de VOA.
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