El Departamento de Estado de EE. UU. publicó este martes el 45º Informe Anual por Países sobre Prácticas de Derechos Humanos, donde hace una revisión de la situación de los derechos humanos en todo el mundo.
El documento sirve de guía al Congreso a la hora de determinar la ayuda exterior que se concede a cada país.
«Los abusos incontrolados de los derechos humanos en cualquier lugar pueden contribuir a una sensación de impunidad en todas partes. Precisamente por eso, esta Administración ha puesto los derechos humanos al frente y al centro de su política exterior», dijo el secretario de Estado, Antony Blinken el 30 de marzo.
En sus declaraciones, Blinken dijo que «demasiadas personas siguieron sufriendo en condiciones brutales», resaltando a países como China, Venezuela, Cuba, y Nicaragua.
El secretario resaltó las restricciones del régimen cubano contra las libertades de expresión, asociación, y religión; la corrupción de Nicolás Maduro en Venezuela, y las «leyes cada vez más represivas» en Nicaragua.
En la sección dedicada a Cuba, Washington señala como los problemas de derechos humanos más importantes los asesinatos ilegales o arbitrarios, entre los que citó ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas, y torturas contra disidentes políticos por parte del régimen.
Asimismo, considera que la libertad de prensa en la isla es «funcionalmente inexistente», al mismo tiempo que el régimen censura y que se «niega» a los cubanos el derecho a formar partidos políticos.
«Los funcionarios del [régimen cubano], bajo la dirección de sus superiores, cometieron la mayoría de los abusos contra los derechos humanos. Como cuestión de política, los funcionarios no investigaron ni procesaron a quienes cometieron estos abusos», dice el informe. «La impunidad de los perpetradores siguió siendo generalizada»
Por otro lado, el departamento enfatizó las violaciones de derechos humanos en Venezuela, donde señala las ejecuciones ilegales o arbitrarias, incluidas ejecuciones extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad del régimen ilegítimo de Maduro y de los colectivos.
El documento señala también que el régimen de Venezuela además ha impuesto graves restricciones a la libertad de expresión, a la prensa y a Internet, bloqueando sistemáticamente las señales e interfiriendo en el funcionamiento de la televisión, la radio y otros medios de comunicación privados, o cerrándolos.
Otro de los puntos resaltados es que los venezolanos «no pudieron cambiar su gobierno de forma pacífica a través de elecciones libres y justas». El Departamento de Estado señala que hubo restricciones en la participación política, junto con acciones de «intimidación, acoso y abusos» contra los miembros de la Asamblea Nacional.
Además, Estados Unidos reiteró que no reconoce el resultado de las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre, en las que el chavismo obtuvo el 92% de los escaños y no participó el sector de la oposición liderado por Guaidó.
Sobre Nicaragua, Blinken menciona que el régimen de Daniel Ortega aprobó en los últimos meses leyes que son «cada vez más represivas» y limitan la capacidad de operar de la oposición política, la sociedad civil y los medios independientes.
El departamento resalta el bloqueo de nueve organizaciones no gubernamentales y la retención ilegal de sus bienes. Además de que durante 2020, el informe señala que la parapolicía y personas vinculadas al régimen de Ortega llevaron a cabo «una campaña de acoso, intimidación y violencia contra los supuestos enemigos del régimen», como expresos políticos, activistas campesinos, grupos de oposición prodemocrática, defensores de los derechos humanos y el clero católico.
«Estas y otras vulneraciones de derechos que se están produciendo causan un daño incalculable que va mucho más allá de las fronteras de cualquier país», declaró Blinken.
Con información de Efe.
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