TAIPEI, Taiwán — Estados Unidos puede aprender de Taiwán sobre cómo enfrentar la desinformación del régimen chino, según un informe reciente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington.
El informe, titulado «Protección de la democracia en una era de desinformación: lecciones de Taiwán», analizó campañas de China que difundieron información engañosa sobre las elecciones presidenciales de Taiwán en 2020 y sobre la pandemia de COVID-19.
Estados Unidos también ha sufrido información engañosa sobre la pandemia y las elecciones de 2020, información que se ha difundido en las redes sociales a través de funcionarios chinos y cuentas de bots falsas originadas en China.
El grupo de expertos reconoció que “las campañas de desinformación llevadas a cabo por el Partido Comunista Chino (PCCh) a menudo son cubiertas por el secretismo y la opacidad del enfoque del ‘frente único’ del PCCh, lo que dificulta diagnosticar con precisión y dimensionar correctamente el problema de desinformación, complicando los esfuerzos para crear soluciones efectivas”.
Sin embargo, las tácticas del gobierno de Taiwán, como la creación de una agencia de verificación de hechos y la promoción de memes en Internet que disipan las noticias falsas, pueden resultar efectivas, señaló el informe.
Los métodos de China
El Departamento de Trabajo del Frente Unido de China (UFWD) es una agencia ejecutiva del PCCh, que actúa a la sombra del «frente único» de Beijing, creada con el propósito de persuadir a organizaciones o individuos para que difundan la propaganda del Partido, tanto dentro como fuera de China. En octubre del año pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos designó a la Asociación Nacional para la Unificación Pacífica de China, establecida en Washington y controlada por la UFWD, como una misión extranjera por su «influencia maligna» en Estados Unidos.
Beijing considera a Taiwán como una provincia renegada, a pesar de que el territorio insular tiene la condición de isla autónoma y cuenta con su propio gobierno elegido democráticamente. La maquinaria del PCCh busca poner a la isla bajo su dominio, sin importar que sea a través de acciones militares o por medios pacíficos. Esto último incluye la táctica de hacer girar la opinión pública de Taiwán a favor de Beijing, persuadiendo a los taiwaneses de que pierdan la fe en su democracia o para que acepten los llamados del régimen chino dirigidos a una mayor integración entre las dos partes.
«La mera existencia de Taiwán, que actúa como una reprimenda democrática al modelo autoritario socialista ofrecido por Beijing, probablemente ha fortalecido aún más la determinación de China para degradar y erosionar la fe nacional en la durabilidad de las instituciones democráticas de la isla», dijo el informe.
Por lo tanto, la desinformación de Beijing se ha centrado en la política y los acontecimientos sociales de Taiwán.
Los diferentes canales que usa Beijing para llevar a cabo tal desinformación (como el reclutamiento de empresarios taiwaneses, que tienen actividades importantes en el continente, para promover los intereses favorables al PCCh en Taiwán) dificultan determinar si un caso de desinformación está «respaldado por Beijing» o solo está » vinculado a China”, señaló el informe. A menudo, no hay evidencia específica o verificable que apunte a la participación de entidades respaldadas por el estado chino.
“Si bien es cierto que Beijing está detrás de un número creciente de ataques de desinformación, no es cierto que estén detrás de todos ellos. Los taiwaneses locales juegan su propio papel en la generación, difusión y amplificación de la desinformación doméstica”, según el informe.
Ejemplos
Citando un informe de 2019, realizado por la Oficina de Seguridad Nacional de Taiwán, el grupo de expertos identificó varios métodos principales de desinformación procedente de china.
El PCCh distorsiona las noticias reales de Taiwán y las difunde a través de los medios estatales chinos y de redes sociales, donde es probable que el contenido sea recogido por las plataformas de redes sociales taiwanesas.
También distorsiona la información sobre temas noticiosos controvertidos en Taiwán y hace que los trolls chinos de Internet, incluido el ejército de los «cincuenta centavos», la difundan en las redes sociales taiwanesas para alterar la opinión pública taiwanesa.
En China continental, el término ejército de los «cincuenta centavos» se refiere a los usuarios de Internet a quienes, según se informa, el PCCh les paga unos escasos 50 centavos por cada comentario que dejan en artículos de noticias y redes sociales. En los artículos que retratan positivamente al PCCh, los comentaristas están de acuerdo con entusiasmo. En los artículos que critican al PCCh, reaccionan con enojo y avivan el sentimiento nacionalista.
El PCCh también crea contenido falso y lo carga en granjas de contenido, que son sitios web con grandes colecciones de artículos poco profundos o de baja calidad. El régimen comunista luego espera que los grupos de redes sociales de Taiwán recojan el contenido falso.
Por último, el PCCh también alimenta directamente los materiales de los medios de comunicación pro-Beijing de Taiwán, o les proporciona pautas de información, con el objetivo de que otros medios de comunicación sigan su ejemplo.
COVID-19
«A medida que el Covid-19 evolucionó hacia una pandemia global, Taiwán fue testigo de un aumento constante en los esfuerzos de desinformación centrados en la enfermedad», según el informe.
COVID-19 es una enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus. El virus se originó en la ciudad china de Wuhan antes de extenderse a países y regiones de todo el mundo.
Taiwán se ha ganado elogios internos por poder controlar eficazmente la propagación del virus, después de informar su primer caso de infección el 21 de enero del año pasado. Al 31 de enero, Taiwán tiene un total de 911 casos de infección confirmados y ocho muertes.
El informe del grupo de expertos citó varios ejemplos de desinformación, todos promoviendo una narrativa similar que decía que el gobierno de Taiwán actuaba ineficazmente en el control al brote local.
Un usuario dijo, en un grupo de Facebook, que su madre había estudiado en la escuela secundaria con una persona que se estaba desempeñando como legislador taiwanés, y que este le había dicho que el gobierno taiwanés no podía rastrear a los pacientes infectados.
En otro ejemplo, un usuario de Facebook escribió que sospechaba que un paciente había sido incinerado por el gobierno, quien, según el usuario, se había negado a hacerle una evaluación de COVID.
Los documentos falsificados del gobierno de Taiwán también han circulado en Internet. Un documento falsificado venía, supuestamente, del gobierno municipal de Taoyuan. El falso documento decía que la ciudad se cerraría después de que se detectaran infecciones en uno de los hospitales de la ciudad.
Taiwán nunca ha iniciado bloqueos. Según informes de los medios locales, la policía rastreó la dirección IP, de la persona que publicó el documento falso, en la provincia china de Hebei.
En general, el impacto de las campañas del PCCh parece haber sido limitado, dice el informe. «Muchas de las publicaciones [online] cometieron errores descuidados, a menudo incurriendo en convenciones lingüísticas del continente que revelaron su verdadero origen».
Las dos regiones a veces usan palabras diferentes en chino para referirse al mismo sustantivo. Por ejemplo, los chinos continentales usan las palabras bao’an (保安) para «seguridad», pero los taiwaneses usan baoquan (保全).
Respuestas de Taiwán
El informe aplaudió las respuestas de Taiwán a las campañas de desinformación China.
Taiwán ha confiado en funcionarios de diferentes agencias gubernamentales para responder oportunamente a la desinformación. Las agencias responden mediante la publicación de contramensajes o memes en las redes sociales, escritos en un lenguaje humorístico o propio de Internet para mejorar su atractivo entre el público.
Además, la isla cuenta con sólidos sistemas de verificación de datos. El Taiwan FactCheck Center, una organización sin fines de lucro establecida en 2018, publica su proceso de revisión y referencias para cada afirmación fáctica. Además, Line, una aplicación de mensajería comúnmente utilizada en Taiwán, alberga un chatbot de verificación de hechos llamado Cofact, donde los usuarios pueden reenviar mensajes cuestionables para que los editores de Line los revisen.
«El enfoque multifacético de Taiwán para enfrentar la desinformación no sería posible sin los altos niveles de confianza pública que existen en el país», señaló el informe.
Global Views, una revista local, encuestó a 1032 personas entre el 3 y el 7 de diciembre del año pasado. La encuesta encontró que la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, tenía un índice de aprobación del 54,6 por ciento. Mientras tanto, Chen Shih-chung, ministro de salud y bienestar de Taiwán y jefe del centro de comando de epidemias de la isla, obtuvo un índice de aprobación del 74,3 por ciento.
El informe concluyó que se necesita una amplia cooperación internacional para responder a las campañas de desinformación de China.
“Las democracias necesitan intercambiar inteligencia sobre los esfuerzos chinos y compartir las mejores prácticas sobre cómo reducir y contrarrestar las campañas de desinformación”, dijo el informe. “Los esfuerzos deben incluir agencias gubernamentales, líderes de los medios de comunicación y grupos de la sociedad civil”.
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