Varias naciones, encabezadas por Estados Unidos y el Reino Unido, lanzaron ataques contra los hutíes en Yemen el sábado tras los continuos ataques del grupo terrorista contra buques navales y comerciales que navegan por el Mar Rojo y las aguas circundantes.
Los ataques contaron con el apoyo de Australia, Bahréin, Dinamarca, Canadá, Países Bajos y Nueva Zelanda.
«Los ataques necesarios y proporcionados de hoy se dirigieron específicamente a 18 objetivos hutíes en ocho lugares de Yemen», decía una declaración conjunta del 24 de febrero. Estos objetivos están «asociados con instalaciones subterráneas de almacenamiento de armas de los hutíes, instalaciones de almacenamiento de misiles, sistemas aéreos no tripulados de ataque unidireccional, sistemas de defensa aérea, radares y un helicóptero».
Los ataques tenían como objetivo «perturbar y degradar las capacidades que los hutíes utilizan para amenazar el comercio mundial, los buques de guerra y las vidas de marineros inocentes en una de las vías fluviales más críticas del mundo».
El 22 de febrero, un ataque con misiles hutíes alcanzó a un barco de propiedad británica e hirió a un miembro de la tripulación. El 19 de febrero, otro ataque con misiles estuvo a punto de alcanzar a un barco de propiedad estadounidense que transportaba ayuda humanitaria a Yemen. Un día antes, ocurrió un asalto contra un barco británico, lo que obligó a la tripulación a evacuar el barco.
Hasta la fecha, los hutíes han lanzado más de 45 ataques contra buques navales y comerciales desde mediados de noviembre, lo que constituye «una amenaza para la economía global, así como para la seguridad y la estabilidad regionales, y exigen una respuesta internacional».
En la declaración conjunta, el grupo de naciones afirmó que su objetivo era reducir las tensiones y restaurar la estabilidad en el Mar Rojo, pero que no dudarán en tomar represalias para defender la vida y el libre flujo del comercio.
Los hutíes denunciaron el ataque conjunto y afirmaron que las Fuerzas Armadas yemeníes afrontarán la «intensificación estadounidense-británica con más operaciones militares cualitativas contra todos los objetivos hostiles en los mares Rojo y Arábigo», según AP.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Nasser Kanani, acusó a Estados Unidos y Gran Bretaña de intentar «intensificar las tensiones y las crisis en la región» ampliando el alcance del conflicto, según The Times of Israel.
En una declaración sobre el ataque, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd J. Austin, afirmó que Estados Unidos «no dudará en tomar medidas» para proteger el comercio a través de una de las vías fluviales más esenciales del mundo.
«Seguiremos dejando claro a los hutíes que asumirán las consecuencias si no detienen su ataque ilegal».
El secretario de Defensa del Reino Unido, Grant Shapp, también expresó la postura de su país al respecto, diciendo que «es nuestro deber proteger las vidas en el mar y preservar la libertad de navegación».
Acciones contra los hutíes
Durante el último mes y medio, se han registrado 32 ataques estadounidenses en Yemen, algunos de ellos realizados con aliados. Además, los buques de guerra estadounidenses también han derribado varios misiles, drones y cohetes dirigidos a buques de guerra o comerciales.
Hasta ahora, las operaciones estadounidenses contra los hutíes se han dirigido a más de 120 lanzadores; 40 edificios de almacenamiento y apoyo; 20 vehículos aéreos, de superficie y submarinos no tripulados; más de 10 misiles tierra-aire; y varias instalaciones de almacenamiento subterráneo, según AP.
Durante una conferencia de prensa el jueves, la portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, dijo que los hutíes aumentaron sus ataques en los últimos dos o tres días. También reconoció que los hutíes no han sido disuadidos, al tiempo que señaló el respaldo de Irán al grupo.
«Nunca dijimos que habíamos borrado del mapa todas sus capacidades… Sabemos que los hutíes mantienen un gran arsenal», dijo la señora Singh. «Son muy capaces. Tienen armas sofisticadas y eso se debe a que siguen adquiriendolas de Irán”.
Existe la preocupación de que los continuos ataques de Estados Unidos contra los hutíes puedan terminar convirtiéndose en una guerra de poder con Irán. El mes pasado, el portavoz del Pentágono, mayor general Pat Ryder, dijo que la administración Biden no tiene intención de llevar el conflicto en esa dirección.
«No estamos en guerra en Medio Oriente… Sin duda, hay tensiones significativas en Medio Oriente», dijo. «Nuestro objetivo aquí no es intenfisicar o entrar en un conflicto con los hutíes. Nuestro objetivo es evitar estos continuos ataques contra la comunidad internacional y el transporte marítimo internacional que transita por el Mar Rojo».
En enero de 2021, la administración Trump designó a los hutíes como organización terrorista extranjera (FTO). El presidente Joe Biden revocó la designación poco después.
Sin embargo, el mes pasado, el Departamento de Estado de Biden designó a los hutíes como terroristas globales especialmente designados (SDGT, por sus siglas en inglés) —una etiqueta más suave en comparación con FTO— en el marco del conflicto actual. Esto dio lugar a una congelación de activos destinada a cortar la financiación a los hutíes.
Mientras tanto, la Unión Europea también está fortaleciendo su presencia militar en el Mar Rojo. Ha lanzado una misión naval «para restaurar la seguridad marítima y la libertad de navegación en un corredor marítimo altamente estratégico», dijo el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, en un comunicado, según Reuters.
«Dentro de su mandato defensivo, la operación proporcionará conocimiento de la situación marítima, acompañará a los buques y los protegerá contra posibles ataques multidominio en el mar», agregó.
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