Este miércoles el Departamento del Tesoro de EE. UU. emitió una renovación de licencia para cinco compañías petroleras, entre las que se incluyen a Chevron, para el mantenimiento limitado de sus operaciones en Venezuela solo hasta el 1 de diciembre.
La licencia 8F que sustituye a la licencia 8E emitida el 17 de enero, autoriza las operaciones de Chevron, Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford International que involucran a Petróleos de Venezuela (PDVSA) «necesarias para el mantenimiento limitado de las operaciones esenciales» en Venezuela.
Lo cual implica que se les prohíbe perforar, transportar o negociar con crudo con la finalidad de «cesar gradualmente» sus actividades petroleras en el país.
«Hemos emitido una nueva licencia que prohíbe que los productos petroleros de Chevron o de cualquier otra compañía estadounidense puedan llegar al régimen de Maduro, vía PDVSA o no», dijo un alto funcionario en una rueda de prensa telefónica con un pequeño grupo de medios, entre ellos Efe.
De acuerdo con la licencia todas las transacciones y actividades que normalmente son inherentes y necesarias para la finalización de operaciones, contratos o otros acuerdos en Venezuela que involucran a PDVSA o a cualquier entidad en la que PDVSA sea propietaria, directamente o indirectamente, y que estaban en vigor antes del 26 de julio de 2019, son autorizadas hasta las 12:01 a.m. hora EST del 1 de diciembre de 2020.
Asimismo explica que las transacciones y actividades autorizadas incluyen a aquellas que implican la seguridad del personal; la integridad de las operaciones y los bienes; participación en reuniones de accionistas y de la junta directiva; realización de pagos de facturas de terceros; pago de impuestos locales y compra de servicios públicos en Venezuela; y el pago de los salarios de los empleados y contratistas en Venezuela.
La medida se ha tomado después de «largas conversaciones» con las cinco petroleras, y se debe a que, en los últimos meses, Estados Unidos ha observado que «buena parte» del crudo que producía Chevron acababa en manos de la petrolera estatal rusa Rosneft, que ayudaba a Maduro a exportarlo y eludir así las sanciones estadounidenses.
«Esto no era culpa de Chevron per se [por sí mismo], porque su contrato les obliga a entregar una cantidad abrumadora de lo que producen a PDVSA», matizó el funcionario.
Sin embargo, el gobierno del presidente Donald Trump ha concluido que esa situación no puede continuar y ha optado por concederle una «licencia extraordinariamente limitada, de mantenimiento», para «proteger sus activos» y «asegurar que siguen siendo viables».
Como resultado, Chevron puede «preservar sus activos» e instalaciones para evitar que sean tomadas por el régimen venezolano, con la esperanza de poder reactivarlos cuando haya una transición política, según la fuente.
La limitada renovación es parte de los esfuerzos de la administración Trump para presionar la salida del poder de Nicolás Maduro.
El 31 de marzo el Departamento de Estado propuso un marco para la transición democrática de Venezuela, el cual implica un gobierno transitorio en el que no participarían Juan Guaidó ni Maduro.
Mientras que desde el 1 de abril el Comando Sur (SOUTHCOM) comenzó a mejorar las operaciones antinarcóticos en el hemisferio occidental para interrumpir el flujo de drogas desde Venezuela hacia Estados Unidos con la finalidad de cortar con los ingresos del narcotráfico que es lo que ha estado sustentando a Maduro, de acuerdo con Mauricio Claver, principal asesor de la Casa Blanca para América Latina.
Desde 2018, el gobierno del presidente Donald Trump, impuso sanciones a la petrolera estatal venezolana en su campaña de presión contra el dictador de Venezuela Nicolás Maduro para que cediera el poder al presidente encargado Juan Guaidó, reconocido por Washington y más de medio centenar de naciones como gobernante legítimo del país.
Chevron es la única gran petrolera estadounidense que se mantiene en Venezuela, donde cuenta con 8000 empleados.
ExxonMobil y ConocoPhillips abandonaron hace años Venezuela, el país que cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo, tras la nacionalización del sector decretada por el fallecido líder venezolano Hugo Chávez.
En febrero, Estados Unidos amenazó con sanciones a varias empresas petroleras. “Ya sea Rosneft, Reliance, Repsol o Chevron aquí en los Estados Unidos, yo tendría cuidado respecto a sus actividades en Venezuela que apoyan directa o indirectamente a la dictadura de Maduro”, dijo un alto cargo estadounidense, que pidió el anonimato, en una rueda de prensa telefónica.
Con información de EFE.
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