La administración del presidente Joe Biden retiró su recompensa de 10 millones de dólares por información sobre Ahmad al-Sharaa, un líder insurgente que desempeñó un papel clave en la expulsión del líder sirio Bashar al-Assad del poder en las últimas semanas.
Sharaa, también conocido como Abu Mohammed al-Golani, es el líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), una facción islamista suní actualmente designada como grupo terrorista por el gobierno de EE. UU. HTS es una reconfiguración de Jabhat al-Nusra, que surgió como una escisión de al-Qaeda.
La decisión de retirar la recompensa contra Sharaa coincidió con una visita diplomática de EE. UU. a Siria el 20 de diciembre. La subsecretaria de Estado para Asuntos del Cercano Oriente, Barbara A. Leaf, anunció la decisión sobre la recompensa en una llamada con periodistas tras reunirse con Sharaa.
«Si estoy sentada con el líder de HTS y tengo una discusión larga y detallada sobre una serie de intereses de EE. UU., intereses de Siria, tal vez intereses de la región, basta con decir que es un poco incoherente tener una recompensa por la cabeza de este hombre», dijo Leaf.
El aviso de recompensa, ahora eliminado, contra Sharaa señala su papel en la fundación de Jabhat al-Nusra y en la dirección del grupo durante su reorganización en HTS. El aviso de recompensa también menciona que el grupo ha participado en secuestros y asesinatos en Siria a lo largo de los años, incluidos los asesinatos en 2015 de 20 aldeanos drusos en la provincia de Idlib.
La reunión de Leaf con Sharaa y la decisión de retirar la recompensa se producen mientras la administración Biden continúa evaluando la Siria posterior a Assad.
La administración Biden ha celebrado la caída del poder de Assad, pero ha sido más ambigua sobre su opinión respecto al papel de HTS en la Siria posterior a Assad.
«No se equivoquen, algunos de los grupos rebeldes que derribaron a Assad tienen su propio historial sombrío de terrorismo y violaciones de derechos humanos», dijo Biden en un discurso el 8 de diciembre sobre la caída de Assad. «Hemos tomado nota de las declaraciones de los líderes de estos grupos rebeldes en los últimos días. Y ahora están diciendo lo correcto, pero a medida que asuman mayor responsabilidad, evaluaremos no solo sus palabras, sino también sus acciones».
El Departamento de Estado de EE. UU. dijo que Leaf utilizó la reunión con Sharaa para enfatizar las esperanzas de la administración de que el gobierno posterior a Assad respete los derechos de las mujeres y de las minorías étnicas y religiosas.
«Él se mostró pragmático», dijo Leaf sobre su encuentro con el líder de HTS. «Por supuesto, hemos estado escuchando esto durante algún tiempo, algunas declaraciones muy pragmáticas y moderadas sobre diversos temas, desde los derechos de las mujeres hasta la protección de los derechos iguales para todas las comunidades, etc.»
Leaf dijo que fue una buena reunión inicial, pero reiteró: «Juzgaremos por los hechos, no solo por las palabras».
Añadió que Sharaa también se comprometió a garantizar que las facciones terroristas no puedan representar una amenaza dentro de Siria ni utilizar a Siria como plataforma desde la cual amenazar a la región circundante.
Queda por verse si estas discusiones diplomáticas y la decisión de retirar la recompensa contra Sharaa allanan el camino para futuras acciones, como una reversión de la designación de terrorismo contra HTS o el reconocimiento por parte de EE. UU. de su gobierno de transición.
Algunos legisladores estadounidenses pidieron relajar algunas de las sanciones que Estados Unidos impuso a Siria a lo largo de los años. Leaf compartió pocos detalles sobre las deliberaciones que podrían estar en juego respecto a las sanciones y la designación de HTS como grupo terrorista. Dijo que espera que haya mucha presión interna entre los grupos en Siria para cumplir con «los requisitos que tendríamos en términos de sanciones».
Aunque la decisión de Assad de huir de Siria marca el fin de un capítulo en una guerra civil que ha devastado el país desde 2011, otras facciones siguen luchando por el poder en todo el país.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), respaldadas por EE. UU., han chocado recientemente con fuerzas apoyadas por Turquía, un aliado de Estados Unidos a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
El ejército israelí también ha establecido una base en el suroeste de Siria, declarando una zona de amortiguamiento contra cualquier amenaza que pudiera surgir contra Israel en el vacío de poder posterior a Assad.
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