Estados Unidos está imponiendo sanciones a agentes estatales chinos por un intento de hackeo de gran alcance que afectó a miles de personas en todo el mundo, incluidos altos funcionarios, candidatos políticos y entidades de «algunos de los sectores de infraestructuras críticas más vitales de Estados Unidos», anunciaron las autoridades el 25 de marzo.
Las autoridades acusaron a APT31 —un grupo de hackers que identificaron como una rama del Ministerio de Seguridad Estatal de China— de llevar a cabo una operación de hackeo que duró casi 14 años que ha dado lugar al compromiso confirmado y potencial de cuentas de correo electrónico personales y de trabajo, cuentas de almacenamiento online y registros de llamadas telefónicas pertenecientes a millones de estadounidenses, según denuncia penal publicada el lunes.
La lista de objetivos del grupo incluye a altos funcionarios de la Casa Blanca, senadores estadounidenses de más de 10 estados, funcionarios de los Departamentos de Justicia, Comercio, Tesoro y Estado, contratistas de defensa y los principales proveedores de telecomunicaciones, según muestran los documentos.
El Departamento de Justicia acusó a siete ciudadanos chinos del grupo por las actividades cibernéticas maliciosas. Parte de la información de la que se apoderaron los hackers podría perjudicar a instituciones democráticas, planes económicos y secretos comerciales, al mismo tiempo que contribuiría a los miles de millones de dólares perdidos en la transferencia de tecnología estadounidense por parte de China, patrocinada por el Estado, según la denuncia.
«Más de 10,000 correos electrónicos maliciosos, que afectaron a miles de víctimas, en múltiples continentes», declaró en un comunicado la fiscal general Adjunta Lisa Monaco. «Esta prolífica operación mundial de hackeo —respaldada por el gobierno de la RPC— tenía como objetivo a periodistas, funcionarios políticos y empresas para reprimir a los críticos del régimen chino, comprometer instituciones gubernamentales y robar secretos comerciales». RPC es el acrónimo de República Popular China.
El Departamento del Tesoro informó el lunes que había sancionado a la empresa afiliada a los hackers, Wuhan Xiaoruizhi Science and Technology Company, junto con dos ciudadanos chinos.
El Departamento de Estado también ofreció recompensas de hasta 10 millones de dólares por información sobre los siete individuos y la empresa que les servía de fachada.
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