El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) dijo el jueves que deportó a un grupo de inmigrantes ilegales chinos el 15 de octubre, el segundo vuelo de remoción a China este año.
El departamento no especificó el número de personas deportadas en ninguno de los dos vuelos. El vuelo inicial, en junio, fue descrito como el mayor vuelo de expulsión desde 2018.
En su declaración del 17 de octubre, el DHS dijo que el último vuelo de expulsión demuestra su compromiso de «buscar una cooperación sostenida» con China y otros países sobre inmigrantes ilegales.
La agencia no precisó cuánto tiempo llevaban los inmigrantes ilegales en Estados Unidos antes de su deportación.
«Los inmigrantes no deben creer las mentiras de los traficantes: los ciudadanos chinos que no tengan una base legal para permanecer en Estados Unidos están sujetos a una rápida expulsión», dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
«El Departamento de Seguridad Nacional continuará reforzando las medidas contra las personas que entran ilegalmente en nuestro país y haciendo cumplir las leyes de nuestra nación».
La inmigración ilegal es un tema clave en la carrera presidencial de 2024.
Según los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, las autoridades detuvieron más de 73,700 ciudadanos chinos en el país desde octubre de 2023, con la mitad de estas personas en la frontera sur.
Estados Unidos y China reanudaron la cooperación en materia de deportación de ciudadanos chinos en mayo, casi dos años después de que China suspendiera el acuerdo tras la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, una isla autónoma que el régimen comunista chino reclama como propia.
La embajada china en Washington dijo en una declaración a los medios de comunicación el 13 de mayo, que el régimen está abierto a trabajar con Estados Unidos la repatriación de inmigrantes ilegales siempre que Washington preste «atención recíproca a las preocupaciones de China» y cree «una atmósfera adecuada para la cooperación».
Los republicanos del Subcomité de Supervisión, Investigaciones y Rendición de Cuentas de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes celebraron una audiencia el 16 de mayo para plantear su preocupación por el «flujo sin precedentes de ciudadanos chinos», que están cruzando ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos.
El año pasado, el gobierno federal facilitó el proceso en la frontera y los agentes de la Patrulla Fronteriza redujeron el número de preguntas de investigación para los ciudadanos chinos de 40 a solo cinco, informó el subcomité en una declaración en mayo.
Según el presidente del subcomité, Dan Bishop (R-N.C.), el proceso de investigación en la frontera puede ser inadecuado para proteger la seguridad nacional.
«A medida que el Partido Comunista Chino (PCCh) continúa su búsqueda de dominio geopolítico y amenaza nuestra soberanía, debemos examinar los riesgos que presenta la liberación de un número cada vez mayor de ciudadanos chinos mínimamente investigados en nuestras comunidades», dijo Bishop en una declaración.
«Una frontera totalmente abierta ofrece al PCCh una oportunidad inmejorable para socavar nuestra seguridad nacional. Debemos tener los ojos bien abiertos ante las amenazas que presenta este acontecimiento histórico».
Los demócratas del subcomité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes desestimaron esas preocupaciones, y en su página web las caracterizaron como «otra “audiencia” fronteriza republicana con retórica de invasión y alarmismo».
Los expertos invitados a testificar indicaron que era improbable que el proceso de investigación encontrara información sobre antecedentes penales de ciudadanos chinos que nunca han estado en Estados Unidos porque China no comparte fácilmente esa información con las autoridades estadounidenses.
Simon Hankinson, investigador principal del Centro de Seguridad Fronteriza e Inmigración de The Heritage Foundation, dijo al comité que «es estadísticamente probable que el DHS esté liberando a personas con antecedentes penales».
El DHS no respondió a una solicitud de comentarios antes de la hora de publicación.
Con la colaboración de Darlene McCormick Sanchez e información de The Associated Press.
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