El analista de China Gordon Chang ha dicho que Beijing y su «eje del mal» —Rusia, Irán y Corea del Norte— representan la mayor amenaza para Estados Unidos. Le preocupa que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, esté revirtiendo las defensas de la época de Trump contra este eje.
Hablando con American Thought Leaders de The Epoch Times en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), Chang dijo que a pesar de los problemas que los dividen, Rusia y China han desarrollado una «asociación duradera», y ambos ven a Estados Unidos como un adversario.
Chang añadió: «Ni Irán ni Corea del Norte podrían desarrollar armas nucleares, misiles balísticos y realizar todo tipo de actividades peligrosas, si no fuera por el apoyo que les da China».
Señaló que Beijing y Teherán han anunciado recientemente una asociación estratégica de 25 años con un valor de 400,000 millones de dólares, lo que, en su opinión, tiene el potencial de ser peligroso.
«Esto significa que Irán es capaz de financiar a sus garras terroristas como Hezbolá y Hamás», dijo. «Es capaz de trabajar en Líbano de forma que desestabiliza esa sociedad porque China le da el apoyo».
En cuanto a la relación entre Rusia y China, Chang dijo que las dos naciones fueron históricamente adversarias, intercambiando territorio y luchando en guerras, pero que ahora están unidas en una visión común contra Estados Unidos.
«Pero realmente, lo que tenemos ahora, es que Vladimir Putin y Xi Jinping miran el mundo de la misma manera», dijo. «Ven sus intereses de la misma manera, e identifican al mismo adversario, que somos nosotros».
Chang expresó su preocupación por las políticas estadounidenses sobre China bajo el mandato del presidente Joe Biden, pero señaló que todas las nuevas administraciones estadounidenses tardan en definir su enfoque sobre China.
Espera que para abril surja algo más concreto.
Biden revierte las órdenes ejecutivas de la era Trump
Mientras tanto, Biden ha revertido una serie de órdenes ejecutivas de la era Trump, incluida una que revocó apenas horas después de jurar el cargo y que brindaba protección contra Beijing.
«Lo más notable fue la orden ejecutiva de Trump del 1 de mayo de 2020, que prohibía a los operadores de la red [eléctrica] en Estados Unidos comprar equipos de China, y que impedía a China vender equipos saboteados», dijo Chang.
Señaló que Biden desechó la orden diciendo que su administración revisaría su política hacia China. Pero Chang cree que esta protección podría haberse dejado en vigor hasta que surgiera una nueva estrategia.
«No veo ninguna razón para que permita a los chinos sabotear la red estadounidense», dijo Chang. «Especialmente cuando hemos visto lo que ha ocurrido en Texas en estos momentos. ¿Qué ocurre cuando una red no es sólida?».
Biden también ha cambiado una parte de una orden ejecutiva corregida que impedía a los estadounidenses invertir en empresas vinculadas al ejército de la China comunista.
Según la legislación china, las empresas privadas deben compartir datos con el Partido Comunista en el poder, lo que, según los expertos, crea un riesgo para la seguridad nacional cuando las empresas extranjeras hacen negocios con compañías chinas.
«China tiene esta doctrina de fusión militar-civil, lo que significa que toda empresa china puede ser allanada por su tecnología si el Ejército Popular de Liberación la quiere. Eso significa que todas las empresas chinas están vinculadas al ejército de una u otra manera», dijo Chang.
Chang explicó que esto significaba que China debía ser vista de forma diferente al resto del mundo democrático liberal porque China es como una entidad estatal completamente unificada.
«Tenemos que ajustar nuestra forma de pensar para entender cómo funciona China. Porque si no entendemos cómo funciona China, no podremos hacer nada al respecto», dijo.
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