El ejército de Taiwán repelió varios cazas chinos que cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán que separa la isla del continente.
La incursión se produce mientras el senador estadounidense Rick Scott (R-Fla.) está de visita en Taiwán, algo que el régimen comunista chino condenó.
El Ministerio de Defensa de Taiwán dijo que su fuerza aérea «expulsó por la fuerza» a los intrusos y desplegó misiles tierra-aire mientras vigilaba la situación.
El ministerio también dijo que los aviones chinos actuaron de forma deliberada y provocadora, de manera que «han dañado gravemente la paz y la estabilidad regionales».
La línea media, también conocida como Línea Davis, es el punto medio del Estrecho de Taiwán que forma una barrera marítima no oficial entre China y Taiwán. Mientras que los militares chinos incurren regularmente en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán, los cruces directos sobre la línea media son menos frecuentes. Sin embargo, estos incidentes se han producido varias veces desde 1999.
Además de atravesar la línea media, las fuerzas chinas también hicieron la inusual maniobra de acercarse desde el noroeste, volar directamente a través de la línea y dar vueltas hasta que las fuerzas taiwanesas las repelieron.
El incidente se produce después de una serie de ejercicios de preparación para el combate, patrullas y simulacros de combate en el espacio marítimo y aéreo alrededor de Taiwán, que el portavoz de defensa chino, Wu Qian, dijo que eran una respuesta a la «colusión y las provocaciones» de Estados Unidos y Taiwán.
El Partido Comunista Chino (PCCh), que actualmente gobierna la China continental como un estado unipartidista, afirma que Taiwán es parte de su territorio y condena enérgicamente cualquier acción de Estados Unidos que considere que legitima la independencia de Taiwán.
Sin embargo, Taiwán tiene su propio y floreciente gobierno democrático, se autogobierna desde 1949, cuando el PCCh tomó el control de China, y nunca ha estado bajo el control del PCCh.
El secretario general del PCCh, Xi Jinping, ha prometido unir Taiwán con el continente a pesar de todo y no ha descartado el uso de la fuerza para hacerlo. Para ello, el PCCh envía regularmente excursiones militares a la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán con la esperanza de que esa intimidación debilite la decisión del pueblo taiwanés de resistirse a la unificación forzada.
Los oficiales político-militares del régimen también han asumido la responsabilidad de promover últimamente argumentos cada vez más belicosos y propagandísticos sobre el futuro de Taiwán.
Antes del incidente, el general chino Li Zuocheng dijo a la cúpula militar estadounidense que China no tenía «margen para el compromiso» sobre la cuestión de la independencia de Taiwán y que China «contraatacaría» a cualquiera que la apoyara.
Las declaraciones coincidieron con las palabras del ministro de Defensa chino, Wei Fenghe, quien en junio amenazó al secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, con que el PCCh «no dudaría en iniciar una guerra» por Taiwán.
El liderazgo político de Taiwán se ha mantenido coherente a lo largo de las pruebas y tribulaciones con China. A principios de mes, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-Wen, reiteró el compromiso de Taiwán con la autodeterminación en todas partes.
«Las amenazas sin precedentes de actores autoritarios no nos impedirán en Taiwán trabajar con nuestros socios de todo el mundo para defender los valores liberales [y] fortalecer las instituciones democráticas», dijo Tsai en un tuit.
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