El Ejército de Estados Unidos publicó el viernes un informe muy tachado relacionado con un supuesto altercado durante la visita del expresidente Donald Trump al Cementerio Nacional de Arlington, en agosto.
Según la información de prensa, el 26 de agosto una empleada del cementerio intentó impedir que la campaña de Trump tomara fotos y vídeos en la Sección 60, donde están enterrados los soldados muertos recientemente en Afganistán e Irak. Una declaración del Ejército de EE. UU. en ese momento dijo que la empleada fue «abruptamente apartada».
El expresidente Trump estaba allí para conmemorar el aniversario del ataque al aeropuerto de Kabul en el que murieron 13 miembros del servicio estadounidense.
Siete páginas de material tachado fueron publicadas en respuesta a una solicitud de la Ley de Libertad de Información presentada por el grupo sin fines de lucro American Oversight, con sede en Washington, como parte de una demanda en curso.
El informe tachado del incidente clasifica el presunto delito como «agresión simple». Describe un supuesto altercado físico entre una empleada del cementerio y ayudantes de Trump.
Una breve descripción dice que un individuo se enzarzó «con ambas manos de [tachado] al intentar pasar [tachado] no requirió atención médica en el lugar y posteriormente se negó cuando se le ofreció. [Tachado] hizo una declaración jurada en un formulario DA 2823 y declaró que [tachado] no quería presentar cargos. La investigación continúa a cargo de la Subdivisión de Investigaciones de la Policía de JBMHH».
La declaración jurada del incidente, realizada a las 13:45 horas del 26 de agosto, está totalmente tachada.
En respuesta a los informes que detallan el incidente y que citan fuentes anónimas, la campaña de Trump emitió un comunicado en el que acusa a la empleada del cementerio de experimentar un «episodio de salud mental» e intentar «bloquear físicamente a miembros del equipo del presidente Trump durante una ceremonia muy solemne».
El Ejército defendió a la empleada, señalando que actuaron «con profesionalismo» al hacer cumplir las regulaciones que prohíben las actividades políticas en los terrenos del cementerio. Los funcionarios declararon que aunque el incidente fue reportado a la policía, la empleada finalmente optó por no presentar cargos.
El Ejército confirmó que «considera este asunto cerrado», concluyendo que las acciones del miembro del personal fueron apropiadas y coherentes con el decoro del cementerio.
El 22 de octubre, el juez superior de la Corte de Distrito de Columbia, Paul Friedman, firmó una orden para que se divulgara el informe. En septiembre, American Oversight, argumentando que había un interés público apremiante en compartir información con el público lo antes posible, solicitó que Arlington acelerara el procesamiento de su solicitud, señalando que las elecciones presidenciales se acercan.
American Oversight fue fundada en 2017 en respuesta a lo que dice que fueron los «desafíos sin precedentes que la administración Trump planteó a los ideales e instituciones democráticas de nuestra nación».
El juez Friedman dictaminó el 22 de octubre que el Ejército debía liberar porciones no exentas de los registros del incidente para el 25 de octubre o antes.
Chioma Chukwu, directora ejecutiva interina de American Oversight, emitió un comunicado posterior a la orden de Friedman.
«A dos semanas de las elecciones, el pueblo estadounidense tiene un interés claro y apremiante en saber cómo respondió el gobierno a un presunto incidente en el que se vio implicado un importante candidato presidencial que tiene un historial de politización del ejército», declaró la Sra. Chukwu.
Un portavoz del Cementerio Nacional de Arlington dijo a The Epoch Times que tras el incidente inicial se había presentado un informe, pero no dio más detalles, citando leyes contra actividades relacionadas con campañas políticas o elecciones en cementerios militares.
La campaña de Trump rebatió los informes de un «altercado físico», afirmando que están preparados para publicar imágenes para contrarrestar cualquier «afirmación difamatoria».
El portavoz Steven Cheung declaró que se permitió la entrada de un fotógrafo privado al recinto y que una persona, que supuestamente sufría un episodio de salud mental, intentó bloquear al equipo de Trump durante la ceremonia.
Los familiares de los soldados caídos en Afganistán también negaron las acusaciones de agresión y afirmaron que no se produjo ningún altercado.
El Ejército de Estados Unidos supervisa la gestión del Cementerio Nacional de Arlington.
Con la contribución de Katabella Roberts.
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