Casi la mitad de los ingresos del impuesto sobre la renta de las personas físicas en el año fiscal 2024 se dedicaron a pagar intereses de la deuda nacional, según muestran nuevos datos del Departamento del Tesoro.
Según el Informe Mensual del Tesoro, el gobierno federal registró el tercer déficit presupuestario más alto de la historia de la nación, superando los 1.83 billones de dólares para el año fiscal 2024, un aumento del 8 por ciento respecto al año fiscal 2023.
El gobierno estadounidense tomó prestados, en promedio, 5000 millones de dólares al día.
La Seguridad Social fue la partida de gasto más importante, con 1461 billones de dólares. Le siguió la atención médica (912,000 millones), Medicare (874,000 millones), la defensa nacional (874,000 millones) y la seguridad de ingresos (671,000 millones).
Los intereses brutos —pagos de la deuda pública y pagos intragubernamentales— fueron la segunda partida presupuestaria de Washington, con 1133 billones de dólares. Esta cifra se situó justo por debajo de la estimación fiscal del Tesoro para todo el año, de unos 1157 billones de dólares.
Además, los costos netos por intereses —los pagos de intereses del gobierno federal compensados por los ingresos por intereses— fueron de 882,000 millones de dólares.
A medida que la deuda nacional sigue aumentando y los tipos de interés se mantienen elevados, los costos brutos y netos de los intereses se están tragando una parte considerable de los ingresos federales, y del PIB.
Los ingresos fiscales alcanzaron la cifra récord de 4918 billones de dólares en el año fiscal 2024, mientras que la economía estadounidense superó los 29 billones de dólares en el segundo trimestre.
En contexto, los pagos brutos de intereses representaron aproximadamente una cuarta parte de todos los ingresos federales y el 47 por ciento de toda la recaudación del impuesto sobre la renta de las personas físicas, que alcanzó los 2426 billones de dólares.
Como resultado, cada estadounidense debe 3400 dólares en concepto de intereses. Por contribuyente, la cifra total es de unos 6800 dólares.
En el último año, varias organizaciones estan haciendo sonar la voz de alarma sobre el aumento de los pagos de intereses, que están a punto de consumir una parte cada vez mayor de los ingresos federales.
Futuro del pago de intereses en Estados Unidos
Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), los gastos netos por intereses consumirán alrededor del 20 por ciento de los ingresos durante la próxima década.
El organismo de control presupuestario no partidista estimó que los pagos anuales de intereses netos superarán el billón de dólares y llegarán a alcanzar los 1.71 billones. Acumulados, los costos netos por intereses ascenderán a 13 billones de dólares.
Las estimaciones son comparables al plan presupuestario de la Casa Blanca para el año fiscal 2025.
Los investigadores de la Fundación Peter G. Peterson señalaron en septiembre que los costos netos de los intereses en relación con el tamaño de la economía estadounidense seguirán aumentando en la próxima década.
Tras la publicación de las cifras definitivas del presupuesto del Departamento del Tesoro, los costes netos por intereses equivalían al 3.06 por ciento de la economía nacional, la proporción más alta desde 1995.
El organismo fiscal proyecta que será del 4 por ciento en 2034, firmemente por encima del máximo histórico del 3.2 por ciento registrado en 1991.
Los costos brutos de los intereses equivalen ya aproximadamente al 4 por ciento del PIB estadounidense.
Esto, dice el grupo, crea un «círculo vicioso de préstamos, intereses y mayor deuda».
«El aumento de los tipos de interés y la creciente deuda nacional provocan un aumento de los costes de los intereses federales. Y los costes de los intereses, a su vez, contribuyen al crecimiento del gasto federal, continuando un círculo vicioso de préstamos, intereses y mayor deuda», afirma la Fundación Peter G. Peterson en un documento.
Los intereses también podrían impedir las inversiones públicas en otros ámbitos, como las infraestructuras y la educación. Además, la CBO prevé que cada dólar de gasto financiado con déficit recorte la inversión privada en 0.33 dólares.
«Si no se abordan, los crecientes costos de endeudamiento plantearán importantes retos para el futuro fiscal de nuestra nación», afirmó.
La deuda nacional alcanza los 36 billones de dólares
La deuda nacional alcanzó el hito de los 35 billones de dólares hace tres meses, y el gobierno federal ya está cerca de desbloquear la próxima ocasión fiscal: 36 billones de dólares.
Según el cuadro de mandos de la deuda del Tesoro (que proporciona datos operativos), Washington pidió prestados casi 770,000 millones de dólares desde el 26 de julio.
La Casa Blanca prevé que la deuda pública supere los 45 billones de dólares en 2034 y que los déficits anuales de un billón de dólares se conviertan en la nueva normalidad. El presupuesto muestra que la deuda en manos del público absorberá toda la producción de la economía a partir del año fiscal 2025: 102.2 por ciento.
David Rosenberg, fundador y presidente de Rosenberg Research & Associates, sugiere que el reciente movimiento en el mercado mundial de bonos está indicando a los responsables políticos que «hemos llegado a un punto de ruptura» en el frente de la deuda.
«El mercado de bonos parece estar enviando un mensaje a los responsables de la política fiscal, tanto en EE.UU. como en el extranjero, que hemos llegado a un punto de ruptura con la deuda del sector público mundial acercándose rápidamente a la marca de los 100 billones de dólares», dijo Rosenberg en la plataforma de redes sociales X.
A pesar de que la Reserva Federal recortó los tipos de interés y anuncio más recortes en los próximos dos años, la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense subió desde finales de septiembre.
El rendimiento de referencia del Tesoro a 10 años alcanzó el 4.17 por ciento durante la sesión del 21 de octubre, más de 50 puntos básicos desde que el banco central aplicó un recorte de tipos de medio punto, el primero desde el inicio de la pandemia.
En 2023, Fitch Ratings y Moody’s rebajaron la perspectiva de la calificación crediticia de Estados Unidos, citando grandes déficits fiscales y una caída de la asequibilidad de la deuda.
«La rebaja de la calificación de Estados Unidos refleja el deterioro fiscal previsto para los próximos tres años, una carga de la deuda de las administraciones públicas elevada y creciente, y la erosión de la gobernanza en relación con sus homólogos con calificación ‘AA’ y ‘AAA’ durante las dos últimas décadas, que se manifestó en repetidos estancamientos del límite de deuda y resoluciones de última hora», señalaron los analistas de Fitch en agosto de 2023.
Ninguno de los candidatos a la presidencia de EE.UU. hicieron de la deuda nacional un elemento central de sus campañas para 2024.
Los datos de las encuestas sugieren, sin embargo, que los votantes están prestando atención a la deuda y al déficit.
Una encuesta reciente de la Fundación Peter G. Peterson reveló que nueve de cada diez votantes de los siete estados indecisos querían que los candidatos tuvieran un plan para hacer frente a la deuda nacional. Esto incluía al 97 por ciento de los votantes de Trump, al 95 por ciento de los votantes de Harris y al 95 por ciento de los votantes indecisos.
«La deuda nacional es un tema de campaña fundamental para los votantes de los decisivos estados indecisos», afirmó en un comunicado Michael A. Peterson, director general de la organización. «Estos votantes clave no solo desean abrumadoramente que los candidatos presenten un plan, sino que conectan las perspectivas fiscales de Estados Unidos con prioridades económicas clave, como la reducción de la inflación, la bajada de los tipos de interés y la protección de programas como Medicare y la Seguridad Social».
Según una nueva encuesta de Bankrate, el 3 por ciento de los adultos consideran que el déficit es su principal problema económico.
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