El FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), bajo la administración de Obama, cometieron numerosas violaciones de los procedimientos destinados a salvaguardar los datos personales y las comunicaciones de los estadounidenses recolectados bajo la Sección 702 de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés).
Bajo esta sección, que fue parte de las enmiendas a FISA aprobadas en el 2008 por el entonces presidente George W. Bush, la comunidad de inteligencia tiene amplios poderes para recopilar datos telefónicos y de Internet para espiar a ciudadanos extranjeros.
Los procedimientos para proteger los datos de los estadounidenses recopilados bajo el programa fueron debilitados por el entonces presidente Barack Obama en 2011, lo que permitió a la NSA buscar a través de los datos de los estadounidenses usando sus nombres. Anteriormente, este tipo de búsquedas, conocidas como «consultas con identificadores de personas de los Estados Unidos», estaban prohibidas.
En su fallo del 2011, el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISC, por sus siglas en inglés) dijo que la «relajación de las reglas de consulta» se limitaría a las búsquedas «razonablemente susceptibles de generar información de inteligencia extranjera».
FISC en ese momento también aprobó la recopilación más amplia de los llamados datos ascendentes, que son todos los datos de Internet que viajan a través de los principales proveedores de la red troncal de Internet.
Sin embargo, en los años siguientes las normas destinadas a defenderse contra el uso indebido de este poder, llamadas procedimientos de minimización y focalización, fueron quebrantadas sistemáticamente, lo que dio lugar a numerosas violaciones.
Un desclasificado informe altamente secreto de FISC , publicado en abril de 2017, reveló que la NSA tenía una tasa de infracción del 85 por ciento cuando se trataba de búsquedas que involucraban a estadounidenses.
El sistema 702, que nunca fue diseñado para espiar a los estadounidenses sino para salvaguardar la seguridad nacional de EE. UU., se había convertido en una poderosa herramienta de espionaje en manos del gobierno.
Los problemas con el sistema FISA, recibieron atención nacional en febrero, después de que un memorando desclasificado del comité de inteligencia de la Cámara revelara que el FBI y el Departamento de Justicia habían obtenido una orden FISA para espiar al voluntario de la campaña de Trump, Carter Page, basándose en información pagada por la campaña de Clinton y el Comité Nacional Demócrata (DNC).
El primer permiso FISA otorgado y sus tres renovaciones posteriores, pudieron haber sido utilizado para espiar a cualquier persona que estuviera en contacto con Page, incluidos los miembros de la campaña de Trump. La NSA tiene permitido analizar las comunicaciones llamadas de “tres saltos”» desde su objetivo original. Cualquier persona en comunicación directa con Page está a un salto de distancia; cualquiera otra persona en comunicación con los que hablan con Page está a dos pasos de distancia; y cualquiera que esté hablando con aquellos que están a dos pasos de Page son los considerados que están a tres pasos de distancia.
El año pasado, ya se reveló que altos funcionarios de Obama, incluida la asesora de seguridad nacional Susan Rice y la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, utilizaron las llamadas solicitudes de exclusión para obtener comunicaciones pertenecientes a miembros específicos de la campaña Trump y del equipo de transición.
El Fiscal General Jeff Sessions dijo el 7 de marzo que había designado a una persona fuera de Washington para investigar las acusaciones de abuso de FISA. La declaración de Sessions se produjo en respuesta a una carta firmada por 13 miembros del Congreso, que pedía el nombramiento de un segundo fiscal especial para investigar el presunto abuso.
Problemas con el FBI
De acuerdo con el informe altamente secreto desclasificado del FISC, el FBI proporcionó acceso a datos confidenciales 702, a empleados que no estaban autorizados a tener acceso a los mismos. En algunos casos, los empleados exportaron estos datos y no está claro cómo se usaron posteriormente.
La agencia también brindó a los contratistas acceso a datos brutos de 702. Los contratistas mantuvieron el acceso a los datos incluso después de que su trabajo para el FBI concluyó.
En un caso, el FBI dio acceso a datos 702 a una entidad privada no autorizada. La entidad privada no identificada está compuesta en su mayoría por contratistas privados cuyo acceso a los datos 702 no fue controlado ni supervisado.
Los «contratistas tenían acceso a información en bruto de FISA que iba más allá de lo necesario para responder a las solicitudes del FBI», escribió FISC en su informe.
El FBI suspendió el acceso de la entidad privada a los datos sin procesar de FISA en abril de 2016, el mismo mes en que la campaña de Clinton y el DNC utilizaron al bufete de abogados Perkins Coie para contratar a Fusion GPS para producir el llamado dossier Trump.
Este dossier permitiría al FBI obtener la orden de FISA contra Carter Page en octubre de 2016.
Aunque el FISC volvió a certificar los procedimientos de “minimización y focalización” del FBI como constitucionales, escribió que estaba «preocupado por la aparente indiferencia del FBI hacia las reglas de minimización, y si el FBI podría estar involucrado en divulgaciones similares que no han sido informadas de datos sin procesar de la Sección 702».
El alcance del acceso del FBI a los datos de los estadounidenses no está claro, ya que gobierno no está obligado a proporcionar información al FISC sobre el número de las violaciones. En el caso de la NSA, por ejemplo, le dijo al tribunal que no podía proporcionar un número de cuántas veces se había accedido ilegalmente a los datos de los estadounidenses. El alcance de las violaciones de la NSA tampoco está claro.
En respuesta a estos problemas, así como debido a una investigación interna por parte de la agencia, la NSA detuvo la recopilación de las llamadas transacciones multicomunicación (MCT) para minimizar las violaciones. El término MCT se refiere a la recopilación masiva de datos que hace la NSA mientras se dirige a una comunicación.
El FBI y la CIA ya no tendrán acceso a los datos previos recopilados por la NSA en los cruces clave de Internet.
En enero, el presidente Donald Trump ordenó a su director de inteligencia nacional que desarrollara procedimientos para las agencias encargadas de hacer cumplir la ley, cuando acceden a las identidades de los estadounidenses en los informes de inteligencia. Esta práctica de desenmascarar (las identidades) es lo que se usó para espiar la campaña de Trump durante las elecciones.
Trump autorizó la Sección 702 en enero por otros seis años, enfatizando la importancia del programa para la seguridad nacional.
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