Un empleado de la Embajada de EE. UU. en Guangzhou, China, habría sufrido una leve lesión traumática en el cerebro luego de escuchar un sonido indefinido y anormal, lo cual fue revelado en un comunicado de alerta de salud publicado el 23 de mayo por la Embajada. El secretario de Estado Mike Pompeo trazó rápidamente las similitudes entre este incidente y otro incidente en La Habana-Cuba en 2016, en el que empleados de la Embajada de EE. UU. se enfermaron por un aparente ataque sónico.
Pompeo dijo al Comité de Asuntos Extranjeros de la Cámara: “Las indicaciones médicas son muy similares y completamente consistentes con las indicaciones médicas de los norteamericanos trabajando en Cuba”. Señaló que Estados Unidos envió equipos médicos y “está trabajando para entender qué ocurrió, tanto en La Habana como ahora también en China”.
El incidente provocó todo tipo de reacciones en los medios de comunicación. Pero el relato común que circula ahora es un intento por descartar el ataque sónico y en cambio se habla de un fallo en la tecnología de monitoreo electrónico que coloca a la respuesta del gobierno de EE. UU. como una conclusión apresurada y exagerada.
Pero lo que este relato predominante falla en notar, es la larga historia de armas semejantes en el arsenal militar chino. Las armas sónicas y ultrasónicas están dentro de la categoría de Armas de Energía Dirigida (DEW, por sus siglas en inglés), que también incluye una variedad de armas en el espectro electromagnético. Pueden ser utilizadas con varios propósitos, incluyendo que una persona se sienta enferma, dañar los órganos internos de una persona o destruir equipos electrónicos.
“Al igual que las tecnologías de las armas de fuego, los misiles y las bombas, las DEW pueden ser utilizadas contra personas, materiales e infraestructuras”, dijo en un email el Dr. Robert J. Bunker, profesor de investigación adjunto del Instituto de Estudios Estratégicos del Army War College de EE. UU.
“Hasta principios de los 1990, la información concerniente a las Armas No Letales y sus bioefectos en humanos –al menos las formas avanzadas de DEW– se discutían principalmente en el mundo clasificado”, comentó.
Hay varias armas dentro de esta categoría dentro del espectro de la radiación electromagnética que incluye a la luz visible y dentro del espectro sónico que incluye al sonido audible.
“Cuando se las dirige hacia humanos tendrán como resultado diferentes bioefectos”, dijo Bunker. “Por ejemplo, las microondas de alta potencia apuntadas hacia humanos pueden elevar la temperatura del cerebro, lo que provoca convulsiones y daños, mientras que el infrasonido puede crear vibraciones en el cuerpo humano, causar desorientación e incapacidad, o potencialmente incluso causar fallas en los órganos”.
Un informe secreto de 2005 del Centro Nacional de Inteligencia sobre el Terreno, desclasificado en 2011, describe experimentos del Partido Comunista Chino (PCCh) que utilizaban microondas de alta potencia y armas de radiación de frecuencia electromagnética en animales de prueba.
Según el informe, los científicos del PCCh dejaron en claro en una serie de seminarios que “el propósito real era investigar los potenciales efectos humanos ante la exposición a estas radiaciones específicas”.
El informe indica que los científicos estaban utilizando las tecnologías para causar daños en los ojos, el cerebro y los órganos. El informe también incluye muchos detalles de los experimentos, pero señala que había una “alta tasa de mortalidad” entre los animales de prueba, y el análisis indica que debido a los efectos graduales de tales armas, era posible que los científicos del PCCh estuvieran desarrollando las tecnologías “para torturar a prisioneros”.
También indica que los científicos chinos tenían conexiones con el Ejército del PCCh –el Ejército Popular de Liberación– y que estaban afiliados al Instituto de Radiación en Medicina de la Academia de Científicos Médicos Militares. Afirma que el PCCh realizó estudios similares en 2001 con su Academia de Ciencias Médicas Militares y su Universidad Nacional de Tecnología de Defensa.
Armas psicotrónicas
A nivel sónico, los humanos generalmente pueden escuchar entre los 20 Hz y los 20.000 Hz. Por encima de este rango se considera ultrasonido y por debajo se llama infrasonido.
Por otro lado, en el espectro electromagnético, los humanos generalmente ven un rango de luz extremadamente angosto conocido como espectro visible, entre el infrarrojo y el ultravioleta. Después del ultravioleta hay rayos X y rayos gamma. Por debajo del infrarrojo están las microondas y las ondas de radio, seguidas de las “frecuencias muy bajas” y las “frecuencias extremadamente bajas”.
Aunque los países que desarrollan tecnologías utilizando estos espectros no se limitan a China y países como Estados Unidos también han diseñado varias armas dentro de estas categorías.
De acuerdo con Bunker, “cierto número de estas tecnologías de armas se habrían originado en programas de la era soviética, pero desde entonces se han propagado (o han sido apropiadas) por otros programas de defensa nacional”.
Los documentos fueron publicados recientemente por el Centro de Fusión del Estado de Washington, obtenidos mediante una solicitud de MuckRock en base a la Ley por la Libertad de la Información, y detallan el uso de tecnología y armas de frecuencia electromagnética para llevar a cabo dichos ataques, además de sus impactos en el cuerpo humano y la consciencia humana.
Entre los efectos descritos, según los documentos, están la “pérdida de memoria forzada e inducción de acciones erróneas”, varias formas de “dolor intenso” en diferentes partes del cuerpo humano, “palpitaciones salvajemente aceleradas sin causa”, “cambios inducidos en la audición”, “sueños controlados”, y muchos otros.
Otro documento muestra cómo tales ataques se pueden llevar a cabo mediante redes de telefonía móvil, vehículos, helicópteros y emisores. También enumera las frecuencias de resonancia de varias partes del cerebro humano y declara que la tecnología puede utilizarse para “sonido que evita el oído”, “imágenes en el cerebro que evitan los ojos”, “imponer pensamientos subconscientes” y otros propósitos.
Un tercer documento detalla el campo bioelectromagnético del cuerpo humano y las diferentes frecuencias de las ondas cerebrales humanas.
De acuerdo con Bunker, este tipo de armas se están volviendo un foco principal en el desarrollo militar de todo el mundo. “La guerra del siglo XXI está cambiando gradualmente de las tecnologías convencionales de armas de fuego, misiles y bombas –que derivan de lo mecánico– a tecnologías exóticas y avanzadas de DEW que literalmente ‘convierten a bandas del espectro electromagnético en armas’ y luego las dirigen a fuerzas opositoras”.
“China está muy al tanto del valor militar de las DEW –además de la inteligencia artificial, robots/drones armados, reconocimiento facial y tecnologías antisatélite y de enjambre– y está experimentando activamente con pruebas de campo y aún ahora aparentemente en operaciones clandestinas”, dijo.
Guerras futuras
El informe militar desclasificado señala que algunas de las tecnologías están relacionadas con el programa de Maza Asesina (“Sha Shou Jian” o “Carta del Triunfo”), que utiliza una mezcla de armas asimétricas y no convencionales, diseñadas para lanzar ataques sorpresa y ganar rápidamente una guerra.
Un ataque de Maza Asesina del PCCh probablemente tomaría la forma de ataques rápidos a satélites GPS para desactivar equipo militar clave, el uso de pulsos electromagnéticos (PEM) de una explosión nuclear para destruir los electrónicos en grandes áreas, ataques rápidos contra pistas de aterrizaje para deshabilitar aviones militares, y varias otras formas de ataque.
El informe indica que las armas de la Maza Asesina del PCCh “permitirán que las fuerzas de baja tecnología de China prevalezcan sobre las fuerzas de alta tecnología de EE. UU. en un conflicto localizado, según estos dictámenes políticos”. Señala que el PCCh ha experimentado con “ojivas de PEM” y el uso de armas nucleares para ataques de Pulsos Electromagnéticos de Gran Altitud (HEMP, por sus siglas en inglés) para destruir infraestructura electrónica.
Tanto el PCCh como Estados Unidos también han desarrollado tecnologías que utilizan microondas y armas PEM para destruir tecnología en sitios específicos. De acuerdo con un artículo de Popular Science de enero de 2017, el Instituto Noroccidental de Tecnología Nuclear del PCCh ha estado trabajando en esas tecnologías por más de seis años.
En Estados Unidos, Boeing y el Directorio de Energía Dirigida del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de EE. UU. (AFRL) han desarrollado armas similares que pueden destruir objetivos electrónicos con suficiente precisión como para apuntar a edificios específicos.
De acuerdo con Bunker, el aparente reciente ataque contra un empleado del gobierno de EE. UU. en China debería ser considerado en un contexto similar a los ataques contra personal diplomático de EE. UU. en La Habana. Dijo que la tecnología sónica que habría sido utilizada en ambos incidentes “pone de manifiesto la potencial participación de servicios de seguridad chinos en estos incidentes, dados sus bioefectos ‘médicamente similares’”.
Agregó que en el contexto de las tensiones comerciales y de defensa entre Estados Unidos y China, es posible que el PCCh esté “involucrando esporádicamente a personal militar y gubernamental de EE. UU. ‘de manera encubierta en los márgenes’ como un componente de un programa de implicación activa siguiendo los principios de pensamientos del tipo de Guerra Sin Restricciones”.
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