El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, afirmó el 13 de marzo que el ataque con misiles de Irán contra la región del Kurdistán iraquí tenía como objetivo una residencia civil.
En una rueda de prensa, Sullivan dijo que Estados Unidos condena el ataque «en los términos más enérgicos» y que la lluvia de misiles había apuntado a una residencia civil en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, «sin ninguna justificación».
No se ha reportado de ningún herido o muertos por el ataque.
«Estados Unidos apoya al primer ministro Kadhimi y a los líderes de la región del Kurdistán, el presidente Nechirvan Barzani y el primer ministro Masrour Barzani, en condenar este ataque a la soberanía de Irak y su región del Kurdistán», dijo Sullivan. «Apoyaremos al gobierno de Irak para que responsabilice a Irán, y apoyaremos a nuestros socios en todo Oriente Medio para que hagan frente a amenazas similares de Irán».
«Estados Unidos de América apoya la plena soberanía, independencia e integridad territorial de Irak», añadió Sullivan.
Funcionarios del Kurdistán, una región semiautónoma, confirmaron que los misiles fueron disparados la noche del 12 de marzo.
Solo un día después, el 13 de marzo, la Guardia Revolucionaria de Irán se reivindicó el ataque, que dijo que era una represalia por los recientes crímenes de Israel, incluido un ataque aéreo en Siria la semana anterior en el que murieron dos oficiales de la Guardia Revolucionaria.
«Una vez más, advertimos al régimen criminal sionista que la repetición de cualquier acto malvado suscitará respuestas duras, decisivas y devastadoras», dijo la Guardia Revolucionaria, en referencia al gobierno de Israel.
Los medios de comunicación estatales iraníes describieron el objetivo como un «centro estratégico» israelí, mientras que otro medio afirmó que era operado por el Mossad, la agencia de inteligencia de Israel.
Por su parte, la agencia de noticias Fars, gestionada por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, pareció sugerir que el ataque estaba relacionado con un ataque aéreo de enero de 2020 ordenado por el entonces presidente Donald Trump, que mató al principal comandante militar iraní del régimen, Qasem Soleimani.
«Los misiles alcanzaron las bases ‘israelí-estadounidenses’ a la 01:20 hora local; ‘eso no es una coincidencia’. El jefe del IRGC-QF Soleimani fue asesinado en #Iraq el 7Ene20-01:20 hora de Irak», escribió la agencia de noticias en un posteo de Twitter.
«Condeno enérgicamente el ataque terrorista en Erbil y pido a su fuerte pueblo que mantenga la calma y siga las orientaciones de los servicios de seguridad», dijo el primer ministro del Kurdistán, Masrour Barzani, tras el atentado.
«Pedimos a las Naciones Unidas, a Estados Unidos, a la Unión Europea, a la Liga Árabe, al gobierno federal, al parlamento iraquí y al gobierno iraní que investiguen urgentemente estos ataques sin fundamento», escribió el gobierno regional del Kurdistán en las redes sociales.
El ataque con misiles se produce mientras las conversaciones para reactivar el acuerdo nuclear de Irán de 2015, también conocido como Plan de Acción Integral Conjunto, están estancadas.
Las negociaciones en Viena sobre el acuerdo se han interrumpido, al parecer, debido a las exigencias rusas sobre las sanciones dirigidas a Moscú en respuesta a su actual invasión de Ucrania.
Moscú habría exigido a Estados Unidos garantías de que las sanciones occidentales contra Rusia no afectarán a los derechos del país a comerciar económicamente con Irán en el marco del acuerdo nuclear.
El 5 de marzo, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se refirió a la «avalancha de sanciones agresivas que Occidente ha empezado a escupir» por la invasión rusa de Ucrania, según The Moscow Times.
Josep Borrell Fontelles, jefe de la política exterior de la Unión Europea, dijo en un mensaje de Twitter el 11 de marzo que, aunque las negociaciones estaban en pausa, «un texto final está esencialmente listo y sobre la mesa». Añadió que los funcionarios seguirán trabajando para «superar la situación actual y cerrar el acuerdo».
A principios de febrero de 2022, la Administración Biden dejó de aplicar varias sanciones relacionadas con las actividades nucleares civiles de Irán. La medida fue un esfuerzo para atraer a Irán de vuelta al acuerdo nuclear de 2015. Estados Unidos se retiró del acuerdo de 2015 bajo el mandato del expresidente Donald Trump, quien entonces impuso fuertes sanciones a Irán.
Sin embargo, varios legisladores se han mostrado en contra de levantar esas sanciones.
El senador Tom Cotton (R-Ark.) advirtió el 13 de marzo que «exentar al régimen terrorista de Irán de las sanciones debería ser descartado completamente», y agregó que «Irán está apuntando abiertamente a los estadounidenses con ataques de misiles».
Con información de Jack Phillips.
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