La Dra. Christiane Northrup es una ginecóloga-obstetra certificada con más de 30 años de experiencia y expresidenta de la Asociación Médica Holística Americana. También formó parte de su junta directiva durante los años 80 y principios de los 90, y es conferenciante y una talentosa arpista.
La medicina holística, explica, es un enfoque médico que aprecia y aborda la unidad de la mente, el cuerpo y el espíritu. Incluye las modalidades de homeopatía, osteopatía, quiropráctica, herbología y curación espiritual.
«No se dejaría nada fuera… [la medicina holística] incluiría medicamentos y cirugía cuando fueran apropiados», dijo Northrup a The Epoch Times, subrayando que uno debe buscar sanadores reales cuando busque tratamiento, ya que la energía negativa de un médico puede afectar al paciente.
«Cuando se acude a un médico, hay que buscar si es o no un sanador», señaló, «puede ser técnicamente hábil, pero recuerda que, especialmente si alguien te está operando, su energía va directamente a tus sistemas. Así que si alguien está enfadado, resentido o lo que sea, eso también va directamente a tu cuerpo. Por eso, hay que elegir a alguien que se sienta como un sanador, independientemente de las herramientas que utilice».
La medicina moderna, que está a la altura de la ciencia moderna, suele negar cualquier cosa que no pueda verse o detectarse con los limitados aparatos, a diferencia de la mayoría —si no todas— las tradiciones antiguas, en las que la creencia en la existencia del espíritu era un conocimiento común.
Preguntamos a Northrup sobre la ruptura entre el enfoque holístico y el aspecto tecnológico/científico en la curación.
Los comunistas, y en particular los filósofos de la escuela de Frankfurt, le dieron la impresión de ser personas arrogantes y narcisistas que denunciaban como ilusorio a cualquiera que creyera en dioses.
«Si crees en Dios, pobrecito. Eres un iluso, no puedes demostrarlo’. La forma en que lo veo siempre es alguien con un cigarrillo y una actitud arrogante y desdeñosa, que piensa que cualquiera que crea en Dios o tenga una práctica espiritual o una creencia en el mundo viviente —como los nativos americanos, [que creen que] hay espíritus en los árboles y en la tierra y en todo eso— es primitivo, irremediablemente primitivo», dijo Northrup.
«Esto viene de un enfoque demasiado intelectual y narcisista. Y, francamente, creo que eso se apoderó de toda la civilización occidental. Y lo estamos viendo, eso es el comunismo en realidad: ‘No hay Dios'».
La China maoísta veía la medicina tradicional china como brujería
«Mira lo que pasó en la China maoísta, se aseguraron de que toda la MTC (medicina tradicional china), que se basa en el Qi y la fuerza vital que corre por el cuerpo, fuera vista como brujería».
Durante la Revolución Cultural de 1966 en China, el materialismo extremo, así como el darwinismo, se apoderaron de la ya conflictiva tierra, forzando violentamente la salida de las tradiciones confuciana, taoísta y budista. Algunos estudiosos creen que este periodo fue uno de los más oscuros de la historia, ya que China era hasta entonces la única cultura que se había conservado ininterrumpidamente desde la antigüedad, poseyendo la historia mejor registrada (escrita), que incluía textos médicos.
«Existe una rica historia de estas tradiciones que se transmiten de generación en generación en las familias chinas para su curación», añadió Northrup. «Y lo mismo ocurre con las tradiciones chamánicas, en las que se cree que hay una fuerza vital que lo atraviesa todo».
«Es como si hubiéramos perdido algo cuando pasamos a este [pensamiento] materialista y reduccionista en el que no hay nada más que lo que se puede medir, y nada más importa».
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