Un recluso de Texas se enfrenta a una ejecución inminente a pesar de que la hermana de la víctima y líderes religiosos han pedido a las autoridades que no le quiten la vida. El hombre recibirá la inyección letal en la penitenciaría estatal de Huntsville la noche del 26 de octubre por matar a otro preso hace más de 25 años.
William Speer, de 49 años, fue condenado por estrangular hasta la muerte a Gary Dickerson en julio de 1997 en la prisión estatal de Telford, cerca de New Boston, en el noreste de Texas.
«Soy muy consciente de las cosas que he hecho. Soy muy consciente del dolor y el daño que he causado. Solo puedo decir que lo siento», dijo Speer en un vídeo presentado como parte de su petición de clemencia a la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas.
Según los abogados de Speer, éste experimentó una transformación significativa durante su encarcelamiento. Entre otras cosas, mostró remordimientos por sus actos y ayudó a dirigir un programa religioso que atiende a otros condenados a muerte.
Sus abogados habían pedido a los tribunales estatales y federales que detuvieran la ejecución por varios motivos, uno de los cuales era que los fiscales de su juicio de 2001 supuestamente no revelaron pruebas y presentaron testimonios falsos.
Los fiscales tampoco presentaron pruebas sobre la problemática infancia de Speer, que incluía abusos físicos y sexuales. Posteriormente, los fiscales negaron las acusaciones en su contra.
Otra de las razones por las que los abogados de Speer habían pedido que se detuviera su ejecución tenía que ver con las reclamaciones relativas al suministro de pentobarbital por parte del estado. Los abogados alegaban que el inventario estatal del fármaco, que se utiliza habitualmente en las ejecuciones, había estado expuesto a un calor extremo durante un incendio reciente, lo que lo hacía inseguro para su uso.
Un juez federal y el principal tribunal penal de apelaciones de Texas denegaron recientemente la apelación de esta última pretensión. Otro recluso, Jedidiah Murphy, presentó una reclamación similar que también fue denegada, después de que la Fiscalía General de Texas afirmara que tras el incendio se comprobó la potencia y esterilidad de los fármacos para la ejecución. Murphy fue ejecutado a principios de este mes.
Speer cumplia cadena perpetua por asesinato cuando el recluso Dickerson fue asesinado. A la edad de 16 años, Speer disparó mortalmente al padre de un amigo, Jerry Collins, en su casa cerca de Houston.
El 24 de octubre, la Junta de Indultos y Libertad Condicional votó 7-0 en contra de conmutar la pena de muerte de Speer por una pena menor. Los miembros de la junta también rechazaron la concesión de un indulto de seis meses.
Speer mató a Dickerson en un intento de unirse a la banda carcelaria Mafia de Texas, según los fiscales. La banda ordenó el golpe tras concluir erróneamente que Dickerson había informado a las autoridades sobre el tabaco que había intentado introducir de contrabando en la prisión.
El asesinato de Dickerson se saldó con las condenas a cadena perpetua de Speer y Anibal Canales Jr, otro recluso que actualmente permanece en el corredor de la muerte.
En el juicio de Speer, Sammie Martin, la única hermana viva de Dickerson, dijo al jurado que su madre estaba destrozada por la muerte de su hermano. Ahora, sin embargo, ha pedido que se le perdone la vida a Speer.
«He pasado mucho tiempo reflexionando sobre la justicia que merecían mi hermano y mi familia. En mi corazón, siento que él no solo está arrepentido de sus actos, sino que ha estado haciendo buenas obras para los demás y le queda algo que ofrecer al mundo», escribió la Sra. Martin en los documentos del tribunal federal presentados esta semana, añadiendo que los fiscales nunca le informaron de la ejecución programada de Speer.
Los abogados de la Oficina del Fiscal General de Texas dijeron en los documentos judiciales presentados esta semana que, a pesar de los sentimientos de Martin sobre la ejecución de Speer, «el estado mantiene su interés en disuadir los asesinatos de bandas y la violencia en las cárceles, así como en que se haga justicia a Dickerson».
Múltiples líderes religiosos de todo el país también habían solicitado clemencia para Speer. En una carta enviada a la junta de libertad condicional y al gobernador Greg Abbott se afirmaba que, aunque el trabajo religioso de Speer con otros presos «no excusa sus acciones, ofrece una imagen más completa de quién es Will como ser humano, cristiano, líder y maestro».
Speer será el séptimo recluso de Texas y el vigésimo primero de Estados Unidos en ser ejecutado este año.
The Associated Press contribuyó a este artículo.
De NTD News
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