WASHINGTON—Las dos Cámaras del Congreso están por aprobar legislación que podría fortalecer el escrutinio que se le da a las compras extranjeras de negocios estadounidenses con tecnologías críticas para la seguridad nacional, haciendo más fácil que se puedan bloquear esas ventas. Los impulsores claves de la propuesta han nombrado repetidamente a China como el objetivo principal, ya que Beijing ha continuado con su política agresiva y espionaje industrial para robar tecnología americana.
El Acta de Modernización para la Revisión de Riesgo de Inversión Extranjera de 2017, conocida como FIRRMA por sus siglas en inglés, fue aprobada por unanimidad por el Comité Bancario del Senado el 22 de mayo. La versión de la cámara para la propuesta, introducida por el republicano Robert Pittenger de Carolina del Norte, fue también aprobada 53 a 0 en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara. Ahora que la propuesta ha pasado por los comités del Senado y la Cámara, se espera que el Congreso apruebe pronto la propuesta con amplio apoyo de ambos partidos.
La propuesta modernizaría completamente y fortalecería el proceso por el cual el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS por sus siglas en inglés) revisa los riesgos para la seguridad nacional de adquisiciones, fusiones y otras inversiones extranjeras en los Estados Unidos.
Con sede en el Departamento del Tesoro, la CFIUS es una agencia relativamente pequeña con la tarea de revisar casos de negocios extranjeros que quieren comprar compañías estadounidenses. Creada en los 70, en años recientes la CFIUS ha tenido cada vez más desafíos para proteger la tecnología de punta americana, a medida que China intenta cada vez más comprar tecnología y compañías estadounidenses.
Justo esta semana, una investigación de Politico reveló que el sistema de la CFIUS pasó por alto la compra de un magnate chino de una compañía de semiconductores americana en 2017. El caso muestra la dificultad que existe en revisar contratos de adquisición que involucran inversores chinos, algunos de los cuales podrían estar relacionados o incluso estar trabajando para el régimen chino.
El senador por Texas John Cornyn, quien hizo la propuesta al senado, argumentó, al igual que otros proponentes de FIRRMA, que es necesario actuar con urgencia ya que China succiona tecnología americana siempre que puede. China podría usar tecnología robada de Estados Unidos en un conflicto, dice Cornyn.
Desde que se introdujo FIRRMA en ambas Cámaras en noviembre del año pasado, los congresistas han estado debatiendo y revisando detalles de la propuesta, ya que parte de la industria americana ha expresado preocupación de que esto podría crear restricciones excesivas para hacer negocios con China.
Como punto medio, la propuesta pasada por los comités del Congreso la semana del 21 de mayo ha quitado una provisión que sometía a revisión del CFIUS a las empresas conjuntas entre EE. UU. y extranjeros. En su lugar, la propuesta enmendada crea un proceso interagencia para identificar propiedad intelectual y tecnologías críticas emergentes que no estén aún sujetas a control de exportación.
«Es absolutamente esencial que el Congreso ajuste la legislación de CFIUS para protegernos de las políticas mercantilistas de China», dijo el analista de China y de Asia Oriental, Gordon Chang. «China está robando innovaciones americanas, que son la sangre de nuestra economía».
Chang también pidió a quienes crean políticas en Washington, hacer que CFIUS sea «tan estricta como sea posible» para asegurar que cada adquisición china de compañías y tecnología americanas sea de interés para EE. UU. y no para Beijing.
Los observadores de EE. UU. están cada vez más alarmados por la política industrial agresiva de China, ejemplificada en su estrategia «Hecho en China 2025», ideada en 2015, la cual declara explícitamente que el objetivo industrial del régimen chino es alcanzar a rivales como Estados Unidos, Japón y Alemania en tecnologías de avanzada.
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