Más de una docena de miembros del Convoy del Pueblo se reunieron frente a la mansión del gobernador de California Gavin Newsom en Fair Oaks, a menos de 20 millas al noreste del Capitolio estatal, alrededor de las 12:30 p.m. del 20 de abril, para protestar contra los mandatos de vacunas y el proyecto de ley de la Asamblea (AB) 2223.
Unos seis agentes de la Patrulla de Carreteras de California pidieron a los manifestantes que dejaran de tocar el claxon. Aunque los simpatizantes dejaron de tocar el claxon después de que llegara la policía, uno de los manifestantes siguió hablando en voz alta por el megáfono.
El día anterior, más de 100 manifestantes del Convoy del Pueblo se unieron a más de un millar de personas que protestaban contra el proyecto AB 2223, en las escaleras del edificio del Capitolio estatal en Sacramento.
El proyecto de ley AB 2223 fue presentado por Buffy Wicks (D-Oakland), quien dijo que el proyecto de ley protegería a las mujeres contra una acción penal después de la muerte de su bebé debido a un aborto autoinducido, un aborto involuntario, u otras causas fue aprobado, por una votación de 11-3, por un comité de la Asamblea el 19 de abril.
Pero los manifestantes —incluidos los miembros del Convoy del Pueblo— dicen que el proyecto de ley podría legalizar el infanticidio.
Mike Landis, camionero principal y organizador del convoy, criticó a los senadores y asambleístas estatales por la persistencia de las órdenes de emergencia y los mandatos de vacunación contra el COVID-19.
El Convoy del Pueblo salió de Adelanto, California, el 23 de febrero y viajó a la zona de Washington, D.C. exigiendo que el presidente Joe Biden renuncie a sus poderes de emergencia y ponga fin a los mandatos de vacunación.
Después de pasar unas semanas dando vueltas por el área de D. C., Landis anunció a finales de marzo que el convoy volvería al oeste, a California, para protestar contra los proyectos de ley que los camioneros llaman ahora «Los Diez Tiranos».
«Nunca esperé que volviéramos a California, pero aquí estamos», dijo Landis a sus partidarios en Sacramento el 19 de abril.
Landis reprendió a los legisladores por poner los intereses políticos y corporativos por encima de los derechos constitucionales de los estadounidenses.
«Estas personas en estos edificios no son más que marionetas en una cuerda para nuestro gobierno federal y el gran dinero del mundo. No se preocupan por ti. No se preocupan por mí. No les importan nuestros hijos», dijo.
En los últimos meses, la misión del convoy se ha convertido en reunir al pueblo estadounidense para exigir la libertad y oponerse a la tiranía, dijo Landis.
«Ha sido increíble ver a tanta gente durante todo el camino a través del país y durante todo el camino de vuelta, ver a tanta gente en sus propios estados empezando a levantarse. Y eso es lo más importante: conseguir que la gente se una en sus estados, en sus ciudades. Empieza en casa y se filtra hasta aquí», dijo Landis.
Landis reprendió a los legisladores por imponer cierres de empresas y negocios durante la pandemia, así como por la persistencia de los mandatos de vacunación y mascarillas.
«Todo el mundo dice: ‘Oh, ¿qué libertades han tomado? Pues no lo sé. A mí me pidieron que siguiera trabajando mientras conducía un camión al principio de esta pandemia, si es que se quiere llamar así. Y no pude encontrar nada para comer en ningún sitio. Pero se supone que debo seguir adelante, ¿no? No podía usar un baño, en los lugares [donde] recogíamos o entregábamos porque, Dios no lo quiera, tenemos gérmenes», dijo.
«Es completamente tonto».
Instó a los californianos y a los estadounidenses a prestar atención a la legislación que se está aprobando y a no dejar que se pierdan sus libertades.
«Cuando toman un poco a la vez, no nos damos cuenta», dijo. «… Hay que ser diligente y vigilar todo lo que ocurre».
Landis dijo que el convoy tiene previsto reunirse con los camioneros canadienses cuando salga de California.
«Cuando salgamos de Sacramento con el convoy, vamos a ir a reunirnos con nuestros hermanos y hermanas de Canadá», dijo entre los vítores de la multitud. «Gracias a ellos por poner en marcha toda esta bola. Si creen que esta gente en estos edificios tiene miedo de que la gente se una, esperen a que los países se unan».
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