Una mujer de Inglaterra cree que la radiación electromagnética del Wi-Fi la hace sentir débil y por ello emplea métodos poco convencionales para protegerse. Ahora, está preocupada que la tecnología 5G “afecte” más su salud.
Rosi Gladwell, una mujer de 70 años de Totnes, en Devon, ha gastado miles de dólares en diversos aparatos para evitar entrar en contacto con la radiación emitida por el Wi-Fi, ya que, según ella, la hace sentir sin aliento y siente pinchazos como agujas en la cara, reportó el medio británico Metro UK.
Gladwell tiene una bolsa de dormir hecha con plata y cobre de casi USD 500 que la usa como una sábana de protección. También compró un detector portátil de radiación de USD 250.
Así mismo, evita entrar en contacto con ciudades muy grandes y se desintoxica de la TV por dos días cuando sus síntomas se vuelven muy agudos, sin embargo, su mayor preocupación sigue siendo la tecnología 5G.
Rosi Gladwell is self-diagnosed and fears the roll out of 5G across the UK may kill her.
— UNILAD (@UNILAD) September 28, 2019
“Si introducen el 5G no sé qué haré en el futuro. Es un asunto muy aterrador”, dijo la mujer, quien actualmente vive en una casa de campo en Andalucía, España donde no hay campos electromagnéticos.
Gladwell se auto diagnosticó con este síntoma desde hace 6 años, luego de que se sintiera mejor al apagar por 10 minutos su Wi-Fi, y los cables del teléfono en su casa.
La mujer británica ha dedicado su tiempo a crear conciencia sobre los daños del Wi-Fi, ya que cree que en estos últimos años, la hipersensibilidad electromagnética, afecta cada vez a más personas.
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“Si voy a un café trato de sentarme afuera y si salimos a cenar llevo mi medidor y luego puedo decidir qué asientos tienen menos radiación y sentarme allí, porque varía mucho en una habitación”, dijo al medio local.
Gladwell dice que los científicos estiman que un 4% de la población mundial sufre de hipersensibilidad electromagnética, pero que “probablemente sea una subestimación”.
“Muchas personas ahora no se sienten muy bien, todos se sienten exhaustos y estresados, y en mi opinión, parte de eso se debe al alcance de la radiación», agregó.
Amenaza de la red 5G en la salud
Durante décadas, la industria de las telecomunicaciones y los gobiernos no invirtieron suficiente dinero en estudios de seguridad sobre el campo electromagnético (CEM) y la radiofrecuencia (RF) en la tecnología, y sus efectos sobre la salud humana, dijo James Grundvig en un artículo escrito sobre la amenaza de la red 5G en la salud humana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) dijeron en un comunicado de prensa conjunto de 2011 que encontraron que la radiación CEM era “posiblemente cancerígena para los humanos”.
No solo el despliegue de redes 5G sería motivo de preocupación, dijo Grundvig, sino también las frecuencias extremadamente bajas de los enrutadores WiFi, los puntos de acceso y los teléfonos móviles también representan una grave amenaza, especialmente para los niños.
Durante una entrevista por Skype, la Dra. Fiorella Belpoggi, directora de investigación del Centro de Investigación del Cáncer Cesare Maltoni, del Instituto Ramazzini, en Bolonia, Italia, explicó los problemas de la radiación de CEM y la amenaza que representa la tecnología 5G.
“Las ondas de CEM y RF corrompen el ADN humano. Contribuyen al impacto ambiental del autismo, la enfermedad de Parkinson, los cánceres y el bajo recuento de espermatozoides”, dijo Belpoggi.
En los Estados Unidos, la Dra. Sharon Goldberg, una testigo pericial, respondió a una pregunta por correo electrónico sobre los tres principales problemas de salud que plantea la tecnología 5G y el Internet de las cosas.
“Las cataratas representan el 60 por ciento de todas las cirugías oculares y le cuestan a Medicare 3600 millones de dólares al año”.
“La resistencia a los antibióticos y el daño al sistema inmunológico, donde la tecnología de ondas milimétricas (MMW) afecta la sensibilidad a los antibióticos (y el crecimiento) de los cultivos de estafilococos y E. coli”.
“La gran incógnita de MMW es el impacto en la depresión/suicidio y la epidemia de opiáceos”.
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