El Tapón del Darién, la peligrosa ruta por la que cientos de miles de inmigrantes llegan a Estados Unidos cada año, podría ver sus últimos días, de acuerdo a las declaraciones del nuevo presidente de Panamá, quien prometió cerrar el paso.
José Raúl Mulino, el recién investido presidente de Panamá, aseguró que terminará con la «Odisea del Darién» que «no tiene razón de ser», como parte de un esfuerzo por reforzar la seguridad de su país. Así lo expresó durante su discurso de toma de posesión el pasado 9 de mayo.
“Reitero que Panamá y nuestro Darién no es una ruta de tránsito. No, señor. Esa es nuestra frontera y el concepto de cierre que he esbozado implica también un concepto filosófico que guarda relación con cerrar la frontera”, dijo.
El mandatario detalló que solicitará ayuda internacional para iniciar “un proceso de repatriación con todo apego a los derechos humanos de todas las personas que están allí”.
Mulino, quien fuera ministro de seguridad durante la presidencia de Ricardo Martinelli (2009-2014) envió un mensaje para los migrantes que pretenden usar la ruta del Darién en su travesía hacia el norte del continente, de que los devolverán a su país de origen.
Mulino ya tuvo un primer contacto con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien se comunicó con él la semana pasada para felicitarlo por su ascensión.
Durante la llamada telefónica, abordaron el tema migratorio “como uno de los problemas regionales a resolver entre las naciones involucradas”, según un comunicado del 7 de mayo de la oficina del presidente electo.
El cierre del Darién fue una promesa de campaña de Mulino, aunque no ha dado más detalles sobre las medidas que tomaría para lograrlo.
El abogado y analista político panameño Rodrigo Noriega ,explicó que el cierre no tendría que ser necesariamente físico, sino que se pueden emplear cierres policiales, barreras naturales, mecanismos electrónicos de monitores, entre otras opciones, según informó VOA.
La administración Biden ya ha mostrado interés en apoyar los esfuerzos de Panamá para frenar la migración a través de su frontera.
En octubre del año pasado el Caucus Hispano y el Caucus Negro del Congreso instaron a la administración Biden a detener la asignación de 10 millones de dólares para financiar un programa de deportación de migrantes en Panamá.
Algunos analistas consideran que el cierre puede dar lugar a la búsqueda de otras rutas ilegales para los inmigrantes y traficantes de personas, informó VOA.
Además, las autoridades locales de la zona fronteriza entre Colombia y Panamá expresaron su preocupación por la idea del cierre.
Migración en aumento
Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un organismo que forma parte de las Naciones Unidas, en 2023 el número de migrantes que atravesaron la peligrosa ruta duplicó la cifra de 2022, superando el medio millón de personas.
Estos aumentos han sido una constante en la región a medida que cada vez más inmigrantes de diferentes países del mundo intentan usar esa ruta en su camino a los Estados Unidos.
El gobierno panameño anterior ofreció un Estatus de Protección Temporal a migrantes que se encontraban en el país, permitiéndoles la residencia y trabajo de forma regular e intentó imponer medidas más estrictas para impedir la entrada de migrantes irregulares al país.
Por otro lado, el nuevo presidente también prometió hacer más para mejorar la seguridad en el país centroamericano.
“Haré que sea un país seguro porque sé cómo hacerlo. Ya lo hice una vez y lo volveré a hacer ahora desde la Presidencia de la República».
Para este propósito, dijo que será “inflexible con la lucha contra el tráfico de drogas y todos los delitos que se derraman de ahí”.
Con información de VOA
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