La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha confirmado que el discurso del presidente Joe Biden sobre el COVID-19, que tendrá lugar el martes, no implicará presionar por confinamientos por la propagación de la variante ómicron.
Biden «lanzará una dura advertencia» a las personas que aún no se han vacunado contra el COVID-19, dijo Psaki. Pero el presidente, dijo, no impulsará los confinamientos por la variante, que ha causado pocas muertes en todo el mundo.
«Este no es un discurso sobre cerrar el país», remarcó Psaki.
Aunque la Organización Mundial de la Salud calificó a ómicron de «variante preocupante» debido a su alta transmisibilidad, los funcionarios de Sudáfrica y el comisario jefe de salud de la ciudad de Nueva York han dicho recientemente que la variante solo ha provocado una fracción de las hospitalizaciones que se observaron en anteriores oleadas de COVID-19.
El presidente tiene poca libertad para imponer un cierre, ya que el Congreso es la única entidad que puede regular el comercio interestatal. Sin embargo, si los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ofrecieran una recomendación para aplicar las órdenes de permenecer en casa, es probable que algunas municipalidades siguieran su ejemplo.
Biden, por su parte, anunciará que el gobierno federal trabajará para intentar que las vacunas y las pruebas de COVID-19 estén más disponibles en todo el país, dijo Psaki durante la conferencia de prensa del lunes.
A finales de la semana pasada, el coordinador de COVID-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients, dijo que el gobierno federal tiene como objetivo no «interrumpir el trabajo y la escuela». La Casa Blanca confirmó durante el fin de semana que Biden tocará esos temas.
«Para los que no están vacunados, les espera un invierno de graves enfermedades y muerte para ustedes, sus familias y los hospitales que pronto pueden saturar», dijo Zients.
Un número creciente de empresas, escuelas y otras instituciones han anunciado que cerrarán o impondrán otras órdenes de COVID-19 debido a la variante.
Los organizadores de la fiesta de Nochevieja prevista en el Grand Park del centro de Los Ángeles dicen que no habrá público en persona. En su lugar, el evento se retransmitirá en vivo, al igual que el año pasado. En Rhode Island, el lunes entró en vigor una orden de mascarilla para los espacios cerrados con capacidad para 250 personas o más, como las grandes tiendas e iglesias.
Los casos están aumentando en algunas partes de Estados Unidos, especialmente en el noreste y el medio oeste, aunque no está claro qué variante está impulsando el aumento.
En la ciudad de Nueva York, donde el alcalde Bill de Blasio ha afirmado que la nueva variante ya está en «pleno apogeo», un repunte está suspendiendo los espectáculos de Broadway y provocando largas filas en los centros de pruebas, pero hasta ahora las nuevas hospitalizaciones y las muertes están en promedio muy por debajo de su máximo de la primavera de 2020.
Con información de The Associated Press.
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