Steve Bannon, estrecho aliado del expresidente Donald Trump, solicitó a un juez federal que lo libere anticipadamente de prisión. Basa su petición en factores que, según él, indican una probable apelación ante el pleno de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Circuito de Washington.
Su presentación del 29 de agosto señaló que el circuito estaba tomando un tiempo relativamente prolongado para considerar su solicitud de una audiencia en banc, o ante el pleno de la corte, y que el circuito había dado un paso poco común al pedir al gobierno que opine sobre la interpretación legal de «deliberadamente» en la ley federal.
Específicamente, Bannon solicita la libertad bajo fianza mientras espera la apelación o «un plazo de libertad supervisada de solo unos días».
«El caso del Sr. Bannon presenta circunstancias apremiantes debido a los acontecimientos posteriores … a saber, la perspectiva realista de que el Circuito de Washington D.C. se pronuncie en pleno o emita disensos de la denegación sobre la cuestión central en este caso. Cualquiera de estos demostraría que este caso plantea cuestiones sustanciales y que el Sr. Bannon no debería cumplir toda su condena antes de que el Circuito de Washington D.C. en pleno o la Corte Suprema puedan conocer su caso», dijeron sus abogados en una presentación.
Bannon cumple condena en una prisión federal después de que un jurado lo declarara culpable de desacato al Congreso por negarse a cumplir una citación del Comité del 6 de enero de la Cámara de Representantes.
Comenzó su condena en julio, después de que un panel de tres jueces rechazara su apelación. Bannon alegaba que seguía el consejo de su abogado al negarse a cooperar con el Comité de la Cámara.
Tanto la Corte Suprema como el juez Carl Nichols, quien presidió el juicio de Bannon, denegaron las peticiones para evitar el inicio de su condena de cuatro meses.
Durante un debate oral en noviembre, el abogado de Bannon enfatizó el papel de la mens rea, el concepto jurídico de que un acusado sabía que su conducta era incorrecta.
El tribunal sostuvo en mayo que el argumento de Bannon «no constituía defensa alguna» para eludir su responsabilidad por haber desafiado «deliberadamente» la citación del Congreso.
Bannon saldrá de prisión a finales de octubre.
El 29 de agosto, Bannon presentó su petición ante la Corte Suprema, pendiente desde el 15 de julio, mientras que la respuesta del Gobierno llevaba pendiente 29 días.
«Si nos fijamos en los casos del Circuito de Washington D.C. en los que la Corte ordenó una respuesta a una petición en pleno en los últimos 20 meses, el tiempo más largo que tardó la Corte en denegar sumariamente la petición fue de 25 días [desde que se presentó la respuesta]», dijeron sus abogados.
«El promedio de ese tiempo para la denegación sumaria fue de apenas 16.3 días, y a veces fue tan corto como [ocho] días».
Afirmaron que el retraso era coherente con dos resultados: «O el Circuito de D.C. concede una nueva audiencia, o habrá una denegación acompañada de un disenso escrito».
Sus abogados argumentaron que la concesión de la petición o la disidencia bastaba para demostrar que las mentes razonables podían diferir sobre la cuestión de mens rea. Esto demostraría un desarrollo lo suficientemente sustancial como para que el tribunal reconsidere su decisión anterior sobre la libertad bajo fianza.
Bannon ingresó en prisión pocos meses después de que Peter Navarro, exasesor de Trump en la Casa Blanca, iniciara su condena de cuatro meses por desafiar al mismo comité de la Cámara de Representantes.
Ese caso se centró en la supuesta afirmación de Trump de privilegio ejecutivo para Navarro.
El juez del distrito de Washington, Amit Mehta, dictaminó que Navarro no había aportado pruebas adecuadas de que el privilegio se había extendido.
Ambos exasesores solicitaron sin éxito una medida de emergencia ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
En junio, el más alto tribunal del país emitió una breve orden en la que declaraba que había denegado la solicitud de libertad de Bannon mientras esperaba la apelación.
Navarro también fue rechazado, pero el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, declaró que Navarro supuestamente había «renunciado» a un recurso relacionado con su puesta en libertad.
Roberts aclaró, sin embargo, que el procedimiento de excarcelación era distinto de su apelación pendiente sobre el fondo del caso.
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