WASHINGTON—El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó a China a ampliar el alivio de la deuda de los países más pobres del mundo que han sufrido los efectos devastadores de la pandemia.
Se prevé que la deuda pública mundial alcance un nivel récord el próximo año, alcanzando el tamaño de la economía mundial, según el FMI. Esto se debe en parte a que los gobiernos de todo el mundo tuvieron que aumentar el gasto para combatir el coronavirus y recuperarse de sus consecuencias económicas.
“Abordar este problema a mediano plazo será fundamental. Pero para muchos países de bajos ingresos, se requiere una acción urgente ahora”, dijo Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI durante una conferencia de prensa el 14 de octubre.
“Dada la pesada carga de sus deudas, ellos ahora están luchando por mantener un apoyo político vital. Necesitan acceso a más subvenciones, crédito en condiciones favorables y alivio de la deuda».
Tanto el Grupo del Banco Mundial como el FMI han estado instando a las economías del Grupo de los 20 (G-20), incluida China, a proporcionar alivio de la deuda a los 76 países más pobres del mundo y permitirles redirigir los fondos hacia la lucha contra la pandemia.
Los países del G-20 aprobaron una iniciativa de suspensión del servicio de la deuda (DSSI) en abril, congelando los pagos de la deuda de los países más pobres hasta fines de este año. Y el grupo anunció el 14 de octubre que los países extenderían la suspensión del servicio de la deuda por seis meses más, hasta junio de 2021.
La DSSI ofrece una pausa temporal de los pagos de la deuda del «sector oficial» o de gobierno a gobierno. Los acreedores privados, sin embargo, no han participado en la iniciativa.
“Hay un llamado muy fuerte para que el sector privado participe”, dijo Georgieva durante la conferencia de prensa.
“Desafortunadamente, lo hemos visto suceder. De los 44 países que se han suscrito, solo tres han llegado a acreedores privados”, dijo.
Beijing es signatario de la DSSI acordada por los países del G-20. China es fundamental para esta iniciativa, ya que se ha convertido en los últimos años en el mayor acreedor mundial de países de bajos ingresos.
A través de su Iniciativa de La Franja y La Ruta (BRI), Beijing ha invertido miles de millones de dólares en préstamos a países pobres para ayudar a construir sus proyectos de infraestructura.
Los proyectos de construcción masiva de la BRI se financian principalmente a través de una amplia gama de instituciones estatales y del gobierno local chino.
«En términos de las instituciones de China y su participación, esa ha sido una pregunta abierta», dijo Georgieva.
Si bien algunos de los prestamistas chinos participaron en la DSSI, dijo la directora del FMI, hay otros que aún no han participado.
“Y lo que también estamos escuchando de China es un reconocimiento de que son un acreedor relativamente nuevo, pero son un acreedor muy grande, y necesitan madurar a nivel nacional en términos de cómo manejan a sus propios prestamistas, la coordinación entre ellos».
La BRI de China ha contribuido a la acumulación sustancial de deuda externa en muchos países de bajos ingresos, según un reciente informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).
Durante las últimas dos décadas, China se ha convertido en un importante prestamista mundial, con una deuda pendiente de más de USD 5,5 billones en 2019, más del 6 por ciento del producto bruto interno mundial, según el informe del IIF.
Asimismo, un estudio académico publicado por el Instituto de Economía Mundial de Kiel sugiere que los préstamos chinos en el extranjero pueden ser mayores de lo informado. Hasta el 50 por ciento de los préstamos chinos están «ocultos», ya que no se informan al FMI ni al Banco Mundial, según el informe. Por lo tanto, las prácticas crediticias no transparentes de China también amplifican las vulnerabilidades de la deuda en los países pobres.
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