MARACAIBO, VENEZUELA — Sin agua, la salud se antoja imposible. Médicos y enfermeros de Venezuela esgrimen esa ecuación para ilustrar el miedo y la preocupación que sienten ante el riesgo de un brote del coronavirus en el país.
En los hospitales, dicen, no solo carecen de medicamentos, equipos quirúrgicos y artículos de atención primaria, como mascarillas, sueros y termómetros, o de una infraestructura medianamente operativa. Les falta lo esencial: el agua.
“La principal prevención al coronavirus es lavarse las manos y no tenemos ni agua. No estamos preparados para esa enfermedad”, dice Dora Colmenares, secretaria de organización del Colegio de Médicos del Zulia, el estado más poblado de Venezuela, con cerca de cuatro millones de habitantes.
El coronavirus, una infección respiratoria, ha provocado 3.045 muertes y 89.000 infectados en el mundo. Países vecinos de Venezuela, como Brasil, Ecuador y República Dominicana, confirmaron la existencia de contagiados en sus territorios.
La afección necesita tratamiento hospitalario y la calidad de esos servicios en Venezuela están deteriorados a niveles de gravedad, según el informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
Su cercanía ha elevado las preocupaciones en los gremios médicos y de enfermería en Venezuela, comentan sus representantes a la Voz de América.
Colmenares, también cirujana de uno de los hospitales más importantes del país, el Universitario de Maracaibo, confiesa el temor que reina entre su gremio.
“Hay miedo. La salud ha retrocedido al siglo 19 en Venezuela. No hay tensiómetros, ni alcohol en nuestros hospitales. No hay agua, ¡agua!”, repite, acentuando la inexistencia del líquido en los centros de salud de la región, fronteriza con Colombia.
La profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia subraya que el ministerio de Salud de Venezuela no divulga boletines epidemiológicos desde 2016.
Colmenares detalla que la mayoría de las unidades de cuidados intensivos del Zulia están “prácticamente cerradas”. “Si llega un paciente complicado (por coronavirus), ¿dónde se le va a atender, qué medicamentos le vamos a administrar?”, se pregunta.
Sin luz, agua, ni ventilación
El hedor a orín y heces fluye por los pasillos del primer piso del Hospital Universitario de Maracaibo la tarde de este pasado lunes. A pocos pasos del área de pediatría y de los quirófanos, se encuentra el único baño, pobremente operativo, en el lugar.
El cuarto sanitario lo usan hombres y mujeres por igual. Está colapsado. Un empleado, con la boca tapada con mascarilla, cepilla el piso, inundado de agua marrón, fétida.
Hay varios litros de líquido almacenado en una pipa metálica en la entrada, mas no en las tuberías. Las demás áreas del hospital, de 60 años, carecen usualmente de agua.
En sus pasillos, carteleras muestran escritos sobre la diabetes u otros padecimientos. No hay un solo aviso con advertencias o recomendaciones sobre el coronavirus.
El informe de Bachelet, publicado en junio de 2019, mencionó el agua entre los “factores subyacentes determinantes de la salud” que faltan en los hospitales de Venezuela.
El documento, repudiado por el régimen de Nicolás Maduro, concluyó que la situación sanitaria de Venezuela es “grave”.
Hania Salazar, presidenta del Colegio de Enfermeros de Zulia, precisa que no existen condiciones sanitarias apropiadas en ninguno de los hospitales de la región para atender, eventualmente, a pacientes infectados de coronavirus.
Los centros de salud, confirma, carecen de agua potable y de jabón antiséptico para el lavado de manos de los médicos y enfermeros.
El riesgo de insalubridad es tan “grave” en la región que no existe un solo hospital con salas sanitarias operativas, indica, citando reportes de su gremio.
Salazar considera que la limpieza y la esterilización de las áreas hospitalarias son un supuesto negado en el país en los tiempos de contagio del coronavirus.
“Tenemos áreas de hospitalización cerradas por falta de electricidad o de limpieza. ¿Qué hago con una mascarilla o con 20 millones de ellas, si no tengo luz, agua, ventilación, si no hay limpieza?”, cuestiona, mortificada.
Plegarias de protección
Los gremios de medicina, enfermería, bioanálisis, nutrición y odontología del Zulia visitarán un hospital por día en Maracaibo durante las próximas semanas para evaluar sus condiciones de cara al reto sanitario que es el coronavirus, según anunciaron.
El Colegio de Médicos del Zulia, a su vez, planifica charlas en ambulatorios y barrios pobres de Maracaibo para educar en prevención a los venezolanos.
Carlos Alvarado, ministro de Salud de Venezuela, informó la activación de un comité nacional de preparación y respuesta ante el coronavirus. Reportó, también, el inicio de protocolos en el aeropuerto de Caracas para identificar posibles “casos sospechosos”.
Indicó, sin dar detalles, que el sistema de vigilancia epidemiológica para infecciones respiratorias agudas “se ha fortalecido”.
Maduro designó la semana pasada a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, al frente de una comisión para prevenir y enfrentar el coronavirus. El mandatario en disputa dijo que habría “medidas preventivas” en casas, escuelas y centros de trabajo del país.
Sergio Osorio, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, una de las más prolíficas en graduaciones de médicos cirujanos en Venezuela, coincide.
“Preparados, definitivamente, no estamos”, dice, sin cortapisas.
Opina que Venezuela tiene suficiente capital humano capaz, con sus médicos y enfermeros para hacer frente al coronavirus. Duda, empero, de “la capacidad tecnológica” del sector salud nacional para semejante tarea.
Curiosamente, tanto él como Colmenares y Salazar, voceras del personal médico y de enfermería, expresan ruegos a Dios para que el virus de origen chino no llegue al país.
Su brote en Venezuela sería, en palabra de Colmenares, “una catástrofe”.
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