Tom Fitton, activista conservador y presidente de Judicial Watch, dijo en una entrevista al programa «American Thought Leaders» de The Epoch Times que cree que el objetivo de presentar una acusación de incitación a la insurrección contra el expresidente Donald Trump es «enfriar y criminalizar el discurso» que se opone a la agenda de los miembros de la izquierda política.
Al calificar de «anticonstitucional» el segundo proceso de impeachment de Trump, Fitton señaló que equivale a un intento de silenciar las voces de quienes plantean cuestiones preocupantes que van en contra de ciertos objetivos políticos.
«Es realmente un ataque a los derechos civiles y al presidente Trump, a los derechos civiles de sus partidarios que comparten sus preocupaciones sobre las cuestiones que ha planteado», dijo Fitton.
«Y lo que la izquierda está tratando de hacer es prohibir la oposición a su agenda. Lo primero en la lista es la preocupación por la integridad de las elecciones», dijo. «Si uno plantea preocupaciones al respecto, debe ser desautorizado, o algo peor».
Los demócratas de la Cámara de Representantes que presentan el caso para el impeachment han argumentado que Trump preparó el escenario para la violencia a través de repetidas afirmaciones de que los resultados de las elecciones eran fraudulentos.
Durante el segundo día del juicio, los encargados demócratas del impeachment expusieron el caso de que la irrupción del 6 de enero en el Capitolio no fue causada por un único discurso, sino que fue el resultado de un modelo de mensajes de meses de duración que sembró la duda sobre las elecciones y alimentó la ira entre los votantes de Trump al reforzar la opinión de que habían sido engañados y privados de sus derechos debido al fraude.
También alegaron que Trump convocó a una turba en Washington, que dio a la multitud órdenes de marcha, y que no hizo nada para detener la violencia.
Los abogados defensores de Trump han argumentado que Trump instó a la multitud a manifestarse pacíficamente, y que sus comentarios del 6 de enero sobre la «lucha» fueron meras figuras retóricas que no difieren del tipo que suelen hacer los políticos, y que de todos modos son permisibles bajo las protecciones de la Primera Enmienda.
«Afirmar que el presidente deseaba, anhelaba o alentaba de alguna manera un comportamiento anárquico o violento es una mentira absurda y monstruosa», dijo el viernes Michael van der Veen, uno de los abogados de Trump.
También acusaron a los demócratas de emprender una campaña de «odio» contra Trump, de utilizar el juicio político para ajustar cuentas políticas y de hipocresía. El viernes, los abogados de Trump reprodujeron un montaje de clips que mostraban a los demócratas, algunos de ellos senadores que ahora sirven como jurados, diciendo también a sus partidarios que «lucharan», buscando establecer un paralelo con la retórica de Trump.
«Esta es una retórica política ordinaria que es prácticamente indistinguible del lenguaje que ha sido utilizado por personas de todo el espectro político durante cientos de años», dijo Van der Veen. «Innumerables políticos han hablado de luchar por nuestros principios».
David Schoen, uno de los abogados que representan a Trump, dijo el viernes que «este plan sin precedentes no se trata de que los demócratas se opongan a la violencia política. Se trata de que los demócratas tratan de descalificar a su oposición política. Es la cultura de la cancelación constitucional».
Cuando le pidieron que opinara sobre las declaraciones de Schoen, Fitton dijo que cree que reflejan con precisión la intención que hay detrás del proceso de impeachment.
«Se trata de un plan para eliminar al presidente de la vida política de nuestra nación», dijo. «Y para tratar de eliminar del tablero a un jugador que sería un defensor eficaz, un líder contra su agenda».
Jan Jekielek contribuyó a la elaboración de este artículo.
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