La Junta de Gobernadores del OIEA -la agencia nuclear de Naciones Unidas- adoptó este viernes en Viena una resolución en la que insta a Irán a mejorar su cooperación y facilitar el acceso de los inspectores internacionales a instalaciones sospechosas.
El órgano ejecutivo de la agencia comparte en la resolución, la primera adoptada contra Irán desde 2015, la «grave preocupación» expresada esta semana por el director general del OIEA, Rafael Grossi, ante la falta de cooperación iraní para facilitar el trabajo de los inspectores de desarme, y reclama su plena colaboración.
El último informe del OIEA, debatido esta semana en una reunión de la Junta, critica que Irán esté negando desde hace cuatro meses el acceso de los inspectores a dos instalaciones.
La resolución crítica con Irán fue adoptado hoy con el respaldo de 25 de los 35 países representados en la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Mijail Ulyanov, representante de Rusia en el OIEA, explicó en Twitter que su país y China votaron en contra de la resolución, propuesta por Alemania, Francia y Reino Unido.
«Creemos que la resolución puede ser contraproducente», dijo, al tiempo que subrayó «la necesidad de que Teherán y el OIEA resuelvan el problema sin demora».
Grossi explicó a la prensa tras la votación que confía en que la medida no deteriore la cooperación de Irán con la agencia nuclear de la ONU y que hubiera preferido que la resolución se hubiera adoptado por unanimidad.
«No hay otro camino que sentarnos a hablar y lograr el acceso trabajando con Irán», afirmó Grossi, que confío en poder seguir contando con Teherán para responder a las dudas pendientes.
«Está muy claro que cuanto antes se nos otorgue el acceso y que nuestros inspectores puedan volver a hacer su trabajo, será mejor para todos», insistió.
Material fisible
En las dos instalaciones sospechosas se han localizado trazas de materiales fisibles que podrían provenir de experimentos nucleares, posiblemente militares, realizados hace 15 años y que Irán nunca ha declarado.
Además, Grossi critica en su informe que Irán lleve casi un año sin involucrarse en los esfuerzos del OIEA para «aclarar» preguntas sobre posibles materiales y actividades nucleares no declarados.
Teherán argumenta que colabora estrechamente con el OIEA y que su programa nuclear es el más vigilado del mundo.
Además, afirma que parte de las dudas del OIEA están basadas en información aportada por servicios secretos, en referencia a Israel, que no son públicos, válidos ni verificables, según Irán.
El OIEA, por su parte, rechaza que se base únicamente en informaciones recibidas por estados miembros y asegura que estudia y valida intensamente cualquier indicio que investiga.
Las críticas de la Junta y de los inspectores están relacionadas con el acuerdo de salvaguardas (controles) que mantiene Irán con el OIEA y no con el llamado «plan de acción conjunta» (JCPOA, en sus siglas en inglés).
Este gran pacto nuclear de 2015, firmado entonces por Irán y seis grandes potencias, estipula limitaciones al programa nuclear iraní, para evitar que Irán se haga con armas atómicas, siempre a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales contra Teherán.
«Tirón de orejas»
Como «toque de atención» y «tirón de orejas» ha calificado esta resolución otra fuente diplomática que sigue de cerca el expediente iraní en Viena, donde el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tiene su sede.
«El E3 (Alemania, Francia y Reino Unido) trata de encontrar un equilibrio complejo entre dar un paso para aumentar la presión a Irán, pero no tan radical como querría Estados Unidos», señala a Efe esa fuente, que pidió no ser identificada.
De hecho, aunque EEUU apoyó el texto de los tres países europeos al considerarlo «una reacción justa y equilibrada a las alarmante acciones de Irán», también dejó claro que habría preferido un tono más duro.
Según esa fuente diplomática de alto nivel consultada por Efe, los tres países europeos han querido mostrar con esta resolución su respaldo al OIEA, dirigido por el argentino Grossi, en su exigencia a Irán de más transparencia.
Todo ello, calculando la presión para que no tenga un impacto negativo en el JCPOA, agregó la fuente.
JCPOA muy debilitado
El gran acuerdo de 2015 quedó muy debilitado cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, decidió abandonar hace dos años un tratado que fue negociado por su predecesor, Barack Obama, de reimponer sanciones económicas a Irán.
En respuesta, Teherán comenzó a incumplir hace un año los límites de producción y almacenamiento de combustible nuclear y el tipo de maquinaria que el JCPOA le permite.
Tras la salida de EE.UU., los firmantes europeos del acuerdo, Alemania, Francia y el Reino Unido, han intentado mantenerlo a flote, ofreciendo a Irán mecanismos que compensen en parte las sanciones de EE.UU., que afectan sobre todo a sus vitales exportaciones petroleras.
Rusia y China, también firmantes del JCPOA, culpan abiertamente a Washington de la escalada de tensión y votaron hoy contra la resolución.
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