El lunes, la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, entró en estado de emergencia ante un previsible aumento de cruces ilegales de la frontera cuando finalice, en menos de dos semanas, la norma del Título 42.
«Nosotros nos estamos preparando ahora para lo que llamamos lo desconocido», dijo el alcalde de El Paso, el demócrata Oscar Leeser, en una conferencia de prensa el domingo por la tarde.
«Yo estoy declarando el estado de emergencia en nuestra comunidad, y la razón por la que estamos declarando el estado de emergencia es para asegurarnos de que podemos sostenernos y estar preparados para el 11 de mayo, el 12 de mayo, para tener refugio público y vivienda pública», añadió el alcalde. «En realidad se trata de viviendas temporales. No proporcionamos vivienda permanente a nadie».
Se ha informado de que solo en Juárez, México, unas 35,000 personas están esperando para entrar en la frontera entre Texas y México el 11 de mayo. Está previsto que la norma del Título 42 expire a medianoche de ese día.
La norma del Título 42 se invocó en marzo de 2020 bajo la presidencia de Donald Trump al comienzo de la pandemia de COVID-19, lo que permitió a los agentes fronterizos expulsar rápidamente a quienes habían entrado ilegalmente en Estados Unidos desde México con el argumento de que su presencia podría haber planteado riesgos para la salud pública. El presidente Joe Biden mantuvo las restricciones durante más de un año tras asumir el cargo en 2021, a pesar de haber prometido acabar con las políticas de inmigración de la era Trump.
Es «molesto» que muchos migrantes creen falsamente que serán admitidos en Estados Unidos sin ninguna documentación una vez que se levante la orden del Título 42, dijo Leeser.
«Han llegado, realmente, con la falsa pretensión de que habrá fronteras abiertas a partir del 11 de mayo y que a cualquiera que ya esté en Estados Unidos no se le exigirá que tenga la documentación adecuada, y esa es una afirmación falsa», dijo Leeser el domingo.
«Nosotros no vamos a abrir las fronteras», continuó el alcalde. «Las fronteras no están abiertas hoy, y no lo estarán el 12 de mayo».
El estado de emergencia durará siete días, a partir del mediodía del 1 de mayo. Después, el ayuntamiento decidirá si lo prorroga.
En la rueda de prensa del domingo, las autoridades municipales también dijeron que preferirían que los inmigrantes ilegales no acamparan en las aceras, lo que generaría problemas de delincuencia, salud y seguridad.
«Les pediremos que desmonten sus acampadas. Pedimos a los ciudadanos que no arrojen donativos a la calle», declaró el subdirector municipal, Mario D’Agostino.
«Lleven sus donativos a las ONG, al banco de alimentos. Hay iglesias. Ellos son capaces de recibirlas y se asegurarán de hacérselas llegar a los necesitados», continuó el subdirector, dirigiéndose a los residentes que deseen ayudar a los recién llegados mientras estén ilegalmente en la ciudad. «Lo principal es que no queremos empezar a dejarlo en la calle porque eso anima a esas grandes congregaciones de personas a quedarse en esas calles. Esa es la mayor preocupación».
Mientras tanto, Brownsville, situada en el extremo sur de Texas, ha emitido una declaración similar. Se ha informado de que más de 15,000 migrantes cruzaron ilegalmente el río Grande hacia la zona de Brownsville en tan solo la semana pasada.
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