El Departamento de Defensa de Estados Unidos delineó una nueva estrategia para el ciberespacio a fin de contrarrestar las amenazas de China y Rusia, haciendo hincapié en un enfoque proactivo e integral de defensa, según un documento recientemente publicado.
El documento aborda cómo el Pentágono planea contrarrestar los desafíos en el ciberespacio: las “campañas persistentes” que “representan un riesgo estratégico a largo plazo para la nación, así como para nuestros aliados y socios”. Publicado el 18 de septiembre, el documento es una respuesta detallada a la Estrategia de Defensa Nacional publicada en enero que identificaba a China y Rusia como “el desafío central para la prosperidad y seguridad de Estados Unidos”. Sustituye a la anterior estrategia cibernética publicada en 2015.
Esos desafíos incluyen ataques cibernéticos que no entran dentro del concepto tradicional de “conflicto armado”, como el espionaje económico y las amenazas a la “infraestructura crítica”, es decir, las áreas consideradas vitales para el país, como el suministro de agua, la red eléctrica y los sistemas de transporte.
“China está erosionando la superioridad militar de Estados Unidos y la vitalidad económica de la nación al extraer sistemáticamente información sensible de las instituciones del sector público y privado de Estados Unidos”, indica el documento, señalando que China no solo está amenazando el poderío militar de Estados Unidos, sino también la propiedad intelectual que es vital para su economía.
Para combatir estos desafíos, el Departamento de Defensa declaró que se dedicará a “la competencia diaria para preservar las ventajas militares de Estados Unidos y defender sus intereses”, lo que significa que “interrumpirá o detendrá la actividad cibernética maliciosa en su origen, incluyendo la actividad que cae por debajo del nivel de conflicto armado”.
En términos militares, “por debajo del nivel del conflicto armado” es una relación competitiva que no se intensificó hasta el punto del conflicto armado, pero en la que una de las partes tratará de impedir las ganancias de un competidor o de tomar medidas para mantener una posición estratégica.
“Estados Unidos no puede permitirse la inacción: Nuestros valores, nuestra competitividad económica y ventaja militar están expuestos a amenazas que cada día son más peligrosas”, afirma el documento. Por lo tanto, el Departamento de Defensa estará listo para desplegar al Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea, los Marines y los contratistas de defensa.
El nuevo compromiso del Departamento de Defensa de luchar contra las ciberamenazas más allá de la guerra tradicional coincide con el aumento de los ataques cibernéticos de China contra Estados Unidos y sus aliados para su beneficio económico.
En abril, la empresa de seguridad FireEye descubrió que hackers chinos respaldados por el régimen habían incrementado los ataques contra empresas estadounidenses para obtener información relacionada con precios de licitaciones, contratos y adquisiciones, lo que permitió a las empresas chinas obtener ventajas comerciales.
En agosto, la empresa de tecnología Recorded Future publicó un informe que detallaba cómo hackers afiliados a la prestigiosa Universidad de Tsinghua de China espiaron a entidades internacionales para ayudar a Beijing a obtener información durante las primeras negociaciones comerciales con Estados Unidos este año. También se escrudiñaron los acuerdos comerciales con países de la iniciativa ‘Un Cinturón, Una Ruta’ de Beijing, mediante la cual el régimen chino construye proyectos de infraestructura en Asia, África, Europa y América Latina.
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