El Pentágono está colaborando con la empresa SpaceX, de Elon Musk, para investigar la posibilidad de usar los cohetes de la compañía con el propósito de lanzar tropas y equipos a puntos críticos globales.
El trabajo de los militares con la compañía espacial privada cubre una amplia gama de iniciativas de investigación, según un acuerdo de investigación obtenido originalmente por The Intercept a través de una solicitud de la Ley de Libertad de Información. Dicho acuerdo se hizo público el 19 de junio.
El Acuerdo de Investigación y Desarrollo Cooperativo (pdf), describe los esfuerzos conjuntos del Comando de Transporte de EE.UU. (USTRANSCOM) y SpaceX “para investigar conjuntamente las capacidades de transporte espacial comercial como un modo de transporte para acelerar la entrega global de material y personal del Departamento de Defensa (DoD)”.
USTRANSCOM es uno de los comandos combatientes unificados de las fuerzas armadas. Satisface las necesidades de transporte de las fuerzas armadas y depende en gran medida de la infraestructura y las tecnologías comerciales para llevar a cabo su misión de proyectar y mantener el poder militar.
Existe una tendencia creciente entre los proyectos militares de aprovechar primero las tecnologías espaciales comerciales para llevarlas al uso militar a un costo mucho menor que si las fuerzas armadas investigaran y desarrollaran sus propias tecnologías desde cero.
Entre los resultados esperados del acuerdo de investigación se encuentra una «fuerza de reacción rápida» basada en cohetes, que colocaría tropas o equipos en cualquier parte del mundo con poca anticipación al aprovechar las naves Starship de SpaceX, vehículos de lanzamiento súper pesado que son completamente reutilizables y que actualmente están en desarrollo.
El Departamento de Defensa cree que el sistema de lanzamiento y aterrizaje totalmente integrado y reutilizable de las naves Starship podría estar listo entre 2025 y 2030, y tiene en mente algunos escenarios muy específicos para usar la tecnología.
«Una capacidad de entrega directa en el escenario de operaciones desde Estados Unidos a una base africana sería extremadamente importante para apoyar la misión del Departamento de Estado en África», dice el acuerdo.
“La capacidad de demostrar el transporte espacial PTP [punto a punto] podría disuadir a los actores no estatales de actos agresivos hacia Estados Unidos”.
La idea poco sutil de que el ejército de EE.UU. podría enviar tropas a África a bordo de un cohete fue retomada por The Intercept, que se refirió a la idea como un esfuerzo directo para bloquear «un futuro ataque al estilo de Bengasi» mediante el uso de Starships militarizados para reforzar los complejos asediados.
A pesar de los matices de ciencia ficción del proyecto propuesto, las tropas basadas en cohetes han estado en la mira del Departamento de Defensa durante mucho tiempo.
En 1964, el proyecto «Ithacus» (pdf) presentó «un concepto para un transporte de tropas propulsado por cohetes que podría evolucionar potencialmente a partir del propulsor reutilizable del mañana».
Ese proyecto buscaba visualizar un futuro en el que las tecnologías de cohetes fueran adoptadas por los militares para su uso en el transporte de tropas del tamaño de un batallón. Tales tropas podrían responder rápidamente a las crisis en cualquier parte del mundo en una hora.
60 años después, la cúpula militar cree que esa visión se está haciendo realidad con la perspectiva de aplicar las tecnologías de SpaceX a los problemas de la guerra moderna.
“Durante los últimos 75 años, hemos estado limitados a 40,000 pies de altitud y 600 millas por hora con nuestro método más rápido de entrega logística: El transporte aéreo”, dijo en 2020 el entonces comandante adjunto de USTRANSCOM, Dee Mewbourne.
«Ahora, ¿Cuáles son las posibilidades de cumplimiento logístico con unos estándares 10 veces mejores a esas cifras, cuando la necesidad de apoyo en el otro lado del mundo es urgente? Ahora debemos aprender cómo nuestras estrategias actuales para proyectar y sostener fuerzas pueden evolucionar con un nuevo modo de transporte».
Aun así, es poco probable que los infantes de marina y los cohetes espaciales lleguen al campo de batalla en el corto plazo, dados los diversos enigmas técnicos y legales relacionados con cruzar el espacio exterior y el espacio aéreo llevando tropas armadas.
Sin embargo, el acuerdo señaló otros dos escenarios clave que se beneficiarían de la tecnología.
El primero es la provisión a bases críticamente vulnerables que están al alcance de los misiles de las fuerzas hostiles. El segundo es proporcionar apoyo logístico para establecer sistemas de bases aéreas desplegables sobre la marcha, lo que ayudaría a las fuerzas estadounidenses en zonas de conflicto a establecer bases de avanzada totalmente operativas para proporcionar una proyección de fuerza en regiones sin presencia permanente.
En particular, cada uno de los escenarios aumentaría significativamente la capacidad de Estados Unidos para llevar a cabo una guerra anfibia e insular en un posible conflicto con la China comunista.
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