Mientras el primer ministro canadiense Justin Trudeau visita a China en una misión comercial que busca profundizar los lazos con el país comunista, un exprisionero de conciencia de Amnistía Internacional habla sobre un siniestro plan que el régimen chino guarda bajo la manga.
El residente de Toronto, He Lizhi está ahora a salvo en Canadá, pero en marzo de 2000, cuando aún estaba en China, fue secuestrado por la policía debido a sus creencias espirituales y más tarde, bajo arresto domiciliario, se le hizo ver un video interno del Partido Comunista altamente confidencial con el que intentaron «transformarlo».
El video revelaba el plan del Partido Comunista Chino (PCCh) para los religiosos de todo el mundo. He quedó totalmente conmocionado.
El video era de una charla dada por Ye Xiaowen, jefe de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos (AEAR), a jefes y funcionarios del partido dentro de los diferentes ministerios en el consejo del estado.
La charla tuvo lugar unos meses después de que el entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, iniciara una campaña de persecución contra la disciplina espiritual tradicional de Falun Dafa. La charla encontró resistencia de los altos mandos del partido, muchos de los cuales practicaban la disciplina en ese entonces.
El jefe de AEAR fue enviado para dar una «conferencia teórica» a los altos funcionarios para convencerlos de que la erradicación de Falun Dafa era lo que el partido necesitaba para lograr su objetivo último: la eliminación de la religión sobre la faz de la Tierra y la eliminación del concepto de Dios en la mente de las personas.
Ye explicó en el video que la razón de que el gobierno chino aún tenga libertad de religión en su constitución es una táctica temporal «engañosa» para no alienar demasiado las muchas minorías en China que profesan la fe y ocupan grandes porciones del territorio del país, recordó He.
Pero el objetivo último, dijo el funcionario, es erradicar la religión por completo, no solo en China sino en el mundo, y «educar» a todos los ciudadanos chinos para que se vuelvan ateos, o sea que se adhieran a la religión del estado.
«Aunque en el ambiente de lavado de cerebro de China hemos sido enseñados a creer que el comunismo es bueno porque promete que tendrás todo lo que quieras, no quería darme cuenta de que el partido estaba planeando eliminar en algún momento la creencia religiosa, y que la gente no tendría el concepto espiritual de Dios y la divinidad sería erradicada de las mentes de las personas», dijo He.
He agregó que se había quedado sin palabras porque el video dejaba en claro que el régimen deseaba «erradicar la religión del planeta».
«Cuando escuché que el PCCh apuntaba a eliminar la creencia espiritual, mi primer pensamiento fue que en realidad querían destruir la humanidad. Por eso me quedé tan conmocionado».
Los superiores de He (un ingeniero civil premiado en Beijing) en su trabajo querían que viera el video porque esperaban convencerlo que renuncie a su práctica de Falun Dafa (disciplina también conocida como Falun Gong) y que sea «rescatado» de la campaña de persecución del PCCh, la cual podría destruir su carrera, familia y futuro.
‘Un lobo con piel de oveja’
Poco después de que el PCCh iniciara su campaña de persecución en julio de 1999, se estableció una oficina especial al estilo Gestapo para arrestar, detener y encarcelar en campos de trabajo a cientos de miles de adherentes de esta disciplina de la Escuela Buda.
Muchos murieron bajo tortura, las familias y trabajos de muchos fueron destruidos y como revelaron las investigaciones de activistas de derechos humanos muchos años después, muchas fueron víctimas de un sistema de trasplante forzado de órganos instalado por el estado, que ha llenado los bolsillos de los funcionarios involucrados con miles de millones de dólares.
Un informe publicado el año pasado por investigadores estadounidenses y canadienses encontró que este asesinato masivo por los órganos está dirigido por el PCCh y es llevado a cabo por el ejército, las instituciones estatales, hospitales y profesionales del trasplante. La cifra de trasplantes forzados desde 2000 se estima entre 60.000 y 100.000 por año.
Se volvió una misión seria para He y otros adherentes, tratar de contrarrestar la propaganda dirigida a la práctica de la que tanto se habían beneficiado, cuyos principios son Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Así que ante cada oportunidad He le comenzó a contar a sus conocidos e incluso extraños sobre lo pacífico de Falun Dafa y sobre las mentiras del estado. Luego de pedir por Falun Dafa en marzo de 2000, él y su esposa fueron secuestrados y detenidos por la policía.
Los jefes de He, con buenas conexiones, estaban preocupados por él y no querían ver su carrera destruida. Ellos esperaban que ver el video lo convencería de que el PCCh no permitiría la existencia de Falun Dafa. Sin embargo He no tenía intención de abandonar la práctica, y tuvo que soportar tres años y medio de cárcel debido a sus creencias.
«El propósito de ellos al mostrarme el video era que yo supiera que la persecución a Falun Gong no era solo una decisión expedita, temporal; era algo decidido en lo alto del partido comunista en línea con su objetivo a largo plazo y su objetivo final», dijo.
Finalmente fue liberado de prisión gracias a una campaña internacional de derechos humanos. Pero muchos prisioneros de conciencia no son tan afortunados. Hay cientos de miles de compañeros practicantes de Falun Dafa de He que están aún en prisión en China, y que incluso corren riesgo de ser asesinados por sus órganos.
He dijo que espera que los gobiernos democráticos del mundo, incluyendo Canadá, que buscan un acuerdo de libre comercio con Beijing, no sean engañados por la fachada que el régimen pone. He dice que el PCCh es «un lobo con piel de oveja».
He agregó que está preocupado de que con tanta influencia internacional de China, ganada en los años recientes, el régimen pueda ser capaz de lograr algún día su deseo de barrer con la creencia religiosa en todo el mundo.
«Eso sería algo terrible, ya que la gente necesita tener la libertad de tener su fe, sus creencias», afirmó.
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