Viendo los dramas financieros relacionados del Grupo HNA de China y el Deutsche Bank AG de Alemania, nos hace recordar que el esquema deliberado y el orden impuesto desde arriba por expertos y reguladores es en gran medida una ilusión. El mundo está lleno de estrategias mal pensadas, especialmente en la interacción de las políticas públicas y el gobierno corporativo.
Entonces, ¿cuál es el problema para el Deutsche Bank?
Los bancos se enfrentan a costes de financiación más elevados a corto plazo debido al endurecimiento [de la política monetaria] de los bancos centrales, a la vez que no tienen activos que comprar con rendimiento a largo plazo. Los bancos se ven limitados por el doble impacto de las restricciones a la concesión de préstamos debido a la regulación y a la escasez de activos de calidad, como consecuencia de una década de compras por parte de los bancos centrales durante un periodo de demasiada flexibilización.
En un entorno de mercado ya de por sí difícil, las instituciones mal gestionadas son las primeras en meterse en problemas. Esta es la razón por la que Deutsche Bank tuvo que recaudar 9.600 millones de dólares el año pasado a través de una emisión de acciones, lo que resultó que el conglomerado chino HNA se convirtiera en su principal accionista.
Deutsche Bank buscó durante años y en vano un nuevo accionista antes de la llegada del Grupo chino HNA. Cuando el oscuro grupo chino comenzó a acumular acciones del Deutsche Bank en febrero de 2017, la situación en el banco era grave, y lo había sido ya durante años.
El directorio y la gerencia del Deutsche Bank fueron incapaces de articular una estrategia para el negocio durante más de una década, y la culpa en última instancia recae sobre el directorio y el presidente Paul Achleitner. Como la mayoría de los órganos de supervisión en Europa, el consejo de administración del Deutsche Bank demostró ser notablemente inepto en los últimos años, lo que refleja básicamente la negligencia de la gobernanza de los bancos en la Unión Europea.
Miedo al contagio
Para ilustrar lo grave que debe ser la situación en el Deutsche Bank, hay que considerar el hecho de que sea los reguladores de la UE como de los EE.UU. no tomaron ninguna medida para investigar a los desconocidos que están detrás del Grupo chino HNA- una vez más, el mayor accionista del Deutsche Bank.
Según el Financial Times, la inversión del Grupo chino HNA en el Deutsche Bank sugiere la posibilidad de “un accionista adicional no revelado detrás de una de las entidades del HNA”. Esta es una revelación muy importante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los reguladores de ambos lados del Atlántico no tomaron ninguna medida -al menos en público- por temor a derrocar al debilitado Deutsche Bank.
Normalmente, cuando se oculta la identidad del beneficiario real de un banco en EE.UU., el regulador principal adopta una medida de aplicación y envía una notificación al Fiscal General de EE.UU. y a otras agencias de control. Las partes involucradas empiezan a pensar en poder ir la cárcel.
Después de una ola de negocios de 50.000 millones de dólares, gran parte alimentada por deudas, el Grupo chino HNA dejó una amplia huella de destrucción de valor a través del mundo de la banca, la aviación, la hotelería, los bienes raíces y otros sectores. ¿Cómo consiguió HNA la aprobación de los reguladores de la UE para esta inversión, a pesar de haber sido denegada en otros casos?
El gobierno de Nueva Zelanda anuló una inversión del Grupo chino HNA en un banco, lo que indicaba grandes problemas. La Oficina de Inversiones en el Extranjero (OIO, por sus siglas en inglés) bloqueó un intento del Grupo chino HNA de comprar una firma de financiación de automotores, en parte debido a las dudas sobre la estabilidad financiera del conglomerado endeudado, informó Reuters. Al parecer, a la OIO no le gustaba la práctica del Grupo HNA de comprometer las inversiones de capital en empresas del grupo como garantía de préstamos.
¿Se consultó a los reguladores estadounidenses o incluso se les informó de las compras de acciones del Grupo HNA en el Deutsche Bank el año pasado? Deutsche Bank opera un negocio de valores principalmente en los Estados Unidos, el banco alemán tiene una compañía fiduciaria de 55.000 millones de dólares en Nueva York. Deutsche Bank Trust Corporation está regulada por la Fed y el estado de Nueva York, y es un actor importante en el mercado de valores comerciales respaldados por hipotecas.
Sin embargo, en el extraño caso de Deutsche Bank y el Grupo HNA, no está ocurriendo nada. La comunidad reguladora se vio completamente desbordada durante el último año y no puede hacer mucho por miedo al contagio financiero. De hecho, el desorden en el Deutsche Bank muestra que “demasiado grande para caer” sigue estando vivo y que los reguladores globales son impotentes.
La cuestión clave para los inversores es entender que precisamente nadie está a cargo cuando se trata del doble riesgo sistémico que plantean Deutsche Bank y el Grupo chino HNA. Si HNA se ve obligada a deshacer su inversión apalancada en Deutsche Bank, el banco alemán estará en peor situación que antes. Se habrá perdido más de un año involucrado con un inversor surrealista que desapareció en la niebla como un personaje de una mala película de artes marciales chinas.
¿Quién, entonces, dará un paso adelante para rescatar al Deutsche Bank, que todavía necesita desesperadamente ser salvado?
Venta de Remate
Cabe destacar que una posible combinación de la saga del Deutsche Bank en Alemania es la venta de su negocio bancario estadounidense. JPMorgan intervino en el debate del Deutsche Bank hace varias semanas con la publicación de un informe de investigación para clientes que decía que Deutsche debería reducir su negocio en EE.UU. “para crear valor para los accionistas”. Pero como la Canciller alemana Angela Merkel tiró el banco alemán por la borda hace ya varios años, el valor restante del Deutsche Bank ahora es cuestionable.
Los informes que el ex CEO de Merrill Lynch, John Thain, fue nombrado miembro del consejo de supervisión del Deutsche Bank son ciertamente buenas noticias. Thain es un operador veterano, pero lamentablemente no es el CEO. Más que nada, el Deutsche Bank necesita decirles a los inversores y a los reguladores por qué este banco debería seguir existiendo. Si, de hecho, Deutsche Bank sigue adelante con la venta de su unidad en Estados Unidos, entonces todo el negocio podría volver a estar en el juego.
Pero si el banco tropieza de una manera que sorprende a los políticos europeos distraídos, rápidamente sería necesario buscar una fusión planeada. Nuestros candidatos para la primera fusión zombie de esta década: Deutsche Bank y Citigroup. Ninguno de los dos bancos tiene un negocio bancario nacional o una base de financiación particularmente sólida, pero existen algunas asimetrías interesantes. Financieramente sería un desastre para los accionistas, pero desde una perspectiva regulatoria, tiene todo el sentido del mundo.
Christopher Whalen es el presidente de Whalen Global Advisors y el autor de “Ford Men”. Este artículo fue publicado por primera vez por el Institutional Risk Analyst.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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